Las abuelas recomendaban tomar mucha leche mientras se estaba amamantando en la creencia de que era necesaria para aumentar la producción láctea y, por otra parte, para que la mujer no se descalcificara y 'perdiera' dientes y empeorara su salud ósea.
Pero la naturaleza es más sabia y ha creado unos mecanismos para compensar esas necesidades de calcio aumentadas y proteger a la madre que ha dado el pecho tanto en ese momento como en el futuro.
¿Cuál es el mecanismo que permite que los huesos maternos sigan fuertes a pesar de la revolución hormonal que hay en la lactancia? ¿De qué manera se protege el sistema óseo de la mujer que ha amamantado? Un nuevo estudio tiene las respuestas.
Una pérdida de densidad ósea compensada
Durante el embarazo y los primeros seis meses de lactancia es habitual tener una pérdida progresiva de densidad ósea. Ese contenido mineral óseo, denominado BMC por sus siglas en inglés, se va recuperando entre los tres y los seis meses posparto, y suele haberse completado en el primer año tras el nacimiento del bebé.
La naturaleza protege a la madre y en el caso de que se quedara embarazada antes de 12 meses, el BMC (contenido mineral óseo) seguiría aumentando, es por este motivo por el que las madres que dan el pecho en tándem, es decir a un recién nacido y a otro hijo anterior a la vez, no tienen más riesgo de osteoporosis.
Sí se aconseja que si la mujer continúa dando el pecho durante el embarazo, se ponga en manos de un nutricionista o de su ginecólogo para valorar las necesidades extra de calcio que pudiera tener en esos nueve meses.
¿Por qué hay menos fracturas durante la lactancia?
Durante la lactancia, además de estar ampliadas las necesidades de calcio, hay un descenso en el nivel de estrógenos, una hormona que permanece en valores altos durante los nueve meses anteriores para proteger la gestación. Pero en el posparto, hay un descenso acusado, igual que ocurre durante la menopausia, y que se considera un factor de riesgo para las fracturas de huesos y para la osteoporosis. ¿Por qué en la lactancia no es así, sino al contrario?
La clave la ha proporcionado un estudio publicado en la revista Nature y realizado por la Universidad de California San Francisco y la Universidad de California Davis, en Estados Unidos.
La conclusión a la que ha llegado la investigación es que hay una hormona específica que es la que mantiene fuertes los huesos de las madres que dan el pecho. En concreto, es la hormona CCN3, que ha sido bautizada con el nombre de 'hormona cerebral materna'.
En una investigación anterior ya se había visto que había una hormona específica en la sangre que fortalecía los huesos. Lo consiguieron probar en ratones hembra, donde al bloquear un receptor de estrógenos que había en algunas neuronas se producían importantes aumentos de masa ósea. El problema es que esa hormona no pudo ser encontrada en aquel momento.
El nuevo trabajo sí ha dado con ella y la ha descubierto en el cerebro de ratones hembra lactantes. Es una hormona específica que no se ha encontrado en ratones machos. Sin esta hormona cerebral materna, sin la CCN3, las hembras de ratones lactantes sufrían una pérdida rápida de masa ósea, a la vez que sus crías cogían menos peso y adelgazaban. Por lo tanto, los investigadores apuntan a que es esta hormona la que consigue proteger la salud ósea de las madres que dan el pecho.
El descubrimiento tiene mucha importancia, ya que, una vez identificada la hormona, esta podría servir en población general para el tratamiento de la osteoporosis y de las fracturas óseas. Pero para eso aún queda tiempo.
Una protección ósea a largo plazo
Diversos estudios han mostrado que la protección de la lactancia frente a la osteoporosis no se circunscribe a los meses en que la madre esté dando el pecho, sino también a muchos años después.
La lactancia se considera un factor protector, especialmente cuando se da el pecho al bebé en los seis primeros meses, para un menor riesgo de fracturas óseas relacionadas con la menopausia.
Otros autores hablan de que la lactancia ha de ser prolongada para que tenga ese efecto en la madre. Aunque algunos estudios no conceden este beneficio a la lactancia, una revisión de estudios publicada en el año 2017, en el que habían participado 15.000 mujeres, confirmaba la reducción del riesgo de osteoporosis y de fractura de cadera en mujeres después de la menopausia. Así, por cada mes más de lactancia materna, el riesgo de osteoporosis se reducía un 1,2% y el de fractura de cadera, un 0,9%.