La lucha de Ona Carbonell en el mundo de la natación sincronizada y del deporte en general no solo pasa por la disciplina y del duro entrenamiento de cara a ganar competiciones. La campeona olímpica coordina la Comisión de Maternidad y Deporte, que ha ayudado a crear en el Comité Olímpico Español (COE). El motivo es que le impulsó a promover los derechos de las deportistas al respecto fue su propia maternidad, pues al convertirse en madre vivió en primera persona todas las limitaciones que tienen estas profesionales.
Ahora, retirada de las competición, es embajadora de la marca de juguetes Fisher-Price, algo que encaja perfectamente con sus prioridades vitales actuales, pues es mamá de Kai (de 4 años) y de Teo (de 2). Ona nos ha concedido una entrevista en la que nos explica cómo vive su maternidad y en la que nos cuenta qué es lo que prioriza en la educación y la crianza de sus hijos.
Hablas a menudo de la necesidad de fomentar la conciliación familiar en el mundo del deporte; ¿qué es lo que te resultó más difícil al respecto mientras seguías en activo una vez que fuiste madre?
Antes de ser mamá no pensaba en cómo era la conciliación en el deporte, pero cuando empecé mi trayecto para ir a los Juegos de Tokio con un bebé muy chiquitito, me dí cuenta de que había muchas dificultades. El deporte en general ha evolucionado mucho en muchos aspectos en muy poco tiempo si hablamos de indumentaria, de biomecánica, de nutrición... y a nivel maternidad, conciliación, estaba muy mal. A partir de ahí es cuando empecé a luchar por y para ello.
Como lo viví en primera persona, dio también más visibilidad y me ayudó a poder crear. junto al Comité Olímpico Español, la Comisión de Maternidad y Deporte y, a partir de esa comisión, poder hacer cosas para cambiar la situación.
Entre las cosas que más me impactaron, primero, y aunque esto ha mejorado desde entonces, que la maternidad tiene muy poca visibilidad y que hay muy poca información: no sabes si vas a tener beca o no vas a tener beca, si te van a dar una baja de maternidad o si no te la van a dar, si van a seguir confiando en ti como atleta, como deportista, si podrás viajar o no con tu bebé... Hay muchas incógnitas, poca información y es como muy tabú.
Eso para mí es muy importante, la visibilidad y la información. De hecho, cuando yo estaba amamantando, estaba entrenando mil horas al día y compitiendo, busqué con mi doctora "lactancia y deporte de élite" y no encontramos ningún resultado en el buscador. Dijimos “¡ostras!, con la de información que hay en muchos aspectos y que no exista esto”.
Y recuerdo que vi el documental de Serena Williams y que le hacían prácticamente abandonar la lactancia para poder seguir su su carrera deportiva. Eso para mí fue muy impactante.
Y luego esa parte, a lo mejor no tan tangible, de sentirte como juzgada, como “ya no va a ser la misma atleta que era antes”.
Luego también me di cuenta de que hay muy poca ayuda económica. Yo tuve mucha suerte y sé que siempre reivindico y hablo desde una situación privilegiada comparándome con la mayoría de deportistas porque yo tuve una beca, tuve unos entrenadores específicos en la etapa de pre y post parto, tuve muchos medios, pero la mayoría no tienen nada. Entonces, una de las cosas para mí más importantes es tener esa ayuda económica, que puedas viajar con tu bebé si es muy pequeño, que existan salas de cuidado de bebés en centros de alto rendimiento, en competiciones de gran importancia, como Juegos Olímpicos, que ahora lo hemos visto en París, que ya se puede llevar a los bebés, esto ha mejorado.
Luego, otra cosa que para mí era imprescindible era eso, tener profesionales en la etapa de pre y post parto. Es decir, un doctor específico en alto rendimiento y embarazo, posparto o lactancia, comadronas, suelo pélvico, fisios específicos, entrenadores específicos que sepan entrenar a una mujer cuando está embarazada o cuando está en posparto... Psicólogos específicos en maternidad no había, no hay nada de todo esto. O sea, la mayoría de deportistas no tienen nada. Yo tuve la suerte de tener grandes profesionales.
Por eso, una de las cosas primeras que hemos hecho en el COE es crear esa red de profesionales para que las deportistas sepan dónde ir y a qué ir. El problema es que de momento no tenemos financiación hacia estos profesionales a no ser que lo ponga la propia Federación. Y mi idea sería que desde el CSD o desde las federaciones se pueda financiar esa red de profesionales para que la deportista pueda acceder gratuitamente a esos servicios.
Luego también una de las cosas que más me impactó es que hay muchos deportes de ranking que no tienen baja de maternidad, que no se les contempla la congelación del ranking, que es una de las cosas por las que estamos luchando muchísimo. Es decir, que hay deportes de ranking en los que tú te quedas embarazada y a lo mejor pasas del número dos del ranking al 200; y si estás en la posición 200, piensa que son nueve meses de embarazo más x tiempo de recuperación sin competir. Serena Williams lo contaba, te vas a cero en el ranking y, si no eres Serena Williams y no tienes ni dinero, no puedes ni intentar clasificarte porque ya estás tan abajo que no puedes acceder a un clasificatorio para unos juegos. Es decir, se te acaba tu vida deportiva. Entonces no podemos hablar de conciliación cuando hay deportes en los que directamente no existen.
Aunque, como has comentado, tú tuvieras un mayor apoyo que otras deportistas, ¿tuvo que ver el hecho de haber tenido hijos en la decisión de retirarte profesionalmente de la natación artística?
Supongo que siempre algo tiene que ver, pero no fue lo más importante para mí porque ¿sabes que pasa? Que el deporte es tan duro y la exigencia es tan grande, que tú buscas la excelencia cada día de tu vida y o estás hiper motivado o es muy difícil sobrellevar esta exigencia, estas renuncias. Entonces yo para Tokio todavía tenía mucha ilusión; quería ser mamá y ser deportista a la vez e intentar cambiar también esto en la sociedad. Y para el segundo hijo seguí entrenando embarazada, di a luz, volví al deporte y, al cabo de unos meses, dije “yo no siento ya esa motivación, ya no tengo tantas ganas de ganar el Mundial”. Entonces me di cuenta de que yo ya tenía ganas de descubrir mundo por otro lado.
Soy afortunada porque puedo dejar el deporte, retirarme de manera voluntaria, de manera bonita, alegre, agradeciendo todo lo que he hecho, no por una lesión o por falta de resultados o por falta de becas. Era el momento; yo lo sentí muy internamente así. Obviamente, también entrenando 12 horas al día y viajando muchísimo, no ves a los críos y yo quería disfrutar de mis hijos. O sea que algo tuvo que ver, pero realmente no fue el motivo. Por ejemplo, el año de Kai fue difícil, pero lo disfruté. Pero ya con el segundo, cada día que iba a la piscina estaba todo el rato pensando en otras cosas. Ya no tenía esas ganas de competir tan grande.
Desde tu retirada, ¿cómo ha cambiado tu manera de vivir la maternidad?
Es un hecho que no paro. Viajo mucho porque me están saliendo muchas cosas y tengo ganas de descubrir mundo y ahora puedo hacer muchas otras cosas que me motivan un montón. Pero también es verdad que priorizo muchísimo la crianza, estar presente, disfrutar de mis hijos y de la familia.
¿Fomentas valores deportivos en tus hijos?
Son muy chiquititos, tienen cuatro y dos años, así que fomento el moverse y el llevar una vida saludable. Es decir, comemos súper bien en casa, comen de todo, comen endivias, comen mejillones, comen coliflor… Jamás les he hecho algo que no fuera el menú que tocaba para todos, comen igual que nosotros. Y luego, obviamente el deporte, es decidir, moverse para mí es importante. Lo único que hacen a nivel extraescolar, no de deporte, de todo, solo hacen natación. No hacen nada más porque considero que están muchas horas en la guarde y en el cole y cuando acaban están con nosotros y no hacen nada más por ahora.
Pero sí que me gustaría que en un futuro, no que fueran deportistas de élite ni mucho menos, pero que como hobby practicaran algún deporte, a poder ser de equipo. Me gustaría por los valores que te da el deporte y por el aprendizaje de vida que supone el deporte.
Más allá del deporte, ¿qué es lo que tienes más en cuenta en la educación y los principios que inculcas a tus hijos?
Pues no sé porque voy aprendiendo poco a poco. Me doy cuenta que la crianza es una de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida y solo sé que no sé nada. Intento poner sentido común, poner mucho cariño y poner límites también. Intento estar muy presente, somos súper cariñosos en casa y nos comunicamos mucho. Creo que es súper importante la comunicación. Desde muy chiquititos les hemos tratado siempre como si fueran adultos a nivel de lenguaje porque desde muy pequeños ellos tienen su personalidad, saben expresarse, entienden muchísimo las cosas.
Para mí esto siempre ha sido muy importante, intentar poner sentido común, porque vamos a ciegas a muchas cosas, porque no sabemos. Todos intentamos hacerlo de la mejor manera posible como se puede y como sabes en ese momento.
¿Juegas a menudo con ellos?
Un montón. Me encanta. Es la parte más chula de de la crianza, poder interactuar con ellos y hacerlo a través del juego. Por eso me hace mucha ilusión la colaboración con Fisher, que ya tenemos una relación desde hace años, porque sé que hay una investigación previa y porque sabes que este tipo de juego es educativo y que le va a enseñar X cosa. Eso me relaja en este sentido.
Jugamos mucho mi marido y yo con el pequeño. Con el mayor hacemos desde juegos más motrices o más físicos hasta juegos más de mesa. Le encantan los puzles también.
¿Qué es lo que te resulta más difícil en la crianza de tus hijos? ¿Cuáles son o han sido los mayores retos al respecto?
No lo sé… A ver, yo siempre he sido paciente, pero ahora estoy desarrollando más mi paciencia en todos los sentidos. Tener mucha paciencia a veces no es fácil. Y el intentar hacerlo todo de una manera positiva y educativa, porque hay momentos en los que no son fáciles, pero hay que entender que para ellos todo es nuevo y que es un aprendizaje muy grande todo el rato, todos los días.
Y entender también un poco los procesos por los que pasan. Por ejemplo, ahora el pequeño, de dos años, está en esa fase de frustración, que se comunican y tienen un lenguaje verbal pero no súper amplio, entonces a veces no saben expresar al mil por mil lo que sienten. También, por ejemplo, a veces es difícil porque nosotros somos mucho de comunicarnos en casa y a veces es difícil saber qué sienten, qué piensan. Entonces, una de las cosas que me ayuda, que me me explican las maestras de mis hijos, es explicarles que yo también he pasado por aquí: “yo a veces me enfado muchísimo” o “a veces estoy triste” o “mira, me pasó, esto, no me salió bien”... Eso me ayuda mucho, porque a veces es difícil entender qué es lo que están sintiendo.
¿Sigues alguna corriente educativa, como pueda ser Montessori o Waldorf, por ejemplo, o prefieres ‘coger’ un poquito de todas?
Intento coger un poquito de todas. Sí que es verdad que me gusta mucho el desarrollo de toda la parte artística de los niños, sobre todo cuando son chiquititos; el dejar que ellos descubran también las cosas y potenciar lo que les gusta, lo que les sale. Y y luego también, no sé si es una corriente o no, pero intentamos disfrutar mucho de la naturaleza. O sea, somos mucho de mar, de montaña, de andar, de estar fuera también, ¿sabes? Yo intento aprender de esas corrientes o incluso del boca a boca de amigas, de que te expliquen un poco de todo.
¿Tus hijos, al menos Kai, que es algo más mayor, son conscientes de que su madre es campeona olímpica y más o menos de lo que eso significa?
Pues no sé si son conscientes. Algo saben porque, claro, el mayor vivió casi en una piscina en su primer año de vida, y han ido a competiciones o han visto clasificarme para unos juegos, han estado conmigo en la piscina… las niñas de sincro, como ellos las llaman, son sus mejores amigas, piensan que todas mis compañeras del equipo son como sus tías y las conocen un montón. Y les encanta ver ‘sincro’, pero no sé si saben qué significa ser campeón olímpico. Tampoco les he hablado yo de unos Juegos Olímpicos o de un Mundial; simplemente les decía que mamá baila en el agua y ya está. A veces sí que ve que la gente se quiere hacer una foto o tal, pero jamás me han preguntadopor qué. Yo creo que lo ven como algo natural. También ven que nos relacionamos con deportistas de otros deportes, o sea, es parte de su vida, claro, pero conscientes como tal, yo creo que no.