El consumo de pornografía entre menores de edad es un problema de grandes dimensiones que tiene consecuencias muy graves para niños y adolescentes. Para concienciar sobre ello, la Agencia Española de Protección de Datos, la ONG Dale una vuelta y la Fundación del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid han creado un decálogo con el que ponen sobre la mesa algunos de sus efectos adversos.
1. Crea expectativas irreales y creencias erróneas sobre la sexualidad
Los expertos consideran que la educación sexual tiene que proporcionarse desde la familia antes de que el menor tenga edad de mantener encuentros de este tipo. En este sentido, cuando basan su conocimiento sobre las relaciones sexuales en las imágenes o vídeos pornográficos que ven en Internet se hacen una idea totalmente desajustada de lo que supone mantener sexo con otra persona, y sus expectativas se alejan de la realidad.
2. Normaliza y favorece la violencia sexual
Las imágenes que el porno ofrece a los menores cosifican a la mujer y muestran situaciones donde ella es tratada meramente como un objeto para satisfaccción del otro. Muchos de los contenidos recrean escenas de violencia sexual, que de este modo el menor normaliza en su mente, como si la sexualidad tuviera indefectiblemente este componente.
3. Incrementa las conductas sexuales de riesgo
Tal como destacan los expertos, "el consumo de pornografía se relaciona con un mayor uso irresponsable del preservativo, búsqueda de relaciones sexuales bajo los efectos de sustancias y consumo de prostitución". Es así porque en los contenidos de porno que consumen a esta edad estas alternativas se ven como algo habitual, se normalizan.
4. Produce pérdida de privacidad
Aunque el menor no tenga que hacer un desembolso económico para visualizar el porno en Internet, el precio que paga es alto, teniendo en cuenta que la Red se lo 'cobra' con sus datos personales. Tal como se advierte en el decálogo, "los datos personales tienen valor para quien quiere localizar menores, acceder a ellos, conocer sus debilidades, volverlos adictos y manipularlos".
5. Afecta negativamente a la satisfacción sexual
Ver pornografía se asocia a una sexualidad más impersonal y menos íntima. En este sentido, "favorece problemas sexuales en la excitación, deseo y orgasmo. Daña la autoestima sexual y se relaciona con un sexo menos placentero en la edad adulta", alertan los especialistas.
6. Puede provocar problemas de pareja
Además de crear falsas expectativas sobre lo que es, en realidad, una relación sexual en pareja, exponerse a la pornografía tiene más efectos dañinos sobre las relaciones sentimentales. Entre ellos están la promiscuidad sexual, la infidelidad, un mayor número de parejas sexuales y una iniciación precoz en el sexo.
7. Los adolescentes se sienten más solos
La salud mental de los adolescentes ha mermado desde la pandemia. Pero hay ciertos factores que tienen un peso en esta situación. Entre ellos, la soledad que sienten y que se ve favorecida en este caso por el consumo de pornografía, que los aísla y hace que lleven a cabo menos actividades sociales.
8. Ocasiona un deterioro a nivel neurobiológico
El consumo de pornografía entre los menores no se queda en un plano emocional y relacional, pues sus efectos van mucho más allá. Como se destaca en el decálogo, "afecta a la corteza prefrontal, el sistema de recompensa, las neuronas espejo y diferentes áreas en relación con el control de los impulsos y la toma de decisiones".
9. Baja el rendimiento académico
La visualización de porno no es estanca: tiene implicaciones en muchos niveles. Así, "el uso frecuente de la pornografía se relaciona con un deterioro en la capacidad de atención, memoria procedimental y en la capacidad de organización y planificación", competencias todas ellas que cuando fallan pueden llevar a una bajada de rendimiento y al fracaso escolar.
10. Hay riesgo de que se convierta en una adicción
No hay ningún consumo seguro de pornografía entre los menores de edad. Los especialistas destacan cómo "el uso esporádico se puede convertir en un comportamiento adictivo caracterizado por tolerancia, dependencia, falta de control, abstinencia, regulación disfuncional de las emociones con la pornografía, conflictos en diferentes áreas de la vida y necesidad de consumo frecuente".