Las quemaduras solares son lesiones inflamatorias de la piel provocadas por la acción directa de las radiaciones solares ultravioleta, UVA y UVB, sobre la piel expuesta sin protección. El proceso inflamatorio está provocado por la destrucción de la capa más externa de la piel, la epidermis, con lesión de los vasos sanguíneos que se encuentran por debajo en la dermis. La piel afectada esta dolorosa, enrojecida y si la quemadura es intensa con secreción líquida y formación de ampollas. Pasados unos días las ampollas se secan, las células muertas de la piel se desprenden y se produce la descamación.
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La edad infantil es la más propensa a padecer estas lesiones. Desde los primeros años de vida debemos proteger a nuestros hijos para evitar las quemaduras solares y el acúmulo de radiaciones en la piel. Recordar que la protección que se atribuye a la capa de ozono de la atmósfera es cada día menor y que la posibilidad de que se produzcan alteraciones en la piel son cada día mayores.
El 'capital solar' se define como la cantidad de radiaciones solares acumuladas durante la infancia y se le considera como factor principal en el origen de la aparición de tumores cutáneos en la edad adulta. Debemos tener muy presente que, durante la infancia y la adolescencia, aquellas pieles de características determinadas, de niños rubios o pelirrojos de ojos claros y pecas, que padecieron quemaduras solares como consecuencia de las radiaciones UVB, serán los que con mayor probabilidad pueden padecer este problema.
¿Por qué se producen las quemaduras solares?
Las quemaduras solares son una patología previsible y prevenible y que pueden evitarse solamente tomando el sol con prudencia, siempre de forma progresiva y siempre con la aplicación previa sobre la piel de filtros solares adecuados. Las quemaduras solares en los niños suelen ser el resultado del descuido o la falta de vigilancia de las personas adultas que los cuidan. Son más frecuentes en estas edades y representan un accidente importante para su salud, al ser más vulnerables y tener una piel más fina e inmadura, pudiendo crearles problemas de índole general y repercutiendo de forma notable en su bienestar. Se producen por la exposición prolongada al sol y a sus radiaciones sin la protección adecuada, sobre todo en pieles blancas con poca melanina, dando lugar a lesiones que van desde el eritema solar a quemaduras de segundo grado.
Las quemaduras solares pueden tener diferente intensidad
- Quemaduras de primer grado o eritema solar. Son aquellas que producen enrojecimiento de la piel, afectan a la epidermis, curan de forma espontánea y descaman al cabo de tres o cuatro días.
- Quemaduras de segundo grado. Lesionan la piel con mayor profundidad, afectando a la dermis y a sus vasos. Producen ampollas y destrucción celular. Tardan más en curar y pueden dejar marcas o cicatrices.
Consejos para evitar las quemaduras solares
- Aplicar a los niños cremas solares con el filtro adecuado (siempre mayor de 50 SPF)
- Recordar que los filtros solares tienen un tiempo de acción limitado, que deben ser renovados periódicamente y que debilitan su acción con el baño.
- No dejar que los primeros días estén más de 30 minutos bajo la exposición directa del sol
- Las horas centrales del día (de 12 a 16 horas) son las más peligrosas para las quemaduras. Al comienzo del verano es conveniente evitar esos horarios para tomar el sol.
- El uso de ropa blanca, sombreros y gafas de sol es muy recomendable.
- Proteja más intensamente las aéreas de piel más sensibles y más expuestas, como nariz, hombros y cuello.
- Después de la exposición al sol utilice cremas hidratantes.
- Ofrecer al niño abundante cantidad de líquidos y agua.
Qué se debe hacer si se producen quemaduras solares
El mejor y más eficaz tratamiento para las quemaduras solares es la prevención. Si por accidente a descuido se producen quemaduras, le beneficiara seguir los siguientes consejos:
- Lavar la zona con solución jabonosa antiséptica.
- Aplicar compresas húmedas con agua fría en las zonas de piel que estén enrojecidas.
- Evitar el contacto con substancias irritantes o con ropa ajustada o no transpirable.
- Aplicar cremas emolientes o pomadas que contengan calamina o corticoides en baja concentración.
- Si se producen ampollas, no las rompa. Espere a que se sequen cubriéndolas con un apósito estéril. Si se rompieran, aplicar una pomada antibiótica y cicatrizante.
- Mantenga un buen estado de hidratación con abundante ingesta de agua.
- Tratar el dolor con analgésicos orales.
- Si la zona quemada es extensa, debe consultar a un pediatra por si precisa de tratamiento especializado.
Qué NO se debe hacer si se producen quemaduras solares
Tan importante es saber qué debemos hacer cuando un niño o un adolescente se ha quemado por su exposición al solo como saber qué es aquello que debemos evitar hacer, entre lo que se encotraría las siguientes decisiones:
- Tomar iniciativas terapéuticas sin consejo profesional o médico.
- Continuar tomando el sol los días siguientes al accidente.
- Frotar y rascar las lesiones, debido al picor.
- Utilizar elementos de vestido que compriman o aprieten la zona, o usar elementos que dificulten la transpiración.
- Romper las ampollas, pues puede favorecer la infección y retrasar la cicatrización.