Son muchas las parejas que, sin tener ningún tipo de problema de salud o condición física que afecte a su fertilidad, buscan sin éxito el embarazo. En ocasiones, hay meses e incluso, años de búsqueda tanto de manera natural como mediante tratamientos de reproducción asistida y, aún así, no lo consiguen. Entre estos casos, muchas veces la respuesta puede tener que ver con lo puramente emocional.
¿Las emociones influyen en la fertilidad?
“Las emociones pueden influir en la fertilidad de manera notable, ya que para conseguir un embarazo se requiere una interacción entre el sistema endocrino (hormonal), el sistema nervioso y el sistema reproductivo”, nos responde el Dr. Juan Carlos García Torón, ginecólogo especialista en reproducción humana y director médico de VIDA Murcia. “Estados emocionales como la ansiedad, la angustia, la tristeza o la depresión pueden alterar el equilibrio hormonal y afectar a la fertilidad”.
En concreto, las estadísticas apuntan a que las mujeres con síntomas depresivos tienen una menor probabilidad de quedarse embarazada y presentan, además, mayores tasas de aborto, tal y como señala la psicóloga María del Mar Tirado, responsable de la unidad de Apoyo Emocional de Clínicas VIDA.
La explicación médica a estas afirmaciones es que, según nos detalla el doctor, las emociones pueden alterar el funcionamiento de glándulas involucradas en el proceso reproductivo, como el hipotálamo, la hipófisis y las glándulas suprarrenales. “Esto puede provocar desequilibrios hormonales que pueden afectar a la ovulación en las mujeres y a la producción adecuada de espermatozoides en los varones”, asegura.
¿Puede el estrés impedir un embarazo?
El Dr. García Torón indica que es posible que el estrés dificulte a algunas parejas la consecución de la gestación. El estrés puede interferir en la función reproductiva tanto de mujeres como de hombres, y lo haría del siguiente modo:
- En mujeres, “situaciones de estrés pueden aumentar los niveles de determinadas sustancias como la adrenalina, que pueden afectar el funcionamiento de regiones cerebrales implicadas en la regulación del ciclo menstrual, como el hipotálamo y la hipófisis, inhibiendo la ovulación o la maduración del óvulo”, detalla. “Además, también puede interferir en la fecundación del óvulo y en el proceso de implantación del embrión en el útero”.
- En hombres, “puede afectar a la producción de espermatozoides a nivel cuantitativo y cualitativo, disminuyendo su movilidad”.
La psicóloga María del Mar Tirado nos habla de cierta culpa que sienten algunas mujeres que no logran el embarazo por achacar esa dificultad a su estado emocional. “A menudo, mis pacientes me comentan que reciben comentarios de su entorno del tipo: No te quedas embarazada porque eres muy nerviosa, estás obsesionada. Verás como cuando te relajes, viene el embarazo".
“Este tipo de afirmaciones no son bien recibidas por las personas que están buscando embarazo”, advierte. “Lejos de ayudarles, les hace sentir culpables y, en cierta medida, responsables de no llegar a su gestación”, a pesar de que sea lo que más deseen. “En mi opinión, creo que, a nivel social, sería deseable que fuéramos más cuidadosos y prudentes ante las personas que pasan por esta situación”, asevera.
Por eso, Tirado cita dos estudios que concluyen lo contrario. Eso sí, ambos estudios están enfocados en procesos de reproducción asistida, por lo que, a priori, no son extrapolables a la búsqueda del embarazo de manera natural.
La primera de estas investigaciones está encabezada por la Dra. Jacky Boivin, una referente en el estudio de los aspectos emocionales de pacientes en tratamientos de reproducción, según nos informa Tirado. “Ya en 2011 concluyó, después de analizar 14 estudios sobre el tema que, el estrés emocional causado por problemas de fertilidad u otros eventos de la vida que ocurren junto con el tratamiento de reproducción no influyen en la posibilidad de conseguir embarazo en el tratamiento”.
El segundo estudio citado por la responsable de la unidad de Apoyo Emocional de Clínicas VIDA, de 2018, lo firma la Dra. Jennifer Nicoloro, quien pone de manifiesto lo siguiente: “Los resultados de mi revisión ponen en duda la creencia de que la ansiedad impide el éxito del tratamiento de reproducción asistida, ofreciendo esperanza y optimismo a muchas mujeres que se sienten emocionalmente responsables del resultado de su tratamiento”.
María del Mar Tirado considera que estas conclusiones generan un alivio importante para las mujeres que tardan más en conseguir su embarazo. “Con independencia de estos estudios, también debemos tener en cuenta que hay muchas mujeres muy nerviosas que se quedan embarazadas sin ninguna dificultad”, comenta. “Si realmente el estrés impidiera el embarazo, ninguna mujer con niveles elevados de ansiedad o estrés gestaría de forma natural. Y todos sabemos que no es así”.