Adolescentes que se lanzan al detox digital, ¿qué les mueve?

Los estudios vienen advirtiendo desde hace muchos años de los riesgos de la excesiva conexión a la Red en la población más joven. Así, ya hace una década, cuando el consumo era menor al que se registra en estos momentos, se avisaba de que había más riesgo de ansiedad y depresión entre los adolescentes que usaban más de tres horas al día las redes sociales.

Así lo confirma Jorge Flores, fundador de Pantallas Amigas y experto en uso saludable de la tecnología, que cita otro estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de 2023, donde se revelaba que los más jóvenes son conscientes de que pasan demasiado tiempo en el mundo virtual. Según este trabajo, el 22% reconocía que sus notas se habían resentido por el tiempo de conexión, y dos de cada tres admitían que la Red había tenido efectos negativos sobre ellos, como dificultades para dormir (64%), cambios en su estado de ánimo (58%), ansiedad (47%), ataques de ira (46%), aislamiento social (37%) y ciberacoso (13%). Otras investigaciones redundan en que el exceso de tiempo ante las pantallas en este grupo de población quita tiempo de estudio, hace que se reduzca la actividad deportiva, la interacción social y aumenta la sensación de soledad.

Las motivaciones para el detox digital de los jóvenes

Los jóvenes utilizan, de media, unas cinco horas sus teléfonos inteligentes, llegando a una hiperconexión que, como ya hemos visto, tiene un claro impacto en otros ámbitos de su vida. Pero hay quienes se están planteando otro tipo de relación con la tecnología. En el reciente ‘Estudio Generación SPCial sobre hábitos de desconexión digital de los jóvenes españoles’ de SPC, en el que ha colaborado Jorge Flores, más de la mitad de los encuestados ha pensado hacer un detox digital, y un 12,2% se plantea volver a lo que se denomina dumbphones, es decir dispositivos móviles sin acceso a Internet.

"Los motivos más comunes para considerar o realizar un detox incluyen la reducción del tiempo frente a las pantallas, mejorar la calidad de vida y la salud mental", comenta el especialista. Y entre los que ya lo han llevado a cabo, las motivaciones principales eran conectar con el mundo offline y crear conexiones reales con las personas. Y esto se concreta finalmente en una mejora del bienestar emocional.

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¿Qué dificultades encuentran los jóvenes para huir de la hiperconexión?

La mayoría de los adolescentes de hoy ha nacido en un entorno meramente digital donde las relaciones personales y las actividades y gestiones se realizan de manera virtual, si no en todo, sí en gran parte. Todo su mundo está creado desde la conexión; esto significa que los que desean alejarse lo tienen complicado, porque, además, "la versatilidad del dispositivo móvil obliga en ocasiones a disponer de él sin que podamos separar el servicio concreto deseado de otras funciones o aplicaciones que nos llevan a una conexión menos necesaria y demasiado recurrente", alerta el creador de Pantallas Amigas.  "La dificultad radica en vencer las muchas tentaciones que los animan a estar conectados. La disponibilidad, poder conectarse en cualquier momento y lugar, es un factor importante", recalca. 

Hay un aspecto crítico y es el riesgo de desconectarse de sus iguales al abandonar los teléfonos inteligentes. ¿Qué opciones tienen los jóvenes? "El estudio de SPC ha arrojado luz sobre las opciones preferidas para tener una relación más saludable con las pantallas: el 38% de los españoles optaría por desinstalar las aplicaciones de redes sociales y el 37% por controlar el tiempo de uso a través de las opciones que facilitan los propios smartphones, mientras que el 12,2% se plantaría volver a usar dumbphones", detalla.

Cómo ayudar a los hijos en esa desconexión digital

Los padres son, junto al grupo de iguales, uno de los grandes referentes de los adolescentes. Para ayudar en ese detox digital, su ejemplo es clave, como apunta Jorge Flores, que recomienda estas pautas en este sentido:

• Reducir el tiempo de uso de móvil.
• Establecer momentos en los que todos los miembros de la familia participen de esa desconexión.
• Reflexionar conjuntamente sobre el tiempo que pasan conectados, qué hacen cuando se conectan, qué provecho tiene esto y qué otras actividades podrían haber realizado en ese tiempo.
• Hacer visibles los avances que se vayan logrando en relación a la desconexión.
• Reconocerle a los hijos cualquier progreso en este sentido.
• Participar o 'competir' con ellos en este propósito de desconexión digital.