El embarazo y, sobre todo, el posparto vienen acompañados de infinidad de preocupaciones, dudas y, en no pocas ocasiones, de cierto miedo: temor al parto, inquietud por los cambios físicos, preocupación por la salud del bebé… Por eso es clave un adecuado acompañamiento médico que, por un lado, controle la salud de la madre y del hijo, pero también el bienestar psicológico y emocional de ambos.
“Este seguimiento permite detectar y prevenir posibles complicaciones, garantizar una nutrición adecuada y brindar orientación sobre cambios físicos y emocionales”, nos dice la Dra. María Jesús Terán-Alonso, jefa de la Sección de Obstetricia del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja. “Por otra parte, ayuda a establecer un plan de parto y preparar a la mujer para las etapas posteriores del embarazo, con la finalidad de conseguir un desarrollo fetal saludable y un parto lo más seguro posible”.
Un grandísimo avance al respecto es la posibilidad de que la mujer embarazada o la recién estrenada mamá pueda hablar con diferentes especialistas mediante llamadas telefónicas, videoconsulta o, incluso, mediante un chat. Lógicamente no sustituyen las visitas presenciales, necesarias en esta etapa, pero son un apoyo extra de muchísima utilidad a la hora de resolver dudas y aportar tranquilidad.
“El acompañamiento debe ser integral y multidisciplinario, comenzando con visitas regulares a un ginecólogo u obstetra; algunas deberán ser presenciales y otras podrán ser a través de videoconsulta, para monitorizar la salud de la madre y el desarrollo fetal. Asimismo, un nutricionista puede guiar sobre una dieta adecuada, mientras que un psicólogo o psiquiatra puede ofrecer apoyo emocional”, detalla la Dra. Terán-Alonso. “También es importante la atención de una matrona que ayude en la preparación del parto y lactancia. En caso de embarazo de alto riesgo, podría ser necesario el apoyo de especialistas como perinatólogos, endocrinólogos o hematólogos”.
Acompañamiento médico tras el nacimiento del bebé
Una vez que la mamá tiene a su bebé en brazos, las dudas que podían surgir durante el embarazo se multiplican de manera exponencial. Las más habituales tienen que ver con la lactancia materna, sobre cómo seguir la técnica y sobre los factores pueden afectar o condicionar la producción de leche, tal y como nos indica la jefa de Ginecología y Obstetricia de Sanitas La Moraleja. Cabe recordar que la lactancia materna, aunque muy beneficiosa para el bebé y para la madre, es un proceso complejo en el que surgen multitud de desafíos (dolor en los pezones, agarre adecuado por parte del bebé, producción de leche…). “En este sentido, el acompañamiento por parte de una matrona o un pediatra es fundamental para ofrecer apoyo y resolver dudas” y ayudar así a que este proceso sea exitoso.
“También suelen preguntar sobre el sueño del recién nacido, cómo establecer rutinas y manejar el llanto. La alimentación y el crecimiento adecuado del bebé son temas recurrentes, así como el cuidado del cordón umbilical y la prevención de infecciones”, añade. “En último lugar, se han intensificado últimamente las dudas acerca de cómo recuperar su bienestar físico y emocional en el posparto, incluyendo la recuperación del suelo pélvico y el manejo del estrés”.
Teniendo en cuenta tanto estas dudas habituales como las necesidades desde el punto de vista médico, es aconsejable que el acompañamiento tras el parto abarque tanto los cuidados del bebé como la recuperación de la madre. “El pediatra debe controlar el crecimiento, desarrollo y salud del recién nacido, mientras que la matrona y/o un ginecólogo debe seguir de cerca la recuperación física de la madre, como la cicatrización, la lactancia y el bienestar emocional”.
Esto es lo imprescindible, pero hay otros aspectos en los que es muy beneficioso para madre e hijo que reciban acompañamiento médico. Por ejemplo, “un nutricionista puede asesorar sobre la alimentación idónea para ambos, y un psicólogo puede apoyar en la adaptación emocional”. La cuestión es que un enfoque multidisciplinario “garantiza el bienestar físico y mental de la madre y el desarrollo saludable del bebé”.