La fertilidad se puede ver condicionada por elementos externos que la favorezcan o la entorpezcan. En el caso del verano, con el incremento de las temperaturas y un ritmo de vida más pausado que deja de lado el estrés para muchas personas, puede ser un buen momento para concebir. La Dra. Cecilia Oliver, ginecóloga de la clínica de fertilidad Phi Fertility, de Alicante, nos cuenta cómo afecta la estación estival a la reproducción femenina.
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Un estilo de vida más saludable
"El verano puede ser uno de los mejores momentos del año para lograr una concepción exitosa. El periodo estival suele ir acompañado de una reducción del estrés, una dieta más ligera y un incremento de las horas de descanso. Estos factores favorecen la salud reproductiva", destaca la experta. Así, comenta cómo la posibilidad de disfrutar de más tiempo de descanso, guardando un mayor respeto por las necesidades biológicas del organismo, permite reducir los trastornos del ritmo circadiano y, por tanto, su impacto en la capacidad reproductiva de las mujeres.
Por otro lado, en verano, la alimentación tiende a ser más ligera, con más productos frescos, frutas, gazpachos... debido a las altas temperaturas, lo que da protagonismo a la dieta mediterránea. "Esta dieta está considerada óptima para favorecer las posibilidades de lograr el embarazo, ya que en ella se incluyen todos los grupos alimenticios, y tiene un alto valor nutricional, a la par que es baja en grasas. Así, las mujeres pueden asegurarse de que ingieren las vitaminas y minerales necesarios para conseguir una función reproductiva saludable", comenta la especialista.
Sí hay que protegerse frente a un riesgo: las infecciones urinarias, que son más frecuentes en verano y que pueden interferir en la fertilidad. Para ello, es esencial evitar que el bañador esté mojado al salir del agua. Es mejor cambiárselo para evitar la cistitis. Otros consejos como no llevar salvaslip, beber abundante agua, tomar zumo de arándanos y aumentar la ingesta de vitamina C también son útiles para mantener alejada la infección de orina.
La importancia de un sueño bien regulado
En verano, los periodos de sueño tienden a ser más anárquicos, por lo que hay que tener en cuenta este aspecto, que puede condicionar la fertilidad. "El equilibrio hormonal de la mujer es muy sensible a los factores ambientales. El ciclo diario de vigilia/sueño sincroniza internamente la regulación de muchos procesos biológicos", advierte la ginecóloga. Hay que tener en cuenta que, como subraya, la alteración en la secuencia u orden de estos ritmos tiene un efecto negativo a corto plazo, y a largo plazo puede tener consecuencias adversas en el funcionamiento de los distintos sistemas, incluido el reproductor.
Para mejorar los hábitos de sueño, también en verano, estas son sus recomendaciones:
- Es importante tener y mantener unas rutinas de sueño y descanso.
- Intentar evitar o disminuir los procesos y las actividades que nos generan estrés y ansiedad.
- Evitar trabajar y/o visualizar pantallas en las 2 horas antes de ir a la cama.
- No tener televisión en la habitación, o al menos no tenerla encendida en la hora previa a irse a dormir.
- Evitar ingerir cafeína por la tarde.
- Evitar el tabaco.
- Evitar el exceso de grasas y alimentos ricos en colesterol, dulces y salados.
Una sexualidad más activa
El mito de que en verano las personas están sexualmente más activas tiene respaldo científico. Y esto puede ayudar a mejorar la fertilidad. Así lo desarrolla la Dra. Cecilia Oliver: "La luz solar, más intensa y prolongada durante el verano, se sabe que aumenta la producción de Vitamina D, la cual, además de su vital importancia en la absorción del calcio y el fortalecimiento de los huesos, está asociada con los niveles de testosterona. La testosterona es la principal hormona sexual masculina y también está presente en las mujeres. Diversos estudios han comprobado que cuanto mayor es la cantidad de vitamina D en la sangre, también son más elevados los índices de esta hormona" .
Hay algunos trabajos que hablan, incluso, de una posible asociación positiva entre el incremento de esta vitamina D y la mejoría de la calidad del semen, por lo que no solo tendría influencia sobre el deseo sexual, sino también sobre la fertilidad. La mayor exposición a los rayos UV tiene un efecto claro igualmente sobre otras hormonas, como endorfinas, serotonina, oxitocina y otras sustancias "que funcionan como neurotransmisores y provocan bienestar y buen humor. "Este mayor nivel hormonal global puede tener como consecuencia sensaciones positivas, la percepción de sentirse con más energía, más ganas de socializar y también un deseo sexual más pronunciado", destaca la experta de www.phifertility.com.
Ojo con las cremas solares
Por otro lado, hay elegir bien la crema solar que se utilice, ya que algunas tienen entre sus componentes sustancias que actúan como disruptores endocrinos. Es el caso del octocrylene y el homosalate, que, según destaca la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), han sido catalogadas como posibles disruptores endocrinos, especialmente cuando sobrepasan sus concentraciones máximas.
"Esto quiere decir que pueden interferir con la función hormonal, afectando al funcionamiento adecuado del sistema endocrino y también a la salud reproductiva. Por tanto, se recomienda vigilar si estos ingredientes están presentes en las cremas antes de comprar una", recomiendan desde GINEFIV. Es así porque los especialistas los asocian con el aumento de enfermedades hormono-dependientes como la endometriosis o el ovario poliquístico en las mujeres y la disminución de la calidad espermática en los varones.