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Abuelo en la playa con su nieto© Getty Images

Día Mundial de los abuelos

Cuando los niños pasan las vacaciones de verano con los abuelos: cómo hacer para que todo salga bien

Los abuelos son piezas imprescindibles en la crianza para muchas familias que tienen la suerte de contar con esa ayuda. El verano, cuando la conciliación para muchos padres se complica, es un momento en que los nietos pueden pasar más tiempo con ellos. ¿Qué problemas pueden surgir y cómo solventarlos?


26 de julio de 2024 - 10:34 CEST

La conciliación familiar es una realidad compleja que necesita, en la mayoría de ocasiones, de otras personas de apoyo como los abuelos. En verano, cuando hay varios meses sin colegio, esta ayuda puede ser imprescindible para algunos padres. 

Teresa Jiménez de Miguel es psicóloga infanto-juvenil, especializada en crianza respetuosa, parentalidad positiva y maternidad no exigente (www.lapsicologademama.com). Ella nos cuenta cómo lograr el equilibrio para que el tiempo que los niños pasen con los abuelos sea una experiencia positiva para todos.

¿Qué criterio debe prevalecer, el de los padres o el de los abuelos?

Lo primero que hay que tener claro es que entre padres y abuelos no se debe establecer una lucha por ver quién manda, sino que lo importante es que los niños estén cuidados lo mejor posible. Seguramente, y por la diferencia generacional y en el estilo de crianza, haya muchas cosas en las que ambas partes no estén de acuerdo. En este sentido, sí se pueden poner unas líneas rojas (aspectos en que como padre no quieres ceder), que, como comenta la experta, habrá que exponerles a los abuelos en un encuentro con ellos.

"Pero hemos de tener claro que los abuelos no crían a nuestros hijos, están para ayudarnos y, por lo tanto, hemos de ser más comprensivos y agradecidos. Si se salta una bandera, habrá que hablarlo con tranquilidad y honestidad (¿yo nunca me la salto?) sabiendo que no hay una mala intención, que la crianza es complicada para todos y que los abuelos no dejan de serlo y ese vínculo que se crea puede ser un maravilloso recuerdo futuro", apunta la experta.

Hay un problema: los niños no quieren quedarse con sus abuelos

A veces, los nietos tienen predilección por algunos abuelos por distintas circunstancias y no desean estar con los otros. Puede que no se haya forjado bien el vínculo, que no hayan estado demasiado tiempo con ellos, o que no hayan participado de los momentos decisivos de la vida de ese niño... Pueden darse muchas circunstancias que hagan que los pequeños estén más a gusto con unos abuelos que con otros. Aquí son los padres los que deben hacer de mediadores, intentando fortalecer la relación, contándoles anécdotas para que se acerquen y, por supuesto, no hablando mal de ninguno. Además, como apunta la psicóloga, "quizá podamos también darles pistas para esos días que van a estar con ellos sobre su comida o actividad favorita, con planes en los que se impliquen...".

El niño también tiene un papel importante aquí y hay que preguntarle por qué no está a gusto con esos abuelos. "A veces tiene que ver con que no hay amigos cerca o no tienen espacio para ellos o no los sacan y se aburren... Dar la confianza para que nos cuenten, sin juzgar ni infravalorar aquello que sienten. Si no hay alternativas posibles y no pueden estar solos por su edad, por ejemplo, podemos explicarles siempre el porqué es necesario echar mano de los abuelos, siendo sinceros", recomienda Teresa Jiménez de Miguel. 

También se puede negociar con el niño qué pasará después de ese tiempo con los abuelos que en principio no le apetece demasiado (quizá alguna actividad que le haga ilusión), y también acordar en qué destinarán esos días sin sus padres para que no abusen de las pantallas.

Abuelo ayudando a su nieto con la bicicleta© Adobe Stock

'Cuando recogemos a nuestro hijo se muestra raro'

Las reacciones de los niños cuando están lejos de sus padres y cuando se reencuentran de nuevo con ellos son muy variadas y, hasta cierto punto, imprevisibles. Por este motivo no se puede hacer una recomendación general de cuánto tiempo es el máximo que los niños deberían estar sin ver a sus progenitores cuando estén al cuidado de sus abuelos. Cada circunstancia es un mundo. Eso sí, conviene estar presente, pese a la distancia: "Llamar a diario, videollamadas, dejarle notitas sorpresa por cada día que no estáis juntos, algún envío sorpresa porque sí...". Los pequeños deben estar seguros de que los padres están al tanto de lo que les pasa cada día, aunque sea desde otro lugar.

Algunos pequeños muestran comportamientos de llanto o se portan peor cuando sus padres van a recogerlos. Puede ser por varias circunstancias, como comenta la especialista (@teresalapsicologademama, en Instagram):

  • No quieren perder privilegios: Han estado en otro espacio con otras normas (muchas veces más laxas) y no quieren perder privilegios.
  • Sienten tristeza por separarse de sus abuelos: Cierran un vínculo con sus abuelos, con los que han estado a gusto, y tienen que abrir otro con sus padres, lo que a veces es demasiado para algunos pequeños.
  • Están enfadados porque sus padres los han dejado allí: En este caso, "yo como adulto tengo que saber que esto pasará y ser ese puerto seguro y comprensivo, dando espacio al enfado y dejando que pase, no luchar contra ello ("no te pongas así", "no puedo hacer otra cosa", "eres un desagradecido"... etc). 
  • Se sienten seguros de nuevo: "El niño sabe que con sus progenitores puede ser quien realmente es y 'explota' a nivel emocional cuando durante un tiempo ha estado conteniéndose para 'portarse bien".

 

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