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Natalia Díaz© Natalia Díaz

Tecnología

Estos son los riesgos de sobreexponer a los niños en las redes sociales, contados por una experta en la materia

Hablamos con Natalia Díaz sobre el 'sharenting', es decir, acerca del hecho de compartir imágenes o información de menores en redes sociales. ¿Qué consecuencias tiene para ellos? ¿Es una actividad con alguna regulación legal? 


5 de septiembre de 2024 - 17:00 CEST

La activista y divulgadora antisharenting Natalia Díaz (@medianoche.tube, en Instagram) lleva siete años concienciando acerca de esta práctica. De hecho, es la precursora en España de este movimiento que intenta poner sobre la mesa los riesgos de compartir imágenes y datos de menores a través de redes sociales y otros canales públicos de difusión. 

Acaba de publicar el libro Protege a tus hijos de la sobreexposición en la red (Ed. Harper Collins), una obra donde habla de sus peligros. Hemos charlado con ella.

Documentar el día a día de nuestros hijos supone una grave intromisión en su intimidad

Natalia Díaz

Llevas siete años concienciando acerca de los peligros de la sobreexposición en redes de niños. ¿Qué ha cambiado en este tiempo?

En siete años hemos logrado un cambio de paradigma asombroso. Cuando comencé mi activismo, la sobreexposición infantil estaba totalmente normalizada. La sociedad ni siquiera se planteaba que esta práctica pudiera ser peligrosa, ni mucho menos la gran vulneración de la intimidad que supone para los menores. Conseguir una regulación del contenido infantil en redes era casi una utopía. Siete años más tarde, me reúno con el Ministerio de Juventud e Infancia para hablar de una Ley Orgánica de Protección al Menor en el Entorno Digital. Y no sólo eso, sino que la sociedad está más concienciada que nunca sobre los riesgos y consecuencias psicológicas del sharenting y el derecho a la intimidad de los menores. Si me preguntas qué ha cambiado en este tiempo, mi respuesta es: todo. Y, aun así, queda mucho trabajo por hacer.

¿Hay alguna exposición mediática de menores que no se considere de riesgo? ¿Cómo diferenciarla de la sobreexposición?

En el momento en que compartimos una imagen en internet, perdemos el control sobre ella; por lo tanto, cualquier exposición mediática por pequeña que sea conlleva una serie de riesgos. Creo que con la llegada de las redes sociales estamos perdiendo, casi sin darnos cuenta, el concepto de la privacidad. Esto hace que la línea que diferencia la exposición de la sobreexposición sea cada vez más difusa. ¿Dónde está el límite? ¿Una foto, dos, veinte? Estoy segura de que muchos padres que comparten imágenes de sus hijos de manera habitual no consideran que los estén sobreexponiendo. Lo que está claro es que a mayor exposición, mayor es el peligro. No es lo mismo publicar una foto de de manera ocasional, que convertir la vida de nuestros hijos en un reality show, donde cualquier desconocido puede saber a qué colegio van, cuál es su comida favorita y hasta su historial médico. En el momento en que normalizamos esto, es señal de que existe un problema y hay que buscar soluciones.

Muchos progenitores alegan que pueden hacer con la imagen de sus hijos lo que deseen, por su estatus como padres. ¿Cuál es tu postura frente a esto?

No estoy de acuerdo. Como padres podemos decidir sobre la imagen de nuestros hijos mientras son menores, siempre y cuando sea en su beneficio y no se vulneren sus derechos. Documentar el día a día de nuestros hijos, no solo compartiendo imágenes sino también información privada, supone una gran intromisión a su intimidad. Y no olvidemos que la intimidad personal y familiar es un derecho fundamental contemplado en la Constitución. Nuestro estatus como padres no puede servirnos de excusa para hacer lo que nos plazca, incluso por encima de la ley. 

Libro "Protege a tus hijos de la sobreexposición en la red"© Harper Collins

Uno de los capítulos de tu libro se llama "La infancia robada", ¿qué efecto tiene en los menores ser sobreexpuestos por sus padres en las redes?

El sharenting conlleva una serie de consecuencias psicológicas graves. Algunos profesionales de la salud mental hablan de depresión, ansiedad, incluso trauma de traición. Ya están saliendo a la luz varios testimonios de la primera generación de niños sobreexpuestos en redes sociales y son desgarradores. 

En los canales familiares se dan a conocer todo tipo de cuestiones, relativas a la intimidad de los menores, como la llegada de la menstruación. ¿Hay un límite en cuanto al contenido o no debería compartirse nada que tenga que ver con el día a día de los hijos?

Creo que el límite está un poco en el sentido común. Si eres respetuoso con tu hijo, no creo que pase nada porque un día expliques que se le ha caído un diente. El problema está en tomarlo por costumbre y explicar todo tipo de anécdotas, sin filtro alguno por íntimas que sean. Hay padres que graban a sus hijos en situaciones vulnerables, con rabietas o enfermos en el hospital. Publican desde las notas que sacan en el colegio, hasta las conversaciones más íntimas que mantienen con sus hijos. Esto me parece terrible.

¿Cuáles son, a tu juicio, los principales peligros del sharenting?  

La sobreexposición infantil conlleva una serie de riesgos como el grooming, ciberbullying, huella digital, robo de identidad, redes de pedofilia... Incluso en los últimos meses estamos viendo varios casos de falsos desnudos de menores creados con inteligencia artificial. Esto último es muy grave, porque el resultado es muy realista.

La mejor forma de proteger a nuestros hijos de los peligros de internet es no compartir absolutamente nada

Natalia Díaz

Mantienes en tu libro que 'el sharenting responsable no existe'. ¿Hay líneas rojas?

El sharenting consiste en compartir imágenes e información de nuestros hijos en redes sociales. Podemos hacerlo con mayor o menor asiduidad, pero, teniendo en cuenta que cualquier contenido publicado en internet se escapa de nuestro control, no podemos decir que sea una práctica segura. Desde luego compartir imágenes de nuestros hijos en un perfil privado, únicamente con las personas más allegadas, reduce considerablemente los riesgos, pero la mejor forma de proteger a nuestros hijos de los peligros de internet es no compartir absolutamente nada. Las redes sociales no son necesarias para nuestros hijos, ¿por qué no dejar que decidan ellos cuando tengan edad para hacerlo?

¿Crees que la legislación dejará de ser tan laxa en este tema?

Estoy completamente segura de que, tarde o temprano, habrá una regulación. El tema es grave, porque no sólo hablamos de niños anónimos que deben ser protegidos, sino también de los niños influencers que están trabajando sin ningún tipo de regulación. No se puede seguir permitiendo que los niños se conviertan en un negocio millonario para padres y empresas. 

Con respecto a las grabaciones en los centros escolares, ¿cuál es tu opinión?

Me preocupa mucho y es uno de los principales temas que se deberían tratar en la nueva Ley de Protección al Menor en el Entorno Digital. Cada vez hay más escuelas donde se expone a diario a los alumnos con fines publicitarios. En muchos centros, los menores que no pueden aparecer en los vídeos son apartados de las actividades. Esto es terrible y no se puede consentir. La Ley de Protección de Datos es muy clara al respecto: los alumnos sólo pueden ser expuestos públicamente, en ocasiones puntuales y con motivos educativos. Que una escuela tenga redes sociales públicas y estén grabando constantemente a los menores no tiene ninguna finalidad pedagógica ni educativa. Todo lo contrario, esta exposición pública obedece únicamente a los intereses del centro, no de los alumnos.

No se puede seguir permitiendo que los niños se conviertan en un negocio millonario para padres y empresas

Natalia Díaz

¿Hacia dónde vamos en relación al sharenting? ¿Estamos más concienciados o se comparte cada vez más?

Sin duda, estamos mucho más concienciados. Aun así queda mucho por hacer, pero vamos por buen camino. Lo más difícil es introducir este tema dentro de la agenda política y, de momento, hemos conseguido que el Ministerio de Infancia y Juventud nos escuche y se interese por buscar una solución. Tengo muchas esperanzas puestas en ello.