Madre e hija de pie boca abajo sobre la alfombra en casa© Getty Images

Consejos de salud

¿Te duelen los brazos o la espalda? Así puedes evitar lesionarte al atender a tu bebé

La experiencia de la paternidad es muy exigente en todos los sentidos, también en el físico. Por ello, muchos progenitores acaban con dolores en determinadas partes de su cuerpo sometidas a esfuerzos continuos con el bebé. ¿Qué se puede hacer para evitarlos?


9 de septiembre de 2024 - 15:39 CEST

Cuando se tiene un hijo hay que adaptar muchas cosas en el día a día, también la disponibilidad física para, en sus primeros meses de vida, cogerlo en brazos, jugar con él, levantarlo, bañarlo, cambiarlo... Hay padres más en forma y otros que acusan más esta exigencia. En todo caso, es un momento de riesgo para sufrir lesiones de distinta importancia que si no se cuidan pueden conllevar problemas crónicos.

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Para saber cómo prevenirlas de la mejor forma hemos recurrido al Dr. Gonzalo Mora, traumatólogo, y Marta Jiménez, enfermera, ambos expertos en Medicina Regenerativa de Itramed (www.itramed.com), en Logroño.

¿Cuáles son las lesiones más frecuentes cuando se tienen hijos?

Las tareas cotidiana para cuidar a un niño pequeño pueden pasar factura. Hay que tener en cuenta que pueden generar problemas articulares y tendinosos que afecten a la calidad de vida en general, limitando la capacidad para hacer otras actividades cotidianas, con el peligro de "convertirse en una lesión crónica". ¿Cuáles son los daños más habituales en este sentido? Estos son los que señalan los expertos:

  • Tendinitis en las muñecas, "debido al esfuerzo continuo de levantar y sostener a los niños".
  • Lesiones en los meniscos de las rodillas, "causadas por agacharse repetidamente en cuclillas".
  • Dolor de espalda dorso-lumbar, "originado por inclinarse para jugar, recoger juguetes o cargar a los niños sin mantener una postura adecuada".

Las posturas correctas para evitar lesiones por el cuidado de hijos

Si no se mantienen posturas adecuadas, el dolor puede llegar a hacerse crónico, con todo lo que esto conlleva. El Dr. Gonzalo Mora y Marta Jiménez recomiendan estas pautas:

  • Al coger a los niños en brazos: Es crucial "mantener la alineación correcta de las muñecas, evitando movimientos bruscos o forzados de flexión o extensión. Esto ayuda a prevenir tendinitis y sobrecargas en las articulaciones". 
  • Al agacharse para levantar al bebé del suelo: Deben flexionarse las rodillas, manteniendo la espalda recta, "de manera que el peso se distribuya en las piernas en lugar de la columna lumbar, lo que reduce el riesgo de lesiones en la espalda".
  • Al jugar en el suelo con ellos: Se deben evitar posiciones prolongadas en cuclillas y tampoco es aconsejable sentarse sobre los talones, "ya que esta postura ejerce mucha presión sobre los meniscos de las rodillas, lo que puede provocar lesiones". En su lugar, aconsejan, "se deben adoptar posturas sentadas, utilizando una superficie más cómoda o amortiguada que reduzca la tensión en las articulaciones". 
© Adobe Stock

La importancia de la prevención

Al margen de seguir estas pautas y hacer estiramientos y pausas frecuentes (que relajan los músculos y evitan sobrecargas), hay otro factor que va a ayudar mucho a que los padres no sufran este tipo de dolencias cuando se dedican al cuidado de un hijo pequeño. Se trata de mantener una buena condición física.

"Realizar ejercicio regularmente, especialmente aquellos que fortalecen los músculos, es esencial para prevenir lesiones. Actividades como el ciclismo o ejercicios de fuerza que fortalezcan las piernas son clave para proteger las rodillas y reducir el riesgo de lesiones articulares", señalan los especialistas de Itramed. Además, añaden, prácticas como el pilates o el yoga son especialmente útiles para fortalecer el core [parte central del cuerpo] o la musculatura abdominal y lumbar, lo cual es crucial para evitar dolores y lesiones en la espalda baja". Al fortalecer esa parte central, que incluye también pelvis, glúteos y musculatura profunda de la columna, se consigue mejorar la estabilidad y distribuir mejor las cargas al coger en brazos a los niños. "Con una preparación física adecuada, los padres pueden afrontar las demandas del día a día sin comprometer su salud física", subrayan.

¿Y cuándo hay hijos con discapacidad?

Las exigencias físicas se multiplican cuando el hijo tiene discapacidad. Además de los consejos anteriores, los expertos insisten en que estos padres deben contar con una educación específica "sobre las técnicas adecuadas para la movilización y transferencia de personas. Aprender a levantar y mover a su hijo de forma correcta, utilizando la fuerza de las piernas y manteniendo la espalda en una posición neutra, puede marcar una gran diferencia a la hora de evitar lesiones. En este sentido, contar con formación en ergonomía o asistir a talleres de manejo de pacientes puede ser muy beneficioso".

Además, ponen el acento en la importancia de optimizar el entorno del hogar, contando con ayudas técnicas para facilitar el cuidado, y que los padres puedan contar con pausas o respiros para evitar la fatiga y la sobrecarga.

Con una preparación física adecuada, los padres pueden afrontar las demandas del día a día sin comprometer su salud física

Dr. Gonzalo Mora y Marta Jiménez, expertos en Medicina regenerativa

¿Cómo evolucionan estas lesiones?

Cuando los padres siguen esforzándose físicamente sin tener en cuenta las recomendaciones ya comentadas, puede haber una limitación seria a largo plazo, que necesitan de la valoración y tratamiento por parte del traumatólogo. Por ejemplo, en el caso de las tendinitis "si no se tratan adecuadamente, pueden evolucionar hacia lesiones parciales de los tendones", advierten. 

En cuanto a las lesiones de menisco, "la evolución en el primer mes es clave. Si el dolor y las molestias persisten más allá de los dos meses, se debe evaluar el grado de la lesión". En algunos de estos casos hay tratamientos más conservadores que no hacen necesaria la cirugía, pero en otros puede ser necesaria la intervención quirúrgica en un futuro, por lo que es esencial que los padres interioricen que también deben cuidarse.