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Adolescentes brindan en la playa© Getty Images

Adolescentes

El snus, la sustancia de moda entre adolescentes: ¿qué riesgos conlleva?

Originaria de Suecia y Noruega, se está apreciando un incremento del consumo entre los más jóvenes también en España


21 de agosto de 2024 - 8:02 CEST

El snus, un tipo de tabaco sin humo que se coloca entre el labio superior y la encía, no es nuevo. Se consume en los países nórdicos desde hace décadas, pero en los últimos meses se está generalizando su consumo en España, donde ha ganado popularidad entre los adolescentes. Se presenta como una alternativa más saludable a los cigarrillos convencionales, pero ¿realmente es así? ¿Qué riesgos conlleva el snus?

“El snus contiene nicotina, una sustancia altamente adictiva”, advierte la psicóloga Conchita Sisí, directora de la clínica Salud en Mente. “El uso regular puede llevar a la dependencia, lo cual puede dificultar el abandono del producto y, potencialmente, predisponer a los adolescentes a consumir otras sustancias adictivas”. Implica, además, graves riesgos para la salud, si bien, al no afectar a los pulmones, a diferencia de los cigarrillos, da la falsa sensación de ser más inocuo.

Los adolescentes y adultos jóvenes tienen un mayor riesgo de desarrollar adicciones, y la exposición temprana a la nicotina puede hacer que sea más probable que experimenten dependencia a largo plazo

Conchita Sisí

Riesgos del consumo de snus para los adolescentes

  • Riesgo de padecer problemas cardíacos. Al ser tabaco sin humo y, por ello, al tener una menor exposición a las sustancias tóxicas que se liberan cuando se quema el tabaco, se comercializa como una opción ‘menos dañina’ que el cigarrillo, como señala Sisí, pero no es cierto, pues la nicotina incrementa la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que puede desembocar en problemas coronarios.
  • Riesgo de cáncer. Si bien es cierto que el cáncer de pulmón, asociado a cigarros y puros, no está relacionado con el snus, eso no implica que se trate de una sustancia inocua en lo que al cáncer se refiere: al deber colocarse entre el labio superior y la encía para poder consumirlo, se incrementa el riesgo de padecer cáncer de boca y de páncreas.
  • Riesgo para la salud bucodental. El snus puede causar enfermedades bucodentales como gingivitis o periodontitis, que producen inflamación en las encías y afectan a los huesos que sostienen las piezas dentales. Estas enfermedades, en un estado avanzado, pueden provocar la pérdida de dientes.
  • Riesgo durante el embarazo y la lactancia. Aunque no es lo más común el embarazo en la adolescencia, es preciso saber que la nicotina del snus es de absorción rápida y es capaz de llegar a la placenta, de modo que puede absorverla el feto y ocasionarle problemas en su desarrollo. También la absorverá el bebé si se está alimentando con leche materna y su madre consume snus.
  • Riesgo de adicción. Además de los riesgos asociados a la salud física, hay otros a tener muy en cuenta que tienen que ver con la salud mental. La psicóloga Conchita Sisí destaca tres: el riesgo de adicción, las consecuentes alteraciones emocionales y cognitivas producidas por la adicción y el efecto pasarela. "Los adolescentes y adultos jóvenes tienen un mayor riesgo de desarrollar adicciones, y la exposición temprana a la nicotina puede hacer que sea más probable que experimenten dependencia a largo plazo”, avisa la especialista.
  • Efecto pasarela. “El uso de snus puede servir como una puerta de entrada hacia el consumo de otros productos de tabaco o sustancias más peligrosas, incrementando el riesgo de daño a largo plazo”.
  • Alteraciones a nivel emocional y cognitivo, “en caso de desarrollarse la adicción”.
Caja de snus© Adobe Stock

Adicción al snus entre adolescentes

La directora de Salud en Mente hace hincapié en que el uso regular de snus “puede llevar a la dependencia, lo cual puede dificultar el abandono del producto y, potencialmente, predisponer a los adolescentes a consumir otras sustancias adictivas”. La psicóloga señala, además, que al entrar en contacto con el cuerpo a través de la encía, su absorción es más rápida que, por ejemplo, con el tabaco inhalado, “lo que intensifica los procesos de dependencia: cuanto más rápido se absorba antes se activa el sistema de recompensa, lo que regula los procesos dopaminérgicos del cuerpo”.

Hay que tener también en cuenta que, “cuando el consumo se vuelve frecuente, se produce el fenómeno de tolerancia y se van necesitando dosis mayores, lo que puede dañar el sistema de recompensa de los jóvenes y, por lo tanto, las vías dopaminérgicas. Esto, en algunos casos, puede traducirse en consecuencias negativas en la capacidad de regulación emocional, el estado de ánimo, y varios procesos cognitivos como la memoria, atención o el aprendizaje”.