Según la matrona y consultora certificada de lactancia materna, Clara García Lumbreras, "hay tantas causas de destete nocturno como madres, y son todas válidas". Entre ellas, "que no se sientan cómodas con la lactancia en ese momento, la creencia de que su bebé dormirá más si le quita el pecho por la noche, favorecer el regreso de la menstruación para buscar un nuevo embarazo, una agitación por amamantamiento, una separación, la incorporación laboral"...
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Es un proceso que se pueden plantear algunas mujeres en el transcurso de su lactancia, pero que suele ser más frecuente entre el año y los dos años de vida. "Alrededor del año, cuando acontece la famosa crisis del año, los bebés inician un incremento de la demanda al pecho que puede llegar a saturar a las madres y que se planteen un destete nocturno. El destete en muchas ocasiones viene acompañado de sentimientos de ambivalencia, desean destetar pero a la vez les gustaría mantener la lactancia. Puede que, en estas situaciones, un destete parcial (como el destete nocturno) sea la solución para estas madres", comenta. Repasamos con ella cómo hacerlo.
¿Puede afectar el destete nocturno a la producción de leche?
Es cierto que en la producción de leche global tiene mucho peso la lactancia nocturna, pero en caso de un destete nocturno también va a ser importante la edad del pequeño. Hay que recordar que en los menores de un año, la leche (materna o artificial) es su alimento principal y a partir de los seis meses se inicia la alimentación que va a complementar ese aporte lácteo. "Los niños menores de un año necesitan despertarse para comer, es una necesidad fisiológica y, aunque la madre decida realizar un destete nocturno, es muy probable que el bebé siga despertándose para comer", destaca Clara García Lumbreras, que también divulga en Instagram como @planetamatrona.
Si hablamos de mayores de un año, "los despertares dejan de ser tanto por necesidad nutricional y pasan a ser despertares fisiológicos entre ciclos de sueño. Aquí me gustaría apuntar que no es hasta los 5-6 años cuando los niños adquieren un patrón de sueño parecido al del adulto por lo que los despertares nocturnos son algo normal".
Así, "si en un niño menor de 6 meses se realiza un destete nocturno es posible que la producción de leche se vea comprometida y con el tiempo vaya disminuyendo y sea necesario introducir lactancia artificial. Pero no es todo blanco o negro, depende también de la cantidad de tomas diurnas que realice el niño porque, aunque sea lo raro, también existen los niños de 4 meses que duermen 6 horas seguidas por la noche y que mantienen una lactancia materna exclusiva y una ganancia de peso adecuada", desarrolla. Por su parte, si el destete nocturno es pasado los primeros seis meses, y sobre todo, después del primer año, no tiene por qué haber tanta influencia sobre la producción total de leche.
Los mejores consejos para el destete nocturno
En el destete nocturno es habitual que el niño llore, ya que no entiende por qué el pecho de su madre no está presente como hasta ahora, por eso, la clave está en el acompañamiento. "Podríamos definir un destete respetuoso como aquel en el cuál no dejamos al niño llorando en soledad y sin consuelo sino que estamos ahí con él, conteniendo su llanto, estando presentes y ofreciéndoles mucho amor y muchos besos, que sepan que, aunque la lactancia por la noche ha terminado, el amor de su madre sigue y seguirá ahí", aconseja la matrona. En este sentido, apunta estas recomendaciones:
- No destetear y dejar de hacer colecho al mismo tiempo. "Es mejor que los cambios se hagan siempre de uno en uno. Si estamos en una situación de cambio (como una mudanza, la llegada de un nuevo hermano, el inicio de la escuela infantil) no es un buen momento para iniciar un destete. No porque no pueda hacerse, sino porque será más costoso de lo habitual".
- Mantener la primera toma de la noche y la primera de la mañana. "Así la parte de dormir al niño al pecho, una de las formas más cómodas y rápidas de conseguirlo, podemos seguir manteniéndola y sólo nos queda gestionar los despertares nocturnos".
- El otro cuidador principal calmará al bebé durante los despertares nocturnos. "Esto es lo que comúnmente de llama "método padre". Aquí es imprescindible la paciencia, el amor y los besos y caricias al bebé, hacerle sentir que no está solo".
- La madre puede trasladarse a otra habitación los primeros días. Se hará así "hasta que el niño tenga consolidado el destete y sea capaz de dormirse sin la teta. Otra opción es que sea el padre o el otro cuidador principal el que se coloque al lado del niño en la cama, haciendo de barrera entre la madre y el bebé para que no sea la teta lo primero que se encuentre el niño cuando se despierte".
Un destete más rápido, pero más explosivo
El destete nocturno es más rápido si lo comparamos con el diurno, aunque "más explosivo", como lo define la consultora. De día, el bebé utiliza el pecho de su madre para comer, cuando necesita cariño, para calmarse, para consolarse... "Durante el día se pueden negociar las tomas con el bebé, intentar aplazarlas, sustituirlas por juegos, canciones, etc. Un destete nocturno es más abrupto y más intenso emocionalmente, puesto que el niño tiene que aprender a dormirse sin la teta", señala.
Sin embargo, de noche, al cansancio del niño se une el cansancio de los padres y es mucho más difícil gestionar ese llanto que pide pecho. "Lo positivo del destete nocturno es que se consigue bastante más rápido, suele tardar en conseguirse alrededor de una semana y las tres primeras noches son las peores, las más intensas", revela.
Para que resulte lo mejor posible es importante rodearse de personas que supongan un apoyo y una ayuda. Aquí, la participación de la pareja es fundamental. También hay que elegir el mejor momento: "Si empezáis un destete nocturno un lunes, es probable que vayáis sin dormir a trabajar toda la semana. Elegir períodos vacacionales para no tener que ir a trabajar sobre todo las primeras noches tan intensas, os va a ayudar a afrontarlo mejor, con más ánimo y sobre todo, más descansados", comenta Clara García Lumbreras.
Y, como en todo lo que tiene que ver con la crianza, cambiar de opinión es posible. "El deste nocturno puede paralizarse porque la exigencia emocional sea muy alta y la madre aún no esté preparada o, durante el proceso, se dé cuenta de que no es lo que quería. También podemos tener muy claro que deseamos un destete pero que el niño se ponga enfermo y queramos proporcionarle leche durante la noche para calmarle. ¡Y todo está bien!", tranquiliza la experta.