Cuando pensamos en amor adolescente, normalmente pensamos en inocencia, en emociones intensas y felices… Pero no siempre es así. En el caso de Nerea Pascual, conocida en redes sociales como @lanenahbrugal, y Carlos Sarrià (Charlie), el cáncer se interpuso en sus vidas. Eran dos adolescentes enamorados que llevaban tan solo seis meses saliendo cuando el sarcoma de Erwing volvió a la vida de Carlos (ya lo había superado con anterioridad). Desde entonces, ambos asimilaron que la muerte los acabaría separando.
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Tras el fallecimiento de Carlos, Nerea se unió a la madre de él para crear la Asociación Charlie (@asociacioncharlie), que busca contribuir al bienestar de menores con cáncer y apoyar la investigación del sarcoma de Ewing, y se ha animado también a escribir un libro, Cuando el cielo se vuelva amarillo (Ed. Esencia). Aunque es una novela, está basada en las anotaciones que escribía en su diario personal a modo de terapia y en ella habla sin tapujos del duelo, de la enfermedad en adolescentes y del amor. Hemos charlado con ella acerca de estas emociones y situaciones tan difíciles en un momento vital tan convulso como el de la adolescencia.
¿En qué momento o cómo te animaste a escribir un libro sobre amor y duelo en la adolescencia tras el fallecimiento de Charlie?
Tuve una conversación con Carlos donde plasmé la idea de escribir nuestra historia. Recuerdo que me dijo “estoy seguro de que lo conseguirás”. La idea se quedó en un segundo plano después de su fallecimiento, pero fue entonces cuando la editorial se puso en contacto conmigo. Pensé que el Universo me estaba mandando una señal, una de las grandes, y no podía desaprovechar la oportunidad.
Tu libro, ‘Cuando el cielo se vuelva amarillo’, es un canto a la vida. ¿Cómo lograrlo cuando habla, en realidad, de una muerte demasiado prematura?
Si algo sabemos sobre la vida es que todos vamos a morir. La muerte forma parte de nuestro viaje y creo que por eso mismo, esta historia es un canto a la vida. Porque la muerte tiene un factor fundamental en toda la novela. Gracias a ella, fuimos más conscientes de que teníamos que aprovechar cada minuto.
¿Cómo es el duelo adolescente?
No podría definir cómo es un duelo adolescente. Llevo viviendo duelos desde los catorce años, tristemente he tenido cuatro pérdidas muy cercanas en siete años. Lo único que podría decir, y es algo que recalco en mis vídeos, es que hay tantos duelos como personas. Hasta yo, que he vivido muchas muertes, nunca me he sentido igual en cada una de mis pérdidas. Depende mucho del momento vital en el que estés, las herramientas que tengas en ese momento para gestionar tus emociones, cómo ha sido la muerte de ese ser querido… Hay tantos factores que es imposible definir el duelo.
¿Qué apoyos, desde el punto de vista emocional, necesita el adolescente enfermo?
Creo que lo que más necesitan, aunque odie utilizar esta palabra, es que se les trate como personas normales. Si tienen que estar ingresados durante un tiempo por la enfermedad y luego tienen que volver al instituto, que no sean tratados de forma diferente. Como diría Carlos: soy un chico normal, pero con cáncer. Esos ojos de pena que suele tener la gente al mirarles porque están enfermos, creo que es lo que debería evitarse a toda costa.
En cuanto a un apoyo emocional, creo que lo que busca toda persona que pueda estar en esta situación, ¿no? Una familia y unos amigos que estén siempre a su lado. Tener seres queridos que le acompañen y con los que poder desahogarse.
El amor en la adolescencia es de gran intensidad; ¿cómo afrontar la muerte de tu pareja en esta etapade la vida?
Si hay algo “positivo”, entre muchísimas comillas, en una enfermedad como el cáncer, es que te permite ser consciente de que la muerte puede pasar. Que está ahí, lo que hace que tengas muchas conversaciones con esa persona sobre cómo le gustaría que fuera la vida cuando ya no esté.
Supongo que eso es lo que me ha ayudado desde el minuto uno a afrontar la pérdida de Carlos. Siempre fui muy consciente de que él podía irse en cualquier momento. Parte de mi duelo lo hice antes de que él falleciera, pero eso no lo supe hasta que viví su pérdida.
¿Es necesaria ayuda psicológica para el adolescente que ha sufrido una pérdida de este tipo?
Soy fiel defensora de que la terapia como herramienta para sobrellevar este tipo de situaciones. Dar el paso para pedir ayuda es algo que puede parecer un mundo y no todo el mundo puede hacerlo. Ya sea por miedo o porque tristemente no puede permitírselo económicamente. Al igual que en los duelos, tomar la decisión de ir a un psicólogo depende de cada uno.
¿Cómo lograste tú superar este duelo tan terrible?
Creo que si he aprendido algo sobre los duelos es que nunca se supera la muerte de un ser querido. Evito a toda costa utilizar la palabra “superar” porque, aunque duela admitirlo, nunca pasa. Puede ser que lo lleves mejor o peor, pero el dolor de que esa persona ya no está, siempre quedará en ti. Además, siento que nuestro cerebro no acaba de ser consciente de cómo asimilar la muerte. En muchas ocasiones nos juega malas pasadas. Por ejemplo, a mi me pasa mucho con mi padre, ocurre algo en mi vida y lo primero que hago es coger el teléfono para contárselo. Te sientes un poco estúpida cuando analizas la situación y piensas que esa persona hace años que no está.
¿Y antes del duelo? ¿Cómo afrontaste el hecho de saber que la muerte estaba cerca? Porque imagino que, al mismo tiempo, procurarías no derrumbarte delante de él…
Normalizar la muerte es lo que más me ayudó. Siempre se pudo hablar de todo con él, nunca tuve miedo de preguntarle nada. La enfermedad era su realidad y, por consecuencia, la mía. Hacer como si no existiera no habría servido de nada. En cuanto a los derrumbes y días más tristes, eso es algo personal que siempre quedará entre nosotros. Pero recalco que nunca le oculté cuando estaba triste, los días malos existían como en cualquier otra relación.
¿Cuál es la mayor enseñanza de vida que te transmitió Charlie?
Su positividad, sus ganas de vivir y su sentido del humor. Cuando tengo un día nublado, me acuerdo de todas esas cosas que transmitía con solo aparecer en la habitación y veo las cosas de otra manera.
¿Cómo surgió crear la Asociación Charlie junto a su madre?
La Asociación Charlie surgió para seguir con el legado de Carlos. Los ingresos en el hospital dan mucho que pensar y él tenía muchas ideas para cambiar la situación de los chavales hospitalizados. Finalmente, decidimos crear la Asociación, centrándonos en crear actividades de ocio y tiempo libre, así, adolescentes y niños de oncología, tienen una excusa para salir de su habitación del hospital. Nuestro próximo proyecto más grande es hacer el Camino De Santiago, estamos muy cerca de conseguirlo.
¿Cuál es el papel de esta asociación?
Como he dicho antes, hacer que los niños y adolescentes de oncología puedan disfrutar un poco entre sus ingresos. Dentro del hospital de Alicante, hay un aula (UPH), donde los niños y adolescentes pueden seguir con sus estudios aunque estén ingresados. Igual que en el resto de colegios se hacen excursiones o viajes de fin de curso, nosotros queremos que estos niños y adolescentes también puedan disfrutar de todo eso, a pesar de su situación.