Madre da un beso a su bebé mientras este duerme© Getty Images

Sueño infantil

De la cuna a la cama: una transición suave y segura

Consejos prácticos para que eduques el sueño de de tu hijo


6 de agosto de 2024 - 12:00 CEST

Educar el sueño de algunos niños, más bien diríamos reeducar, es una tarea difícil, sobre todo cuando este ha adquirido hábitos y costumbres que perjudican el bienestar y la armonía doméstica y familiar. Cuando un niño “necesita” la presencia en el dormitorio de uno de los padres para conciliar el sueño o “que le cojan de la mano” o se despierta varias veces a lo largo de la noche, necesitando la presencia de los padres para calmarse, o acaba en la cama de los padres casi todas las noches, es consecuencia de que en su momento (por viajes, enfermedad y otras situaciones puntuales)  “cedimos” a sus despertares y exigencias y ahora es muy difícil cambiarlas.

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Llanto nocturno aprendido

Muchos niños se despiertan dos, tres o cuatro veces a lo largo de la noche sin causa justificada. Los padres no entienden por qué sucede esto, pues en principio el niño dormía bien, seguido y sin sobresaltos. La razón de lo que los pediatras denominan “llanto nocturno aprendido” es que el niño, en un momento de su desarrollo y por circunstancias puntuales, descubrió que sus padres “existían” de noche y ahora se despierta para controlarlos, verlos o sentirlos, al saber que están cercanos.

El cariño, la paciencia, sentir vuestra cercanía, que se sienta protegido y altas dosis de perseverancia son las características necesarias en vuestra actitud para conseguir que el sueño de vuestro hijo mejore en calidad y continuidad

Se aconseja hacer el cambio de la cuna a la cama entre los 18 meses y los tres años

Dr. Eduardo Junco

Cuándo cambiarle a su cuarto

El paso de la cuna a la cama es un cambio inevitable en la vida y los hábitos del niño, que está condicionado por múltiples factores, entre los que predomina y destaca el de la maduración y el crecimiento. Es evidente que, si el niño crece y se va haciendo mayor, esa es la razón fundamental del cambio, y es necesario que cambie el lugar donde duerma, habitación, tamaño de la cama y seguridad. Pero ¿en qué momento lo hacemos? ¿Cuándo lo sacamos de la habitación de los padres?

-Factores que influyen en la toma de decisiones

La decisión de sacar al niño del dormitorio de los padres está influida por diversos factores, entre los que destacan los siguientes:

  • ¿Es el primer hijo o tiene más hermanos? Es lógico y evidente que el primer hijo es el que más tiempo duerme en cuna en la habitación de los padres; se retrasa su salida y tiene que “inaugurar” habitación y cama. El segundo o tercer hijo saldrá antes, pues tiene ya el espacio previsto y el ejemplo del hermano mayor, siendo ellos los primeros que quieren compartir la habitación con el hermano.
  • ¿El espacio de la vivienda es suficiente? Este es otro factor a tener muy en cuenta, bien porque son varios hijos o bien por el reducido espacio de la vivienda.
  • ¿Su desarrollo y maduración son suficientes? Recordar que el desarrollo y la maduración de los niños no es siempre igual en el tiempo ni en la intensidad. Hay niños más apegados y dependientes; no todos los niños son iguales.
  • El tamaño del niño es otro factor determinante del cambio de la cuna a la cama.
© Getty Images

-¿Cuál es la edad oportuna para pasar al niño de la cuna a la cama?

Aunque no existe una edad determinada, se aconseja hacer el cambio de la cuna a la cama entre los 18 meses y los tres años. El nivel de desarrollo temporo-espacial es un factor de importancia a tener muy en cuenta.

-Consejos para facilitar el paso de la cuna a la cama:

  • Sacar la cuna del dormitorio de los padres y ponerla en la nueva habitación en el lugar que va a ocupar la cama.
  • Aunque duerma de noche en la cuna, abrir la cama durante el día para que juegue en ella y, si es posible, duerma la siesta.
  • Trasladar los juguetes, chupetes o atrapa-sueños que tenía en la cuna, a su nueva cama.
  • Poner el colchón lo más bajo posible y colocar una barandilla o barrera protectora en el borde de la cama.
  • Si tiene suficiente edad, explicarle las razones del cambio.
  • Nunca hacer el cambio con la llegada de un nuevo hermanito. Realizarlo con tiempo prudencial, antes o después del nacimiento.

-¿Cuál es la mejor cama?

Las camas para niños tienen que tener poca altura, tener un colchón de moderada resistencia, sin elementos plásticos y adaptarse al tamaño de la habitación. Debe estar colocada en un lugar que se tenga en cuenta la entrada al dormitorio y la ubicación de la ventana, pues el niño siempre se orientará hacia uno de esas dos estructuras.

Al principio, deben ponerse en los laterales, una o dos barandillas para evitar caídas durante el sueño, pero que le permitan bajarse de la cama de forma fácil y cómoda.

La ropa de cama debe ser funcional, de poco peso y de tejidos naturales, (algodón, hilo y lana) y es muy conveniente que si tiene edad suficiente, sea elegida por al propio niño, con los colores, dibujos o sus personajes preferidos.