La discromatopsia, conocida popularmente como daltonismo, es un trastorno congénito de la vista que distorsiona la percepción de los colores. Los adultos y los niños daltónicos tienen dificultades para distinguir entre el rojo y el verde, sobre todo, aunque también puede ocurrir entre el azul y el amarillo.
El daltonismo tiene su origen en unas células de la retina llamadas conos, que son las encargadas de detectar los colores. Hay tres tipos de conos, cada uno de los cuales percibe un color: uno el rojo, otro el verde y otro, el azul. Cuando uno de estos conos percibe el color de manera anómala es cuando aparece el daltonismo.
Hay, además, casos de daltonismo grave; se produce ya no por la percepción incorrecta del color por parte de los conos, sino porque ni siquiera están presentes los conos en la retina. En su forma más grave, la persona afectada lo ve todo en diferentes tonalidades de gris, si bien afortunadamente es muy poco común.
Las primeras señales de daltonismo en los niños
“Si es muy pequeño, es difícil” detectar las primeras señales de alerta de un posible daltonismo infantil. Por lo general, puede empezar a sospecharse entre los 3 y los 4 años, en caso de que ya los niños conozcan los colores, si bien es algo más adelante cuando las sospechas son más evidentes: “Cuando ya tienen 6 ó 7 años en la escuela suelen detectar algo, ya que al pintar y utilizar ciertos colores realizan mezclas extrañas”, nos indica el Dr. Luis Cardona Martín, oftalmólogo de IBO Miranza (Palma de Mallorca), especialista en oftalmología pediátrica.
“Habitualmente suelen usar tonalidades inusuales al dibujar o pintar. Los padres empiezan a notar que al vestirse hacen combinaciones de ropa poco coherentes”, añade. “Además, pueden observar que el niño confunde colores”.
¿Por qué es importante detectar el daltonismo en los niños?
El Dr. Cardona señala que, cuanto antes se detecte el daltonismo en los niños, mejor; no tanto porque les vaya a afectar a su vida diaria o al rendimiento académico como tal, como por la presión que puedan recibir por parte de sus profesores o de sus padres por los errores que puedan cometer con los colores.
Es importante que, “cuando tienen que pintar y se equivocan, no les insistan, ya que no lo pueden aprender”, señala el especialista en oftalmología pediátrica. “Por ejemplo, no les hagan discriminar determinados verdes y marrones, que es el trastorno más frecuente”.
Por lo demás, el daltonismo “a los niños en la vida diaria les afecta poco, y respecto al rendimiento académico, incidir en lo anterior, que el niño puede dibujar muy bien pero pintar con cierta anarquía”, insiste Cardona Martín. “En este sentido los profesores han de ser conscientes para no solicitarles mejoras en un aspecto que el niño no puede”.
Si es importante a edades tempranas detectar el daltonismo, es imprescindible hacerlo de cara a cuando ya son algo más mayores o ya adolescentes y ya van solos por la calle, puesto que les puede afectar en el reconocimiento de los colores de los semáforos, por ejemplo. En este sentido, es necesario educarles en cuanto a la posición de los colores, puesto que los tres colores (el rojo, el amarillo y el verde) siempre tienen la misma posición en todos los semáforos de toda España. Deberán memorizar esta posición y tenerla muy interiorizada. Por supuesto, a la hora de viajar al extranjero, especialmente si lo hacen solos, será una de las primeras cuestiones que deberán tener en cuenta y averiguar cómo funcionan los semáforos en el país en cuestión.
¿Qué pruebas se le hacen a un niño para detectar el daltonismo?
Es preciso detectar el daltonismo lo antes posible, como señalábamos anteriormente; sin embargo, el diagnóstico no va de la mano con un tratamiento o terapia que lo cure o lo atenúe. Su utilidad es el conocimiento en sí y poder tenerlo en cuenta tanto en el ámbito escolar como en otros aspectos de la vida presente y futura del niño.
En cuanto a cómo se detecta técnicamente, “la prueba básica para el despistaje de los trastornos de los colores son las láminas de ISHIHARA, y para los niños más pequeños personalmente utilizo el test de WAGGONER”, nos explica el el Dr. Cardona. “Ambas pruebas son bastantes fiables y evalúan la capacidad de distinguir los colores”.
1.¿En qué consiste la prueba de Ishihara?
“La prueba de Ishihara consiste en una serie de láminas con círculos de colores que forman números o figuras”, detalla el oftalmólogo. Sirve para detectarlo porque “las personas con daltonismo no pueden ver algunos de estos números o figuras, o los ven de forma diferente a las personas normales”.
2. ¿En qué consiste el test de Waggoner?
El especialista nos informa que el test de Waggoner es una prueba de visión cromática fácil destinada a la población infantil, especialmente para niños de 3 a 6 años de edad. “El test consta de dos partes: la primera consiste en reconocer una tarjeta de demostración y 9 tarjetas de examen numeradas del 1 al 9 que representan un círculo, una estrella y un cuadrado, pudiendo haber varias de ellas en alguna de las 9 láminas”.
En cuanto a la segunda parte, indica que está compuesta por 3 láminas con figuras algo más complejas (perro, barco, casa). “El niño debe colocarse a unos 75 cm y reconocer en menos de tres de las figuras. Es una prueba que evalúa los 3 ejes de colores: protán (rojo), deután (verde), y tritán (azul/amarillo)”.
3. Una prueba más: el test de FARNSWORTH 100 Hue
Si bien el test de FARNSWORTH 100 Hue está más orientado a la vida laboral y, por tanto, a la población adulta, es necesario informar a los padres de su existencia de cara al futuro de su hijo. Este test, que “es totalmente fiable”, consiste en ordenar unos discos de colores según su tonalidad. “Las personas con daltonismo tienen dificultades para realizar esta tarea, ya que confunden algunos colores o los ordenan de forma errónea”.