Las vacaciones de verano son uno de los mayores desafíos en lo que a conciliación se refiere a los que las familias con hijos pequeños se enfrentan cada año. Y las opciones para hacerle frente no son muchas: apuntarlos a campamentos o dejarlos al cuidado de terceras personas. En la mayoría de los casos, esas personas son los abuelos (el 96% de las familias que precisan dejar a sus hijos a otras personas los dejan a cargo de alguien de su círculo familiar y de confianza, según el reciente estudio Preocupaciones y retos de la crianza actual en España, elaborado por Kantar para Zurich Seguros).
"Vivimos en un sistema social y económico que entiende a las personas como individuos y nos pide una proactividad y disponibilidad altísima durante nuestros años de trabajo. Estas demandas laborales no son compatibles con tener una familia ni con el cuidado de personas, sean menores o personas mayores. Y nos dedicamos a poner parches", señala Natàlia Cantó, socióloga y profesora de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC. Se trata de un modelo social "insostenible", porque "si todo el mundo participa en este mundo laboral no hay nadie que tenga pulmón para dedicarse a los cuidados y entonces vamos a buscar mano de obra no remunerada: los abuelos".
Y… ¿cómo les afecta a ellos? ¿Qué implica para los abuelos ser parte activa del cuidado de los nietos en verano? Se lo hemos preguntado a Verónica Alba del Val, psicóloga del centro de emeis ORPEA Santo Domingo, quien nos explica cómo el cuidado de los nietos aporta a los abuelos muchos más de lo que nos podríamos imaginar, siempre, claro está, que la responsabilidad que recaiga sobre ellos no sea excesiva.
Beneficios para los abuelos de cuidar de los nietos
“El contacto regular y el cuidado de los nietos pueden proporcionar numerosos beneficios emocionales y psicológicos”, asegura la psicóloga. Entre ellos, destaca los siguientes:
- Sentido de pertenencia. El “vínculo intergeneracional puede fomentar un sentido de propósito y de pertenencia”. Y esta es una base esencial para evitar muchos problemas relacionados con la salud mental en una etapa de la vida de grandes cambios, en la que muchas personas dejan de sentirse útiles por no estar laboralmente activos y por no ser ya responsables del cuidado de los hijos.
- Menor sentimiento de soledad. El cuidado de los nietos en verano “también podría reducir sentimientos ligados a la soledad relacionado con pérdidas a su alrededor”, según indica Verónica Alba del Val. “Además, a menudo experimentan una gran satisfacción y alegría al ver crecer a sus nietos, sintiéndose más conectados dentro de su familia”.
- Mayor autoestima. Cuidar o asumir el rol de cuidador puede ser un gran potenciador de la autoestima de los abuelos “cuando algunos de ellos pueden haber empezado a perder autonomía o haber cambiado sus rutinas y obligaciones en otros ámbitos de su vida, tal y como pueden ser los laborales”.
- Beneficios a nivel cognitivo. “Cuidar a los nietos puede ser beneficioso para mantenerse activos a nivel cognitivo”, subraya la psicóloga de la residencia de mayores ORPEA Santo Domingo. “Participar en actividades con los nietos, tales como los juegos, lecturas, conversaciones… estimula la mente y puede ayudar a preservar habilidades cognitivas como la memoria, la atención, las funciones ejecutivas y la habilidad de resolución de problemas”.
- Autonomía. “Además, la necesidad de adaptarse a rutinas y demandas de los más pequeños puede ayudar a mantener su autonomía y habilidades para la realización de actividades de la vida cotidiana”.
¿Hay también inconvenientes para los abuelos por el cuidado de los nietos?
Sentirse necesarios para sus hijos en la crianza de sus nietos es clave, como vemos, en el bienestar emocional de las personas mayores, pero siempre en su justa medida, puesto que “el cuidado de los nietos puede ser físicamente exigente, especialmente para aquellas personas con problemas de salud”. Hay que tener en cuenta que, cuando la responsabilidad que recae sobre ellos es mayor de la que les debería corresponder, esto “puede generar estrés y fatiga, así como desencadenar conflictos familiares relacionados con la disciplina y la educación de los nietos”, advierte la psicóloga.
La solución pasa, según indica Del Val, por “encontrar un equilibrio, fortalecer la comunicación y que reciban apoyo para sentirse seguros en el cuidado”.