Niña pequeña con diabetes© Getty Images

Salud

¿Es posible prevenir la diabetes en niños?

Se trata de una enfermedad autoinmune que afecta tanto a menores como a adultos que están predispuestos genéticamente a padecerla, si bien no siempre se sabe por qué aparece


22 de julio de 2024 - 15:34 CEST

La diabetes que más afecta a los niños es la diabetes mellitus tipo 1, “una enfermedad autoinmune en la que el páncreas, en concreto las células beta, pierde su capacidad de producir insulina y por eso los niveles de glucosa en sangre se elevan muy por encima de lo normal”, nos explica el Dr. Eugenio Fernández, pediatra especialista en endocrinología infantil del Hospital Vithas Sevilla, y coordinador del Servicio de Urgencias Pediátrica de Grupo IHP en el Hospital Vithas Sevilla. De hecho, cada año se diagnostican entre 1.200 y 1.500 casos nuevos de diabetes tipo 1 en menores de 15 años solo en España, según se extrae de la base de datos clínicos de Atención Primaria (BDCAP).

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Si bien esta patología no afecta al desarrollo común, sí condiciona a los menores en su día a día, pues deben seguir una serie de pautas y establecer determinados hábitos para controlar la enfermedad; de lo contrario, podría acabar derivando en patologías cardíacas o renales, daños oculares y hasta osteoporosis.

 “Los escolares que comparten clases con niños diabéticos deben conocer en qué consiste la enfermedad"

Dr. Eugenio Fernández

Por eso es fundamental educar a los niños y a los adolescentes afectados acerca de la manera de proceder en su rutina diaria, así como a entender su propio cuerpo y, de este modo, poder detectar los primeros síntomas de una posible hipoglucemia o bajada de azúcar en sangre. Por supuesto, es esencial que sus padres y familiares más cercanos asimilen las indicaciones que deben seguir sus hijos para que puedan guiarles correctamente, pero también lo es que lo hagan los profesores del niño e, incluso, sus compañeros de clase.

“Los escolares que comparten clases con niños diabéticos deben conocer en qué consiste la enfermedad y que no es ningún impedimento para que sus compañeros diabéticos hagan la inmensa mayoría de las actividades lectivas, lúdicas o deportivas que ellos hacen”, indica el Dr. Fernández quien, consciente de esta necesidad, completa su labor como facultativo con la de divulgador en centros escolares. “También pueden aprender a detectar cuándo pueden estar sufriendo una hipoglucemia para ofrecerle algún líquido azucarado o avisar al adulto responsable que pueda atender a su compañero”.

¿Es posible evitar que un niño sea diabético?

“Por desgracia, a día de hoy, no es posible prevenir la diabetes tipo 1”, lamenta el doctor, que nos explica que las enfermedades autoinmunes afectan generalmente en personas que están genéticamente predispuestas a padecerlas y que en algún momento y por algún motivo muchas veces desconocido, se desencadenan. “Hay nuevos tratamientos que pueden retrasar su progresión en niños que están en las primeras fases de la enfermedad, pero no evitar que la enfermedad aparezca”.

La buena noticia es que ya no es tan frecuente como hace unos años que surjan complicaciones agudas de la diabetes tipo 1, tanto por hiperglucemia como por hipoglucemia, gracias a “las nuevas insulinas y los nuevos dispositivos de administración de insulina (las famosas "bombas") y los sensores de glucosa intersticial”. Aún así, sigue siendo imprescindible saber cómo actuar para evitar consecuencias indeseadas.

© Getty Images

¿Cómo reconocer una hipoglucemia o una hiperglucemia en un niño?

“Los síntomas principales (cardinales) que nos deben hacer sospechar una diabetes tipo 1 son una sed incontrolable acompañada de un considerable aumento del volumen de orina, tener más sensación de hambre de lo habitual y perder peso”. Esos síntomas aparecen como resultado de un funcionamiento inadecuado de la insulina, que es, tal y como detalla el especialista en endocrinología infantil, la hormona encargada de 'meter' las moléculas de glucosa dentro de las células para que éstas obtengan la energía necesaria para su funcionamiento.

“Si esa glucosa no entra en la célula, se acumula en la sangre y cuando la sangre llega al riñón para ser filtrada, la glucosa elevada ‘arrastra’ líquido hacia fuera y se producen grandes cantidades de orina. Es decir, cuando aparece la diabetes, los niños beben mucho porque orinan mucho, no al revés”.

"Cuando aparece la diabetes, los niños beben mucho porque orinan mucho, no al revés"

Dr. Eugenio Fernández

Puede que los padres (y mucho menos los profesores o los compañeros del niño) no se percaten de este síntoma; suele resultar más evidente, aunque más a la larga en el tiempo, el síntoma que cita el doctor y es que aumenta mucho el apetito y, sin embargo, se pierde mucho de peso.

En el caso de que el menor sufra un episodio de hipoglucemia, quienes están junto a él pueden aprender a reconocer las primeras señales para así actuar a tiempo. Una de las señales más fácilmente reconocible es cuando la piel del niño se torna pálida y sudorosa, aunque hay otras, como que empiece a tener temblores, a quejarse de dolor de cabeza o a manifestar que ve de manera borrosa o que tiene mareos. En el caso de que la bajada de azúcar sea muy acusada, el pequeño podría sentirse confundido y hasta llegar a tener alguna crisis convulsiva.

¿Cómo actuar cuando un niño tiene un episodio de hipoglucemia?

Cuando sospechemos de que un menor de edad está sufriendo un episodio de hipoglucemia, lo primero que debemos hacer -siempre que sea posible y tengamos cómo hacerlo- es medir la concentración de glucosa en sangre. En caso de que sea más alta de lo debido o, si no tenemos medidor, vemos que la hipoglucemia parece evidente, la solución más rápida y práctica es darle una bebida o un producto de alto contenido en azúcar para que lo ingiera. Si aún así el niño no se recupera, hemos de llamar a emergencias o consultar con su médico. Si es otro compañero el que atiende al menor afectado, debe avisar siempre a un adulto.