Los datos de los que disponemos acerca del Abuso Sexual Infantil (ASI) son escalofriantes: 1 de cada 5 menores de edad ha sufrido este tipo de abuso en Europa, según datos que publica el Consejo de Europa a través de Human Right Chanel. De ellos, el 90% no revelarán nunca la terrible situación por la que han atravesado o lo harán mucho más tarde por temor a las posibles consecuencias.
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Lo sabe muy bien Yaiza Sanz, que hizo público el sufrimiento del que fue víctima en su infancia cuando ya era mayor de edad. Fue exactamente hace 8 años cuando dio el valiente paso de compartir, a través de las redes sociales, su dura realidad. Desde entonces, ha fundado la plataforma de psicología Somos Estupendas para ayudar a otras personas que están pasando o que hayan pasado por lo mismo que ella e, incluso, se está formando ella misma como psicóloga.
Hemos hablado con ella y le hemos preguntado si algo tan terrible como el Abuso Sexual Infantil puede llegar a superarse alguna vez. “El trauma no es algo que superar, sino que se integra para que pueda convertirse en una cicatriz que no desaparece, pero que tampoco genera dolor”, nos dice. “A la pregunta si siempre va a doler, la respuesta es no. Con profundos, dolorosos e incómodos procesos de terapia se puede encontrar calma”.
¿Cómo ayudar a un menor que es víctima de Abuso Sexual Infantil?
La realidad es que el Abuso Sexual Infantil se da en todo tipo de ámbitos: “Según un análisis de sentencias vemos que, aunque la mitad se producen en familias en las que los progenitores están en pareja (55,5 %) el abuso se da en todo tipo de familias y contextos, ya sea con progenitores divorciados, separados, con la tutela a cargo de un familiar o varios, o de la Administración Pública. Además, solo en el 12,5 % de los casos el agresor tiene antecedentes”, señala Carlota Carrete, psicóloga de Somos Estupendas, la plataforma que ha fundado Yaiza Sanz, que se hace eco de datos de un informe de Save the children de 2021.
Tampoco existe un ‘abusador-tipo’. “Es la intención de muchas investigaciones dar con un perfil de agresor y de víctimas, señalando a repeticiones transgeneracionales de experiencias previas de abuso sexual infantil, dificultad de gestión de impulsos, pero la realidad apunta a que no existe un perfil concreto sobre cómo es la persona que abusa sexualmente de menores, ni de si los abusos sexuales se producen en clases sociales concretas”. Advierte, eso sí, que la mayoría de estos agresores son hombres de mediana edad sin ningún trastorno mental grave y cercanos al contexto del menor.
Sea como fuere, “cuando sospechamos sobre un posible abuso sexual siempre hay que actuar”, recomienda con contundencia la psicóloga. La cuestión es cómo. Carlota Carrete nos da las siguientes pautas:
1. Cuando el abuso es, de momento, una sospecha:
- Acercarse al niño cuidadosamente, conduciéndonos de manera informal y relajada.
- Asegurarse de que se va a tener tiempo suficiente y un entorno donde el niño o adolescente se sienta seguro
- Expresar de manera neutral y objetiva nuestra preocupación y preguntar o buscar las explicaciones sobre los indicadores observados: “Estoy preocupada por ti, últimamente se te ve x (y describir cómo le vemos), ¿ha pasado algo?”; “¡Qué chulo ese juguete!, ¿quién te lo ha regalado?”.
- Escuchar atentamente y mostrar siempre nuestra confianza.
2. Si estamos ante una revelación del abuso:
- Mantén la calma. Es importante mantener la calma y evitar reacciones emotivas o impulsivas. La prioridad es el bienestar del niño, por lo que es esencial mantener la compostura.
- Valida sus emociones: "Entiendo que esto debe ser muy difícil para ti. Es normal sentirse confundido y asustado cuando pasa algo así.”
- Expresa tu apoyo incondicional: "Quiero que sepas que estoy aquí para apoyarte en todo momento, sin importar lo que pase. Tu seguridad y bienestar son lo más importante”.
- Reafirma que no es su culpa: "No importa lo que hayas dicho o hecho, esto no es tu culpa. Los adultos son responsables de cuidar y proteger a los niños”.
- Ofrece opciones de apoyo: "Si alguna vez quieres hablar más sobre esto o si necesitas cualquier tipo de ayuda, estoy aquí para escucharte. También podemos hablar con alguien más si eso te hace sentir más cómodo.”.
- Respeta su ritmo: "Sé que esto puede agobiar. No tienes que contarme todo de una vez. Cuando te sientas listo para hablar o si tienes algo más que decir, estaré aquí”.
- Evita hacer preguntas detalladas: "No necesitas darme todos los detalles en este momento, a menos que te sientas cómodo haciéndolo. Lo que importa es que te sientas seguro y apoyado."
- Reafirma su valentía: "Eres muy valiente”.
- Ofrece afecto y consuelo físico si es apropiado. Si se siente cómodo con el contacto físico, puedes ofrecer un abrazo o sostener su mano como muestra de apoyo.
- No confrontes al presunto abusador. Evita confrontar al presunto abusador directamente. Tu prioridad debe ser el bienestar del niño o de la niña.
- Asegura la seguridad del niño. Si crees que está en peligro inmediato, toma medidas para garantizar su seguridad.
- No prometas confidencialidad. No prometas mantener el secreto, al menos con las autoridades.
- Busca atención médica si es necesario.
¿Cómo puede un menor víctima de abuso sexual salir de esta terrible situación?
Le hemos preguntado a Yaiza Sanz qué le diría a un niño o a un adolescente que esté sufriendo o haya sido víctima de algún tipo de abuso sexual y esto es lo que nos ha respondido: “lo primero que le diría es que no es culpable de nada de lo que está viviendo. Después le diría que busque a una persona en quien confíe y sepa que pueda acoger con amor su vivencia”.
Como asevera la psicóloga, este apoyo es fundamental. “Es importante apoyarse en personas de confianza para poder, primero, canalizar lo que emocionalmente esté suponiendo esa sospecha o revelación”, señala la experta en salud mental. “A la vez buscar ayuda de profesionales de la psicología especializados y, en el caso de no conocer y/o presentarse también sintomatología física, acudir al centro de salud de referencia con pediatría, exponerlo y buscar el recurso donde poder intervenir psicológicamente tanto con el menor como con la familia”, detalla. “El primer objetivo siempre es la protección y bienestar del niño o niña”.
“Encontrar personas que te crean y validen todo lo que viviste y sientes en este momento”, reitera Yaiza Sanz. “A partir de ahí, en muchos casos, es probable que también se necesite ayuda profesional, pero la red de sostén es súper importante”.
Una vez que hemos conseguido alejar al menor del abusador, viene un largo camino por delante para la recuperación, pero la buena noticia, dentro de todo el sufrimiento, es que el niño o el adolescente puede retomar las riendas de su vida. ¿Se puede ser feliz después de ser víctima de abuso sexual infantil? “Sí, claro que se puede ser feliz”, afirma Yaiza sin dudarlo. “Cuando trabajas en ello en terapia, descubres que aquello que viviste forma parte de tu vida, pero no la define en su totalidad”.