La obesidad es una enfermedad multicausal que se considera crónica. Su abordaje está cambiando en los últimos años gracias a la aparición de una serie de fármacos específicos (medicamentos increatínicos) que ayudan en la pérdida de peso y, además, mejoran sustancialmente otros parámetros de salud como la hipertensión arterial y la diabetes mellitus. Son medicamentos que tienen que ser prescritos por el especialista, no se pueden adquirir sin receta médica, y que, por el momento, no están financiados por la Seguridad Social.
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Hay mujeres en época fértil que los toman. ¿Qué efecto pueden tener sobre la gestación? ¿Qué pasa si hay un embarazo mientras dura el tratamiento? ¿Cuál es su efecto sobre la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres? Para contestar a estas preguntas hemos recurrido a la Dra. Irene Bretón, coordinadora del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
¿Cómo actúan estos fármacos contra la obesidad?
Hablamos de medicamentos increatínicos, que actúan sobre hormonas que se producen en el intestino y que regulan el metabolismo y las sensaciones de hambre y de saciedad, como explica la experta. En este sentido, en el mercado hay varias moléculas, como la liraglutida, la semaglutida y la tirzepatida, que tienen esa función. La ingesta de estos fármacos debe acompañarse de una buena alimentación y de ejercicio físico.
Son fármacos formulados para tratar la obesidad y sus complicaciones. Dependiendo de cuál sea, favorece una pérdida de peso de entre un 10 y un 20%. Y lo hacen produciendo un incremento de hormonas que, de por sí, fabrica el organismo. Si la mujer se queda embarazada mientras los está tomando, "hasta el momento no se han descrito complicaciones graves ni daños en el bebé, por lo que no sería razón para interrumpir el embarazo", destaca la endocrina.
Pero, una vez que el médico decide que se ha llegado al objetivo de salud perseguido y se interrumpe el tratamiento, ¿qué plazo sería adecuado esperar para buscar el embarazo? "La vida media de estos medicamentos es de tres-cuatro semanas, por lo que ese tiempo sería el mínimo a esperar tras el tratamiento para empezar a buscar el embarazo", recomienda.
Fertilidad: así mejora con la pérdida de peso
Al margen de los efectos beneficiosos que tiene tener un peso adecuado sobre la salud en general, dejar atrás la obesidad tiene efectos claros sobre la fertilidad tanto en hombres como en mujeres. "La obesidad es de las principales responsables de problemas que se producen tanto en el embarazo como en la fertilidad", destaca la experta.
Por ejemplo, el ovario poliquístico, que dificulta mucho el embarazo, mejora sustancialmente tras dejar atrás la obesidad. También sucede así en mujeres que se someten a una cirugía bariátrica. En relación a los medicamentos increatínicos que tanta fama han adquirido en los últimos años, se ha observado ese efecto sobre la fertilidad. De hecho, mujeres con problemas para quedarse embarazadas y que los tomaban para perder peso, conseguían luego el embarazo.
"En hombres, estos tratamientos también mejoran la fertilidad, desde el momento que tienen un efecto sobre la resistencia a la insulina y otras alteraciones del eje gonadal, lo que también se ve en mujeres", destaca la representante de la SEEN. Y añade: "La relación entre obesidad y fertilidad es clara. Muchas técnicas de reproducción asistida tienen mejores resultados cuando no hay obesidad".
¿Es adecuado adelgazar durante el embarazo?
Lo ideal es que la mujer llegue al embarazo en buen estado de salud y con un peso adecuado, para evitar así complicaciones durante esos nueve meses y durante el parto. Por ejemplo, cuando el peso es excesivo hay más dificultades en las ecografías, en el momento de dar a luz y la mujer puede desarrollar hipertensión arterial o diabetes gestacional.
No obstante, la gestación no es un momento para adelgazar, pues se corre el riesgo de comprometer los nutrientes que deben llegar al bebé. En estos nueve meses, la mujer debe hacer ejercicio (el que le recomiende su médico, según sus circunstancias) y alimentarse de forma saludable. Incluso cuando la mujer tiene una obesidad importante, no se recomienda una dieta de pérdida de peso en el embarazo.
Tampoco la lactancia es un periodo adecuado. De hecho, hay que tener en cuenta que "la producción de leche te hace gastar unas 700 calorías al día. Cuando se deja la lactancia hay un reajuste calórico que habrá que tener en cuenta para no ganar peso", advierte la Dra. Irene Brotons.
No ganar luego el peso perdido
Cuando se han utilizado estos fármacos para perder peso antes del embarazo puede surgir el miedo de que haya un efecto rebote después. "No se ha descrito tanto un efecto rebote, por el que la persona recupera todo el peso perdido y gana un poco más, pero sí se puede ir recuperando poco a poco lo perdido. Por eso, cuando se ha alcanzado un peso razonable, hay que intentar mantenerlo", aconseja la especialista.
"El embarazo es un buen momento para que tanto la mujer como el resto de la familia hagan cambios en su estilo de vida, aprovechar esa necesidad de cuidarse y de estar en contacto con el entorno sanitario para implementar los cambios que permitan mantenerse en ese peso adecuado", subraya.