¿Hay que mantener abstinencia sexual antes de un tratamiento de reproducción asistida? ¿Qué es lo que se recomienda actualmente? ¿Qué aportan las relaciones sexuales a la pareja durante el proceso de fertilidad? Las últimas investigaciones tienen mucho que decir al respecto, ya que han desmontado ideas que estaban consolidadas hasta ahora y que podían hacer más duro, si cabe, estos procedimientos.
¿Abstinencia del varón para favorecer la fecundación?
Los últimos estudios en la materia señalaban que si el varón tenía periodos cortos de abstinencia eyaculatoria mejoraba la calidad espermática y, por tanto, la posibilidad de fecundación y la calidad embrionaria. Se hablaba de periodos cortos para evitar la pérdida de movilidad de los espermatozoides y el aumento de fragmentación del ADN, lo que podía dar al traste con el éxito del proceso. Sin embargo, una investigación reciente llevada a cabo por el IVI, y presentada en el último Congreso de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología, ha puesto el foco en otra dirección.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que tanto para el análisis de semen como para la recogida de muestras del mismo se guarden entre dos y siete días de abstinencia sexual. Sin embargo, este trabajo del grupo español ha llegado a otras conclusiones. “El estudio analiza la relación entre la calidad embrionaria y los días que el varón ha pasado de abstinencia sin eyacular", señala el Dr. Nicolás Garrido, director de la Fundación IVI. "En el caso de los tratamientos de reproducción asistida como el FIV o el ICSI, en los que son necesarios pocos espermatozoides, varios estudios apuntaban a que cuanto menor fuera la abstinencia, mejor era la calidad del semen, ya que los espermatozoides son más jóvenes y conservarían todavía su vigor e integridad del ADN”, explica.
Sin embargo, la investigación del IVI ha concluido que los días de abstinencia eyaculatoria (entre uno y ocho) no tenían ninguna asociación con la fecundación ni con el desarrollo de blastocistos (el embrión de cinco o seis días de desarrollo), por lo que se podría poner fin a la recomendación de la abstinencia del hombre antes del proceso de reproducción asistida.
Relaciones sexuales durante el tratamiento de fertilidad
Los tratamientos de reproducción asistida suponen, a menudo, una fuente de intenso estrés para la pareja. En muchos casos, el sexo tiene que dirigirse según indiquen los especialistas y se pierde espontaneidad. Sin embargo, otro estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine ha puesto de relieve la importancia de que las parejas mantengan relaciones sexuales mientras están inmersas en este proceso. Los beneficios no solo son emocionales sino que podrían ayudar a unos mejores resultados.
Así, se señala que las parejas que mantienen relaciones sexuales durante los tratamientos de fertilidad pueden experimentar una mejor conexión emocional y satisfacción en la relación, lo que puede contribuir a bajar los niveles de estrés. Además, la liberación de endorfinas que lleva consigo la actividad sexual puede mejorar la tolerancia a la implantación embrionaria por la interacción con el esperma.
“La actividad sexual regular en las parejas heterosexuales permitiría una mejora en la tolerancia inmunológica a la implantación embrionaria por la interacción con proteínas existentes en el líquido seminal, lo que se asocia con una menor fragmentación del ADN espermático y, en consecuencia, podría mejorar los resultados reproductivos”, afirma el Dr. José Martín Vallejo, ginecólogo responsable de la clínica de reproducción asistida Ginemed Valencia.
Qué tener en cuenta según cada tratamiento
Aunque mantener una vida sexual activa durante los procesos de reproducción asistida tiene los beneficios ya comentados, el Dr. Martín Vallejo aclara que, dependiendo del tipo de técnica utilizada, hay que tener en cuenta algunas cuestiones.
- Inseminación artificial. En ella, los espermatozoides se introducen en el útero de la mujer, cuando esta próxima la ovulación. Por lo general, con este tratamiento, las parejas podrían mantener las relaciones sexuales. De hecho, el coito podría incrementar la cantidad de espermatozoides en el tracto reproductivo de la mujer, lo cual sería beneficioso "siempre y cuando las relaciones sexuales sean bien toleradas por la paciente", añade el experto.
- Fecundación in vitro. En este caso, los óvulos son fecundados por los espermatozoides en el laboratorio y luego se hace la transferencia de los embriones a la mujer. El ginecólogo subraya que la actividad sexual durante la FIV es positiva, especialmente en torno a la transferencia embrionaria. Sin embargo, “no son aconsejables las relaciones sexuales antes y después de la punción ovárica por la incomodidad que pueden originar en la mujer, así como por el riesgo de torsión de los ovarios, al estar aumentados de tamaño por la medicación de la estimulación ovárica”, advierte.