La salud mental juvenil necesita atención, pues, según distintos estudios, se ha ido deteriorando en estos últimos años. Así, el reciente estudio Inquietudes, preocupaciones y salud mental de la juventud de España, de la Fundación Atalaya, destaca cómo la mitad de los encuestados (de entre 15 y 29 años) experimentan dificultades en el día a día relacionadas con un bajo estado de ánimo, y uno de cada cinco (un 20,6%) presenta síntomas graves de ansiedad, lo que afecta especialmente a las chicas.
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¿Qué recomendaciones se pueden seguir para mejorar la salud mental en esta etapa? Hemos preguntado a Beatriz Urra, psicóloga sanitaria y forense, y subdirectora clínica del Hospital de Día Retiro Recurra Ginso, para que nos dé las pautas a seguir.
1. Detectar y tratar a tiempo estos problemas
El 70% de las psicopatologías comienzan a manifestarse durante la infancia y la adolescencia. Es muy importante estar atentos para ponerles tratamiento cuanto antes y evitar su cronificación. "En demasiadas ocasiones, las familias acuden a buscar ayuda profesional especializada demasiado tarde. No han sabido/podido ver las señales de alarma, se han visto desbordados, han minimizado la situación, no han encontrado los medios o el profesional al que acudir… son numerosas las razones que hacen que se demore meses o incluso años", destaca la especialista.
Sin embargo, cuando esos problemas se detectan y manejan bien puede haber un cambio esencial en su evolución y en el estado del adolescente.
2. Luchar contra la soledad no deseada
Según el estudio de la Fundación Atalaya, el 15,3% de los jóvenes se sienten solos de forma frecuente. Esa soledad no deseada es producto, como indican los expertos, de una sociedad cada vez más conectada a través de dispositivos. En este sentido, Beatriz Urra recomienda volver a conectar con lo esencial, con la naturaleza, con los orígenes, despegarse de la pantalla y buscar actividades y espacios de encuentro con iguales donde entablar conversación y establecer relaciones.
"También centrarnos en la calidad de las relaciones y no en la cantidad. Muchas veces, los adolescentes se centran en el número de seguidores o amigos en las redes. Más importante será cuidar las amistades aunque sean pocas en número", añade. Es esencial también "reforzar una buena autoestima y desarrollar habilidades sociales, ya que, frecuentemente, muestran dificultades para relacionarse".
3. Hacerles sentir parte de la sociedad
Muchos adolescentes se sienten aislados y ajenos a la sociedad, como si no formaran parte de ella. Para combatir esta sensación, la psicóloga aconseja involucrarles en tareas, y asignarles obligaciones, a la vez que cumplen con una rutina. Deben sentir "que son indispensables y que hacen cosas realmente valiosas e importantes".
"En la actualidad, estamos viendo como los jóvenes están implicados en la catástrofe de Valencia limpiando, apoyando, donando…, es importante que sientan que son parte de la sociedad y que su fuerza y ganas son muy necesarias. Apoyarles, reafirmarles y felicitarles por sus logros. Valorar sus 'pequeñas grandes acciones'. Hacer sentir que somos parte de un todo, un eslabón de una gran cadena", destaca.
4. Combatir su sensación de inseguridad
Tal como ha revelado el estudio citado, muchos jóvenes se sienten inseguros. ¿Cómo ayudarlos? "Lo primero es explicarles que no estamos en un mundo totalmente seguro ni todo está bajo nuestro control, podemos prever ciertas cosas, estar atentos o prevenir cierto tipo de situaciones, pero, aun así, debemos vivir con cierta sensación de inseguridad", aclara Beatriz Urra.
Deben reconocer los distintos peligros con los que pueden encontrarse, saber dónde acudir si están en peligro, estar informados, "pues lo mejor siempre es prevenir", pero en última instancia tener claro que "siempre vamos a ser lugar seguro donde acogerles y ayudarles a resolver junto a ellos si lo necesitan".
5. Regular el consumo digital
"Los últimos estudios muestran que nuestros menores tienen cada vez más dificultad para relacionarse con iguales sin utilizar redes sociales. El sentimiento de soledad es cada vez mayor aunque reciban miles de likes o followers. También les dificulta en su rendimiento académico, ya que el nivel de atención es menor. A su vez, muchos de los chicos están conectados constantemente por la noche, por lo que su sueño es insuficiente, se muestran irritados y cansados durante el día. Es difícil que establezcan una rutina", alerta la especialista.
El uso compulsivo del móvil, del que muchos adolescentes no pueden prescindir, "puede generar niveles de ansiedad y/o depresión muy altos".
6. Protegerles frente a las conductas de riesgo
Hay muchas conductas que ponen en riesgo la salud mental y física de los adolescentes. Las más peligrosas son, tal como detalla la experta del Hospital de Día Retiro Recurra Ginso, el consumo de sustancias (especialmente alcohol, tabaco y drogas), las autolesiones, las conductas temerarias (deportes de riesgo, ir a mucha velocidad...), mantener relaciones sexuales precoces y sin protección, tener una relación negativa con la alimentación, y el fracaso y el abandono escolar.
Hay que citar también la más alarmante, que es la ideación y conducta suicida. Según el estudio de la Fundación Atalaya, un 1,5% de los encuestados presentaba un riesgo grave en relación al comportamiento suicida, lo que puede suponer una cifra de unos 50.000 jóvenes en España.
7. Mejorar su satisfacción vital
La adolescencia es una etapa convulsa en lo personal y emocional y donde hay una gran revolución hormonal que puede influir en gran manera en la forma en que se percibe la propia realidad. Cuando el adolescente se siente mal consigo mismo, no está satisfecho con lo que es o con lo que vislumbra que puede llegar a ser hay que pararse a analizar las causas de ese malestar: "Desde unas expectativas desajustadas por parte de los progenitores, desde un juicio extremadamente duro de uno mismo de lo 'poco' que se ha logrado, hablarse a sí mismo desde la ingratitud o desde una ambición desmedida...", comenta la psicóloga.
Su consejo es "buscar y atender el origen de esta dificultad; amar y agradecer quién soy, qué tengo y de quién me rodeo; ser generoso conmigo mismo y autocompasivo; establecer objetivos realistas y alcanzables en mi vida; disfrutar de mi presente (es lo único seguro que tengo); pasar tiempo con personas que me aporten…".
8. Combatir la ansiedad y la depresión
Los datos de ansiedad y depresión entre adolescentes son preocupantes. De hecho, el consumo de benzodiacepinas ha aumentado de forma considerable y los expertos han dado la voz de alarma.
¿Qué factores de protección se pueden emplear frente a estos problemas? Estos son los que recomienda Beatriz Urra:
- Hábitos saludables en la alimentación.
- Descanso suficiente y reparador.
- Actividad física con regularidad.
- Vinculación afectiva familiar.
- Reforzar sus habilidades sociales.
- Fomentar su tolerancia a la frustración.
- Promover aficiones y hobbies.
- Mantener relaciones sociales satisfactorias.
- Tener expectativas ajustadas por parte de la familia.
- Gozar de buena autoestima.
9. La familia, un lugar seguro
Aunque el adolescente prefiere estar en esta etapa con sus iguales, no deja de necesitar a su familia, aunque a veces pueda parecerlo. Para su salud mental, es imprescindible que su núcleo familiar se convierte en un espacio de estabilidad, donde pueda comunicarse libremente y reciba amor y respeto.
"Un lugar donde se le recoja aunque esté enfadado, aunque las cosas no hayan ido bien, donde sepa que puede expresar cómo está y no se le juzgará. La familia hace sentir que uno es pieza indispensable para los demás y viceversa. 'Nos importas y te importamos'. En la familia se darán unas condiciones óptimas para fomentar su desarrollo, se le respetará y se irán resolviendo los conflictos que vayan apareciendo a lo largo de la vida", asevera la psicóloga.
10. Motivar sus ilusiones
"La adolescencia es una etapa de interrogantes, cierta confusión y muchos cambios. Es común que los adolescentes muestren cierta apatía ante actividades que antes les gustaba. Muchas veces están cansados, es difícil que peguen un salto de la cama e incluso muchos muestran poco interés en el aseo personal o en actividades cotidianas que no suponen gran esfuerzo. Sin embargo, hay adolescentes que muestran tristeza, desesperanza, aislamiento… y uno debe estar atento a este tipo de sintomatología", advierte Beatriz Urra.
Si el adolescente se muestra sin ilusiones durante mucho tiempo y en todos los entornos (escolar, familiar, social), habría que analizar si hay algún problema de más relevancia. "Es importante motivarle a hacer ejercicio, por ejemplo dándole razones ('vas a sentirte muy bien', 'vas a coincidir con tal persona', 'ganas autonomía'), si las razones no son suficientes, darle un empujón (llevarle a ver un partido para que tenga curiosidad, organizar alguna actividad al aire libre con algún amigo suyo), hablar con él y orientarle (muchas veces, están confundidos y no saben bien qué camino tomar. Una conversación con ellos donde puedan sentirse más aclarados, suele ser impulsora y motor de cambio). Esencial el apoyarles y afianzarles en su seguridad, mostrarles que es mucho lo que nos gusta de ellos".
Y "si el futuro les asusta o lo ven muy lejano, mejor centrarse en pequeñas acciones del día y a corto plazo. Muchas veces se ven envueltos en proyectos donde se desaniman o pierden el objetivo", concluye.