Fresas con nata a las tres de la mañana, aceitunas con chocolate, albóndigas de lata... Los antojos de una mujer embarazada son tremendamente variados y sorprendentes. Incluso para ella misma, porque ante alimentos o productos que antes le producían repulsión puede llegar a sentir una atracción intensa en estos nueve meses.
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¿Cómo se debe reaccionar ante ellos? ¿Está justificado atenderlos siempre? Carla Quintana, matrona y directora médica de Maternify, un servicio de acompañamiento al embarazo a domicilio y online, nos habla de los antojos.
¿Por qué se producen los antojos?
Podemos definir el antojo como el deseo intenso de consumir un alimento concreto y específico que no se puede cambiar en ese momento por otro. Se cree que los antojos aparecen como consecuencia de los intensos cambios metabólicos y hormonales a los que se enfrenta la mujer durante estos nueve meses.
Para muchas mujeres, esta etapa se va disipando en el segundo trimestre, pero otras continúan con ella, más o menos acentuada, hasta el final.
El hecho es que no se sabe con certeza los mecanismos específicos que provocan los antojos porque aunque todas las mujeres pasan por esos cambios, no todas los tienen. Se estima que entre una y dos de cada cuatro presentan esta apetencia desmedida por esos alimentos o productos. Algunas teorías apuntan a que es una forma que tiene el organismo de avisar de la falta de algunos nutrientes, como la vitamina C, el calcio o el hierro, destaca la directora maternify.io.
Pero ¿qué pasa cuando los antojos no son saludables? "Al no haber estudios científicos con datos concluyentes sobre la causa de los antojos durante el embarazo, también hay especialistas que atribuyen la razón de estos deseos repentinos de las embarazadas, simplemente, a causas psicológicas. Estas causas pueden estar relacionadas con una llamada de atención o con la necesidad de las futuras mamás de recibir cuidados especiales en una etapa tan sensible y delicada de sus vidas", expone Carla Quintana.
¿Hay que poner freno a los antojos?
Aparezcan por una u otra causa, los antojos pueden llegar a ser muy persistentes en la mente de la madre. En este sentido, ante un antojo irresistible, "conviene satisfacerlo, si te vas a sentir mejor y más feliz", apunta la matrona. Pero esto no significa que haya vía libre para todos y en todo momento, ya que hay que priorizar siempre los que son saludables, intentando "buscar alternativas para los que no lo son".
Los antojos más habituales son el chocolate, el helado, los encurtidos, las galletas saladas, la pasta, los limones, los quesos y la fruta. Una dieta con exceso de los mismos no es lo más recomendable, por eso es bueno comentarlo con el médico para que pueda valorar hasta qué punto tomarlos o no.
Sentir antojo por algo puede ligarse también a otros fenómenos curiosos del embarazo como no tolerar el sabor o el olor de algún alimento que antes se tomaba normalmente y que incluso podía ser unos de los preferidos. "Las náuseas también podrían estar relacionadas con algunos 'ascos' que se suelen sentir más fuertes durante este periodo", destaca. Así, hay mujeres que incluso tienen dificultades para estar en su propio hogar por el olor que desprenden los muebles o los tejidos y que antes les habían pasado totalmente inadvertidos.
Qué hacer para compensar los antojos menos sanos
Carla Quintana ofrece una serie de consejos para reducir o no caer ante antojos menos saludables. Son estos:
- No te saltes el desayuno.
- Realiza ejercicio físico según tu capacidad y las indicaciones médicas.
- Lleva una alimentación equilibrada.
- Toma el agua necesaria.
- Duerme las horas adecuadas.
- Toma las vitaminas que te haya recetado tu médico.
- Busca apoyo emocional si lo necesitas, ya sea de tu entorno más cercano o de un profesional en salud mental perinatal.
"El apoyo emocional será siempre el pilar para sentirte acompañada en este proceso y así evitar cualquier depresión que lleve a comer de más. Recuerda buscar el equilibrio y despréndete de los pensamientos de todo o nada: atiende y escucha ese antojo y date el permiso de comerlo con conciencia y responsabilidad para ti y tu bebé", subraya.
No es cierto que al dejar de comer un antojo al bebé le vaya a salir una mancha como se decía hace años. Es una leyenda que no tiene ninguna base científica, así que no hay que hacerle caso, pues es totalmente infundado.