La preeclampsia es una complicación del embarazo que puede provocar importantes daños tanto a la madre como al bebé. Las mujeres embarazadas que la padecen presentan una tensión arterial elevada, lo que reduce el suministro de sangre a la placenta y, en consecuencia, la cantidad de oxígeno y de nutrientes que recibe el feto, lo que puede afectar a su desarrollo.
Tanto es así que la preeclampsia “es una de las principales causas de morbimortalidad materna y de prematuridad y sus consecuencias para los recién nacidos, incluida la muerte intraútero”, como pone de manifiesto la Dra. Belén Santacruz, jefa del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario de Torrejón, presidenta de la Fundación iMaterna y profesora asociada de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid.
Se considera que se trata de preeclampsia pretérmino cuando aparece antes de la semana 37 de gestación y, dentro de ella, preeclampsia de inicio precoz si se produce antes de la semana 32. “Aunque es más frecuente la preeclampsia al final del embarazo, las secuelas, sobre todo a nivel del bebé, son mucho más importantes cuanto antes se produzca la preeclampsia”, apunta la doctora.
Afortunadamente, existen proyectos de investigación que buscan dar con un remedio eficaz a esta grave complicación que puede aparecer en el embarazo. Uno de estos proyectos de investigación es el estudio DECREASE, liderado por la Fetal Medicina Foundation (FMF), en el que ha participado también el Hospital Universitario de Torrejón, perteneciente a la red pública de la Comunidad de Madrid, con la implicación activa de la Dra. Belén Santacruz, motivo por el que nos hemos puesto en contacto con ella.
El estudio DECREASE demuestra que es posible disminuir en un 50% la aparición de preeclampsia pretérmino y la de inicio precoz, hasta un 70%. Son porcentajes nada desdeñables y esperanzadores, más aún teniendo en cuenta que el tratamiento empleado no es complejo ni difícil de obtener, puesto que se trata de ácido acetil salicílico, es decir, de la aspirina.
Eso sí, lo que pone de manifiesto el estudio es la necesidad de hacer un cribado previo para detectar eficazmente a aquellas gestantes que tienen más riesgo de padecer preeclampsia y poderles administrar así el tratamiento de manera preventiva.
Detectar a las gestantes con riesgo de padecer preeclampsia, la clave de la prevención
“Para poder establecer a qué grupo de embarazadas tenemos que tratar, necesitamos hacer un test de cribado en el primer trimestre del embarazo (semana 11ª-13ª) que nos informe de forma individualizada sobre riesgo que tiene cada gestante en cada embarazo de tener preeclampsia pretérmino”, explica la Dra. Santacruz. La cuestión es cómo es o cómo debería ser ese cribado.
La jefa del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Torrejón nos informa que consiste en un cálculo matemático muy complejo que combina factores de la madre, como la edad, su peso, su raza, antecedentes de determinadas enfermedades e historia de embarazos previos; una buena toma de la tensión arterial y un análisis de sangre a la gestante en la que se mide una proteína que se produce en la placenta, la PLGF. “Y finalmente hacemos una ecografía para valorar el estado de las arterias del útero mediante doppler”, detalla. “Con todo ello, determinamos el riesgo y la clasificamos en alto o bajo riesgo, con vistas a iniciar el tratamiento solo cuando el beneficio esperado sea mayor que el riesgo”.
Afortunadamente, muchos centros españoles ya están realizando este test, según nos dice la especialista. Sin embargo, no se está llevando a cabo de manera generalizada en todos los centros, “lo que está generando grandes desigualdades en función de dónde viva una gestante”, advierte. “Es una situación que no debería pasar. Necesitamos que se incluya cuanto antes dentro de los programas de cribado para dotar a los hospitales de los medios necesarios para realizarlo, así como asumir el control de calidad del cribado que nos asegure que se realiza correctamente”.
¿Es seguro tomar una aspirina en el embarazo?
Teniendo en cuenta que el ácido acetil salicílico es el fármaco que, según el estudio, se debe prescribir a las embarazadas con riesgo de padecer preeclampsia, hemos preguntado a la Dra. Santacruz por la seguridad y por los posibles efectos adversos de tomar este medicamento en el embarazo. “La aspirina dada a bajas dosis (150 mg) y en periodos cortos de tiempo (menos de 6 meses para prevención de preeclampsia) es un fármaco seguro en el embarazo, pero no exento de riesgos”, nos responde.
“Por eso, siempre un especialista debe valorar que al aumento de riesgo que pueda tener (sobre todo a nivel gastrointestinal o sangrados) sean menores que el beneficio esperado (prevenir la preeclamspia y, por ende, la prematuridad debida a la misma). Y algunas mujeres, por sus patologías, no deben tomarla. En otros casos, como en los embarazos gemelares, aún no se ha demostrado su eficacia, los estudios siguen en marcha”.
La ginecóloga y obstreta advierte de que uno de los principales peligros que puede suponer la ingesta de la aspirina durante el embarazo es hacerlo de forma indiscriminada, sin una indicación médica: “los pequeños riesgos puedan aumentar sin conseguir el efecto deseado”. De ahí que sea tan importante que no se tome la aspirina sin una indicación y control por el especialista en obstetricia.
¿Cómo se ha llevado a cabo el estudio?
El estudio en el que se desarrolló el cribado de preeclampsia fue realizado a nivel europeo, como señalábamos anteriormente, por la Fetal Medicina Foundation (FMF). “Necesitábamos saber si también era útil en la población española y si nuestro sistema sanitario era capaz de realizar este tipo de test en sus hospitales”, señala la jefa de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Torrejón.
El Hospital Universitario de Torrejón lideró el estudio junto a la Fundación iMaterna y, como nos cuenta la investigadora, contó con la colaboración del Hospital Universitario Fundación Alcorcón, el Hospital Vall d’Hebron, el Complejo universitario de A Coruña, el hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, el Hospital Universitario Quirón de Madrid, el Hospital Universitario Clínico de San Cecilio y de las Nieves de Granada. “Para llevar a cabo el estudio participaron 20.000 embarazadas de Galicia, Barcelona, Granada, Murcia y Madrid”.
En la primera parte del mismo, denominado PREVAL, se hizo seguimiento a 10.000 embarazadas. Ya en esta primera fase los investigadores demostraron que los tres modelos de test de cribado que se usaban en España tenían buenos resultados. En la segunda fase, llamada DECREASE, con otras 10.000 embarazadas, se llevó a cabo un estudio de implementación clínica; es decir, se puso en marcha el cribado como se haría fuera de un ensayo clínico para valorar si era factible hacerlo y si se conseguía el resultado esperado, que no era otro que el de disminuir la tasa de preeclampsia pretérmino.
“Nuestro estudio ha demostrado que, efectivamente, es factible llevar a cabo el cribado con los medios de nuestro sistema sanitario y que se ha disminuido en un 76% la preeclampsia que aparece antes de la semana 34 de la gestación y en un 46 % la que aparece antes de la semana 37, que es toda la potencia que podíamos esperar”, concluye la Dra. Belén Santacruz. "No puedo dejar de decir que, si alguna mujer ha tenido preeclampsia durante el embarazo, de cualquier tipo, es fundamental que su tensión esté controlada también en el postparto para evitar complicaciones de la misma, especialmente en su sistema cardiovascular a largo plazo".