¿Cada vez que tus hijos van de campamento acaban con vómitos o diarrea? ¿O son varios los compañeros de tus hijos que han tenido estas molestias en el campamento de verano? Se trata de una situación bastante habitual, pero quizás no tenga tanto que ver con el campamento en sí como con que, en general, las gastroenteritis son más frecuentes en verano.
Los factores de este aumento generalizado de las gastroenteritis en época estival son diversos: por un lado, la mayor actividad social de los niños y adolescentes, así como por “el aumento de las temperaturas, lo que favorece la degradación de los alimentos y proliferación de microorganismos (bacterias, virus o parásitos) tanto en alimentos como en el agua, lo que puede provocar infecciones o intoxicaciones alimentarias”, según expone la Dra. Dolores Gurrea, gastroenteróloga pediátrica del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre.
Este tipo de infecciones suele ser más frecuente en niños menores de 5 años y el motivo es que “la principal vía de contagio suele ser el contacto con personas u objetos por la trasmisión fecal-oral (más activa en niños que comparten juguetes u otros objetos y que a menudo se llevan a la boca) opor ingesta de agua o alimentos contaminados por el microrganismo”.
La especialista detalla que las diarreas más frecuentes suelen estar provocadas por virus y son muy contagiosas, suelen durar 3 ó 4 días, producen también vómitos y malestar general y, a veces, algo de febrícula. “Otras veces pueden ser causadas por bacterias que, en general, suelen ser más intensas, con mayor malestar y fiebre más elevada, también puede observarse sangre en las deposiciones”.
¿Es recomendable administrar probióticos a los niños o adolescentes antes de que vayan al campamento?
Antes de dar respuesta a esta pregunta, la Dra. Garrea nos explica que los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio a la salud. Entre esos beneficios, hay que destacar que “contribuyen a mantener una flora microbiana adecuada, combaten y previenen enfermedades intestinales, mejoran la digestión, regulan el tránsito intestinal, fortalecen el sistema inmunológico, impiden la proliferación de bacterias malas en el intestino...”.
“Los grupos más conocidos son Lactobacillus (acidophilus, reuteri, rhasmnosus, fermentus), Bifidobacteruim (animalis, bifidum, breve, longum), Saccharomyces boulardii”. Si bien pueden obtenerse ingiriendo determinados suplementos alimentarios que los contengan, también los transfieren a nuestro organismo de forma natural algunos alimentos, como yogur, Kefir, chucrut, pepinillos…
Junto a los probióticos, la doctora nos habla de los prebióticos, que “son compuestos no digeribles (como por ejemplo la fibra, fructooligosacáridos, inulina) que estimulan el crecimiento y actividad de la microbiota intestinal, favoreciendo el crecimiento de los microorganismos beneficiosos, confiriendo un beneficio a la salud”.
Cuando la flora intestinal no está en equilibrio, se produce un efecto llamado disbiosis, por el que el intestino puede poblarse de bacterias ‘malas’, dejando de este modo al organismo más susceptible a enfermedades, como detalla la gastroenteróloga. En estos casos suele ser recomendable tomar probióticos, aunque “lo ideal es mantener una buena salud alimentaria durante todo el año para prevenir la alteración de la microbiota intestinal, que también se puede ver afectada por otros factores (estrés, toma de antibióticos...)”.
Si decidimos dar a nuestros hijos probióticos antes de que vayan de campamento, “como norma general, para empezar a notar sus beneficios, se deben tomar entre 3 y 4 semanas”, indica la Dra. Gurrea. “Pero si se toman como medida preventiva, partiendo de una buena salud intestinal, se pueden empezar a tomar una semana antes”.
¿Cómo prevenir gastroenteritis en niños y adolescentes?
Dado que, como ha señalado previamente la doctora, la principal vía de contagio es por el contacto entre personas, objetos, agua o alimentos contaminados por el microorganismo, las pautas para prevenir que nuestros hijos acaben con gastroenteritis en el campamento son las siguientes:
- Lavado de manos con agua y jabón, antes y tras las comidas y después de ir al baño.
- Evitar compartir utensilios personales (cucharas, toallas...) con la persona afectada.
- Evitar que los niños traguen agua contaminada, que es “mucho más frecuente en piscinas públicas de pequeño tamaño”. Es habitual que los más pequeños traguen agua mientras nada sin que ni siquiera nos demos cuenta.
- Práctica correcta de higiene de manipulación, almacenamiento y conservación de alimentos: “lavar bien los alimentos que se van a consumir crudos, cocinar correctamente los alimentos de origen animal, consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados o, una vez cocinados, conservalos en frío correctamente, no romper la cadena de frío de los alimentos congelados, no consumir alimentos perecederos que estén expuestos a temperatura ambiente…”.