Niña jugando en su habitación llena de juguetes© Adobe Stock

Enséñalo a ordenar y organizar sus juguetes con el método Montessori

En el entorno del juego, todos los aprendizajes y experiencias pueden ser significativos, también la recogida de los juguetes. Organizarlos siguiendo el método Montessori puede ayudar en muchos aspectos a padres y niños. Te contamos cómo hacerlo.


15 de octubre de 2024 - 11:38 CEST

Los juguetes pueden mantenerse en orden siguiendo un criterio práctico para que dejen de estar en el suelo o en mitad de la habitación, sin ninguna norma preestablecida o teniendo en cuenta unas reglas para fomentar la autonomía y el aprendizaje de los más pequeños, aprovechando así este momento también de forma útil.

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En este sentido, la organización de los juguetes también puede ser una buena aliada que ayude en aspectos tan importantes como la independencia y la creatividad del niño. 

“El método Montessori se basa en la organización del entorno en cinco áreas clave del desarrollo humano: vida práctica, área sensorial, lógica-matemática, lenguaje y cultura. En este enfoque, cada material tiene un lugar específico donde debe guardarse después de su uso. Esta estructura no solo mantiene el orden, sino que también facilita que los niños encuentren lo que buscan la próxima vez que quieran usarlo,” comenta Paloma Castellanos, colaboradora de Colorbaby y psicóloga especialista en neuropsicología y educación, además de profesora de Educación Infantil y orientadora en un centro escolar. Ella nos cuenta cómo lograr el orden con esta metodología.

Los niños pueden comenzar a colaborar en la organización a partir del momento en que empiezan a caminar y adquieren mayor control sobre sus movimientos

Paloma Castellanos

Evitar el aburrimiento

Uno de los principios básicos para que los juguetes sigan despertando el interés de los más pequeños es rotarlos periódicamente. Hay determinadas épocas, como las Navidades o los cumpleaños, en que se pueden encontrar con muchos de repente. Una buena estrategia es guardarlos e ir sacándolos progresivamente, poco a poco. Esto evita el aburrimiento y ayuda a que los niños mantengan "un papel activo en su aprendizaje, involucrándose en el orden y el cuidado de sus pertenencias", destaca la experta.

Además de esto, es importante que los juguetes con los que pueda interaccionar en cada momento estén a la altura del niño. "Su visibilidad y accesibilidad son fundamentales", destaca la psicóloga. "Si los juguetes están a su altura, nuestros hijos pueden elegir de manera autónoma con qué jugar. De esta forma fomentamos su sentido de responsabilidad y promovemos su independencia", destaca. Esa independencia será muy valiosa a la hora de ordenar también.

© Adobe Stock

Estructurar el ambiente y facilitar el orden

En un ambiente de juego estructurado, el niño puede acceder solo a unos cuantos juguetes. No tiene decenas de ellos a su disposición en cada momento. Además de llamar así su interés, como ha quedado dicho, de esta forma se facilita el proceso de organización y de recogida. 

Al principio, serán los padres los que tengan que marcar las pautas. Los hijos son grandes imitadores y sus acciones están más mediadas por lo que ven que por lo que escuchan, por lo que el ejemplo en este sentido es vital. "Los niños pueden comenzar a colaborar en la organización a partir del momento en que empiezan a caminar y adquieren mayor control sobre sus movimientos. Este proceso es gradual y varía según el desarrollo individual de cada niño", destaca la colaboradora de Colorbaby. El hecho de que el proceso de juego tenga un principio, cuando eligen el juguete, y luego un final, cuando lo recogen (en lugar de dejarlo tirado en la habitación) les ayuda a estructurarse mentalmente, ya que van entendiendo que los procesos, en todos los ámbitos, tienen esa secuencia de comienzo y final.

Por otro lado, para facilitar esa recogida, hay que utilizar accesorios que faciliten la armonía y el equilibrio. "Para lograr un espacio ordenado, los accesorios clave incluyen estanterías bajas, cestas, bandejas y apoyos visuales como carteles y fotos. Estos elementos ayudan a definir y mantener el orden en el entorno de juego", recomienda Paloma Castellanos.

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¿Y si comparten habitación dos hermanos?

Cuando los hermanos conviven en la misma habitación, o hay una estancia especial para que jueguen, la tarea de ordenar puede ser más complicada. En este caso, la psicóloga aconseja lo siguiente:

  • Define espacios: Utiliza separadores visuales, como estanterías bajas, cortinas o muebles para crear áreas semiindependientes dentro de la habitación.
  • Marca zonas: Emplea etiquetas, dibujos o símbolos para diferenciar claramente las áreas de cada niño, como la zona de dormir, el área de juegos y el área de estudio.
  • Utiliza almacenamientos adecuados: Cajas de distintos colores y tamaños y estanterías bajas pueden ayudar a definir las zonas y mantener el orden.
  • Fomenta la responsabilidad: Involucra a los niños en el cuidado de sus cosas, haciendo que se responsabilicen de su propio espacio.

En la medida en que el adulto deje claro cuál es el ámbito y la responsabilidad de cada uno, será más difícil que surjan conflictos o que alguno quiera 'escaquearse' de su cometido.