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Mujer embarazada cabizbaja© Adobe Stock

Embarazo

Placenta previa en el embarazo: ¿qué significa?

Preguntamos al Dr. Moisés Moreira Pacheco qué ocurre cuando una mujer embarazada tiene placenta previa y qué riesgos puede implicar para el bebé y para la madre


3 de septiembre de 2024 - 15:41 CEST

La placenta juega un papel esencial en la gestación. Da cobijo y alimento al bebé durante los nueve meses de embarazo, siendo clave así en el correcto desarrollo del feto. Normalmente no tendemos a pensar que la placenta pueda ocasionar algún problema o no se asocian los riesgos que puedan surgir en el embarazo a ella y, sin embargo, puede ocurrir. 

Uno de estos problemas es la llamada placenta previa. ¿Qué es y qué implica? Hemos entrevistado al Dr. Moisés Moreira Pacheco, ginecólogo y director médico de SegrellesIVF-ReproMIR, quien nos lo explica todo con detalle.

Si intentaras tener un parto vaginal en esta situación, podría provocar una hemorragia grave, tanto para ti como para el bebé

Dr. Moisés Moreira Pacheco

 ¿Qué pasa si se tiene la placenta previa?

La placenta previa es una condición en la que la placenta, que es el órgano que nutre al bebé durante el embarazo, se encuentra en una posición baja dentro del útero, cubriendo parcial o totalmente el cuello del útero (el canal de parto). En un embarazo normal, la placenta se desarrolla más arriba en el útero, lo que permite un parto vaginal sin complicaciones. Sin embargo, si la placenta cubre el cuello uterino, puede impedir que el bebé salga por el canal de parto de manera segura. 

¿Implica algún riesgo para la madre o para el bebé?  

Para la madre, la placenta previa puede causar sangrados vaginales, especialmente en el tercer trimestre. Estos sangrados pueden ser peligrosos y, en algunos casos, podrían requerir hospitalización o incluso una cesárea de emergencia si el sangrado es muy intenso. Para el bebé, la principal preocupación es el riesgo de parto prematuro, ya que, si la madre sangra mucho, puede ser necesario adelantar el parto. Además, si la placenta sigue cubriendo el cuello uterino al final del embarazo, habrá que hacer una cesárea, ya que un parto vaginal podría poner en peligro a la madre y al bebé por posibles hemorragias graves.  

¿Cuándo se sabe si hay placenta previa?  

La placenta previa se detecta principalmente durante las ecografías de rutina que se realizan a lo largo del embarazo.  Por lo general, la primera señal de una posible placenta previa puede aparecer en la ecografía del segundo trimestre, que se realiza alrededor de las 18 a 20 semanas de embarazo.  

Mujer embarazada se hace una ecografía© Adobe Stock

¿Qué tipo de parto se hace con placenta previa?  

Si tienes placenta previa, el tipo de parto que se realiza es una cesárea. La razón principal es que la placenta está bloqueando la salida del bebé por el canal de parto, es decir, está cubriendo el cuello del útero. Si intentaras tener un parto vaginal en esta situación, podría provocar una hemorragia grave, tanto para ti como para el bebé. Tu médico decidirá el momento ideal para realizar la cesárea, generalmente cerca de la semana 37 a 39 de embarazo. No se espera hasta que comiences el trabajo de parto naturalmente, porque se corre el riesgo de sangrado. Sin embargo, si empiezas a sangrar antes de esa fecha, o si tienes otros signos de que el parto podría estar cerca, la cesárea se podría adelantar.  

¿Qué diferencia hay entre placenta anterior y placenta previa?  

La placenta anterior y la placenta previa son dos cosas distintas, aunque ambas se refieren a la posición de la placenta dentro del útero. Cuando se habla de una placenta anterior, significa que la placenta está ubicada en la parte frontal del útero, es decir, hacia tu abdomen. Esto es completamente normal y no suele causar problemas. Es solo una forma de describir en qué parte del útero está la placenta. Si tienes una placenta anterior, puede que tardes un poco más en sentir los movimientos del bebé porque la placenta actúa como un "amortiguador" entre el bebé y tu abdomen. 

Por otro lado, la placenta previa es una condición en la que la placenta está en una posición baja dentro del útero, cubriendo parcial o totalmente el cuello del útero, que es la salida por donde el bebé debe nacer. Esto sí puede ser un problema porque puede causar sangrado y, como ya mencionamos, generalmente requiere un parto por cesárea para evitar complicaciones.   

¿Qué no debo hacer si tengo placenta previa? 

Si tienes placenta previa, es importante que tomes algunas precauciones para reducir el riesgo de complicaciones. Aquí te explico qué cosas debes evitar:

  •   No hacer esfuerzo físico intenso. Evita cualquier actividad física que pueda causar esfuerzo en el abdomen, como levantar objetos pesados, correr, hacer ejercicio vigoroso o incluso subir escaleras rápidamente. Estos movimientos pueden aumentar la presión en tu útero y aumentar el riesgo de sangrado. 
  •   No tener relaciones sexuales. Tu médico probablemente te recomendará evitar las relaciones sexuales, ya que la penetración o el orgasmo pueden estimular el útero y desencadenar sangrado. Es importante seguir esta recomendación para proteger tu salud y la de tu bebé. 
  •   No realizar exámenes vaginales sin indicación médica. No permitas que se te hagan exámenes vaginales salvo que sean necesarios y realizados por tu médico. Esto se debe a que cualquier manipulación del cuello del útero puede causar sangrado si tienes placenta previa. 
  •   No ignorar síntomas de sangrado. Si en algún momento experimentas sangrado vaginal, incluso si es ligero, debes contactar a tu médico o acudir al hospital de inmediato. El sangrado puede ser una señal de que algo no está bien, y es mejor tratarlo lo antes posible. 
  •     No viajar largas distancias en el tercer trimestre. Viajar en el tercer trimestre, especialmente a lugares donde no tienes fácil acceso a atención médica, puede ser arriesgado si tienes placenta previa. Si surge un problema, como un sangrado, necesitarás atención médica de inmediato. 
  •   No saltarte las citas médicas. Es fundamental que asistas a todas tus citas prenatales. Tu médico necesita monitorizar la posición de la placenta y asegurarse de que tanto tú como tu bebé estéis bien. 

En resumen, si tienes placenta previa, es esencial que sigas cuidadosamente las recomendaciones de tu médico y evites cualquier actividad que pueda aumentar el riesgo de complicaciones. Con los cuidados adecuados, puedes ayudar a asegurar un embarazo seguro.

  ¿Cuándo se nota al bebé con placenta previa? 

La placenta previa, que está ubicada en la parte baja del útero, no suele afectar la percepción de los movimientos del bebé. Esto significa que probablemente sentirás las pataditas y otros movimientos en el mismo rango de tiempo que cualquier otra mujer embarazada. Las mujeres suelen sentir los movimientos del bebé entre las 18 y 25 semanas de embarazo. Si en algún momento notas una disminución significativa o cambios en la forma en que se mueve, es importante que se lo comuniques a tu médico, ya que podría ser necesario un chequeo para asegurarse de que todo esté bien.

¿Qué posición de la placenta es mejor para un parto normal?

Las posiciones fúndicas y posterior son las mejores para facilitar un parto vaginal normal, ya que permiten que el cuello uterino y el canal de parto estén libres cuando llegue el momento de que nazca el bebé. La placenta fúndica está localizada en la parte superior del útero, en la llamada "fondo uterino". Esta es la posición más común y favorable. Al estar ubicada en la parte más alta del útero, la placenta no interfiere con el cuello uterino ni con el canal de parto. Esto facilita un parto vaginal sin complicaciones.

La placenta posterior está localizada en la parte posterior del útero, es decir, hacia tu espalda. También es una posición favorable porque deja libre el canal de parto y no impide el paso del bebé durante un parto vaginal. En estas posiciones, la placenta está lo suficientemente lejos del cuello uterino, lo que permite que el bebé pueda nacer por el canal de parto sin ningún obstáculo. Esto reduce el riesgo de complicaciones como hemorragias o la necesidad de una cesárea.

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