El ronquido es el sonido producido durante el sueño causado por el aire al pasar por las estructuras superiores del aparato respiratorio. Estas estructuras, paladar, nasofaringe, adenoides y amígdalas palatinas, son de consistencia blanda y elástica y, al perder el tono durante el sueño, al paso del aire vibran, dando lugar al ronquido.
En los niños la principal causa del ronquido, a diferencia de los adultos, cuya causa principal es la pérdida de tono muscular, es el problema de espacio causado por el aumento del tamaño de las estructuras linfáticas de la zona nasofaríngea, principalmente de las adenoides y las amígdalas. Veamos en qué consisten estas dos alteraciones.
¿Qué es la hipertrofia adenoidea y por qué se produce?
Las adenoides son una estructura de tejido linfático (anillo linfático de Waldeyer) localizada en la región posterior del cavum nasofaríngeo que crece de forma vegetante, de ahí su otro nombre, “vegetaciones”, que en la edad infantil están muy desarrolladas para actuar como medio de centinela a la entrada de la vía nasal respiratoria y de las fauces, para protegerse ante las infecciones que se puedan adquirir a través de la vía aérea.
El aumento de tamaño de las adenoides, puede ser constitucional o estar causada por infecciones repetidas, la cual es una de las causas principales en los niños de la aparición del ronquido nocturno durante el sueño. Esta hipertrofia también puede dar lugar con el tiempo, a deformaciones del paladar, ocasionando una deformación conocida como “paladar ojival” y a un marcado grado de dificultad respiratoria nasal diurna, con alteraciones en la morfología facial, cambio de voz y fatiga al realizar ejercicio.
¿Qué es la hipertrofia amigdalar y por qué se produce?
Las amígdalas palatinas son dos estructuras de tejido linfático en forma de almendra localizadas a ambos lados de la entrada de la faringe entre el pilar anterior y posterior del paladar blando y que tienen como función la defensa de la vía aérea ante la entrada por las fauces de microorganismos patógenos, para evitar su progresión y la consiguiente infección del aparato respiratorio.
En los niños están aumentadas de tamaño y se hipertrofian más de forma aguda y crónica debido a la repetición de las infecciones. Esta situación del aumento del tamaño, provoca en los niños, además de los síntomas inherentes a las infecciones repetidas, dificultad al paso del aire, cambio en la voz, dolor faríngeo, dificultad para tragar y ronquido durante el sueño.
En definitiva, diremos que la causa que provoca más frecuentemente el ronquido nocturno en los niños suele estar en relación con el aumento de tamaño de las estructuras linfáticas que componen el anillo de Waldeyer (adenoides, amígdalas y faringe), ya sea de tipo constitucional, provocada por infecciones repetidas o por ambas.
Otras causas del ronquido en los niños
Las alteraciones estructurales de la vía aérea respiratoria, ya sean malformativas, traumáticas o inflamatorias, pueden ser causa de ronquido en los niños. La postura, dormir “boca arriba”, también tiene gran trascendencia. Situaciones puntuales como las infecciones y también el ambiente exterior, calefacciones, aire acondicionado, influyen grandemente. La desviación del tabique nasal, ya sea congénita o traumática también puede ser causa de ronquido nocturno.
Un posible trastorno si tu hijo ronca: la apnea del sueño
La apnea del sueño es un trastorno que puede aparecer en estos niños roncadores. Junto al ronquido se presentan pausas respiratorias de distinta intensidad y duración que generan sueño intranquilo no reparador, posturas anormales durante el sueño y sudoración profusa.
Esta situación repercute de forma evidente y llamativa en el rendimiento diurno del niño con cansancio permanente, cefaleas matutinas, bajo rendimiento escolar y dificultad para la atención, la concentración y el sueño diurno persistente.
Cómo manejar el ronquido en el niño
- Seguir los consejos de vuestro pediatra. A veces es conveniente que el niño sea visto por un especialista otorrinolaringólogo infantil para resolver el problema de adenoides y amígdalas. Evitar infecciones.
- Mantener despejada la vía aérea.
- Mejorar el ambiente del dormitorio, controlando temperatura y humedad.
Con la edad, estos síntomas mejoran y desaparecen por la disminución del volumen del tejido linfático, a partir de los siete años de edad.