Bebé tocándose la nariz con mocos© Adobe Stock

Juegos efectivos y divertidos para que los niños aprendan a sonarse los mocos solos

Desde muy pequeños, los niños pueden comenzar a hacer ejercicios respiratorios que les van a ayudar a expulsar los mocos. Lo ideal es hacerlo a través de juegos, para que participen más activamente y logren librarse de una mucosidad que en el periodo frío del año los acompaña muchos meses.


14 de octubre de 2024 - 11:04 CEST

Los niños en edad escolar suelen pasar entre seis y ocho procesos catarrales cada curso. Se concentran en el periodo más frío del año, por lo que se suele comentar que los mocos comienzan en octubre y acaban en mayo. Hay más de 200 virus que pueden provocar estos episodios, y el más frecuente es el rinovirus.

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Los mocos son los protectores del sistema respiratorio, ya que su función es atrapar a estos gérmenes que quieren entrar en nuestro organismo

Dra. Alba Gómez Garrido, médico rehabilitadora de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física

Además de llevar a cabo todas las medidas para evitar contagios y para garantizar el confort del pequeño, es muy recomendable que ellos aprendan a sonarse para expulsar los mocos del tracto respiratorio superior. "Cuando nuestro sistema respiratorio entra en contacto con un agente extraño, como podrían ser los virus que causan los catarros, las mucosas se inflaman y generan una sustancia transparente de consistencia líquida-gelatinosa llamada moco, que según va evolucionando modifica su tonalidad (de transparentes a blanquecinos, de blanquecinos a amarillos y finalizaran siendo verdosos). Los mocos son los protectores del sistema respiratorio, ya que su función es atrapar a estos gérmenes que quieren entrar en nuestro organismo", destaca la Dra. Alba Gómez Garrido, médico rehabilitadora de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF).

Cuando se acumulan demasiados, el confort del niño desciende, sobre todo a la hora de dormir y de comer, al margen de los problemas para respirar bien que les puede provocar. Por eso es bueno que ellos también sean partícipes a la hora de eliminarlos.

© Adobe Stock

Desde muy pequeños

Hay distintos ejercicios respiratorios para expulsar los mocos que el niño puede hacer desde que es muy pequeño y cuya complejidad se va adaptando según va cumpliendo años. Son los siguientes, como cuenta la experta:

  • Desde el año. Se les puede enseñar a oler cosas, como frutas o flores, y a soplar las velas, en cuanto sea posible.
  • Desde los dos años. A partir de esta edad, el pequeño ya está más colaborativo, por lo que hay que aprovechar "para enseñarle algunos ejercicios respiratorios pidiéndole que juegue a imitarnos". Así, se le puede indicar que coja el aire de forma profunda por la boca hinchando la barriga y levantando las manos como una ola. "A continuación, se le pedirá que sople sacando el aire por la boca como si quisiera apagar un fuego y que baje los brazos", detalla. 
  • El gato. Un ejercicio muy eficaz es imitar la postura del gato "para empezar a familiarizarse con la respiración diafragmática". Consiste en ponerse a cuatro patas y coger aire por la nariz. "Al coger aire, la zona lumbar de la espalda descenderá arqueándose y al sacar el aire sacará la zona dorsal que ascenderá como la chepa de un gato". Como en los anteriores, la SERMEF recomienda llevar a cabo estas actividades de forma lúdica para que los niños no las vean como una obligación sino como un divertimento que adquieren jugando. 
  • Burbujas. Para despegar las secreciones y ayudar a que asciendan y así facilitar su expulsión, un ejercicio que funciona muy bien es hacer burbujas con una caña en un vaso o en la bañera, o bien soplar con un matasuegras o con un silbato (ojo con el tamaño para que no pueda metérselo completamente en la boca). "También se les deben enseñar ejercicios que suban la mucosidad como hacer vaho para empañar un espejo, hacer pompas de jabón, soplar molinillos de aire o incluso soplar bolitas de papel como si quisiera hacer una carrera de bolas con nosotros", destaca la especialista.

Lavado de manos y otras medidas esenciales

Además de las anteriores, en época de infecciones respiratorias hay que llevar a cabo una serie de precauciones como el lavado de manos con agua y jabón, beber agua de manera regular para fluidificar esas secreciones , hacer lavados nasales, y practicar ejercicios para que tosan y aprendan a sonarse los mocos.

El uso del humidificador no está recomendado si el niño es alérgico, tiene rinitis o infección en las vías respiratorias inferiores

Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF)

También se recomienda mantener la humedad de la habitación en la que esté el pequeño entre el 40 y el 60%. "Si la humedad es inferior al 40%, estaría indicado el uso de humidificadores o trucos caseros como colocar un bol de agua cerca de una fuente de calor para evitar la sequedad. Humidificar la habitación sobre todo está indicado en casos de laringitis. Sin embargo, no se recomienda cuando el niño es alérgico, tiene rinitis o infección en vías respiratorias inferiores", destacan desde la SERMEF. Si se usa humidificador, hay que cambiar el agua cada día, hacer una limpieza frecuente y regular, cada tres días, y tener precaución con los vaporizadores calientes, ya que pueden provocar quemaduras.

© Getty Images

Cuando los mocos han bajado al tracto respiratorio inferior o en caso de niños con alguna alteración, como "enfermedades neurológicas, alteraciones inmunitarias, alérgicos o con enfermedades respiratorias crónicas o infecciones respiratorias de repetición estaría indicado ser valorados en las Unidades de Rehabilitación Respiratoria Pediátrica y prescribir tratamiento de fisioterapia respiratoria específico", señalan. Los fisioterapeutas respiratorios serán los que lleven a cabo en este caso las técnicas más adecuadas, según el estado del paciente