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El consumo de tabaco ha ido descendiendo en las últimas décadas, según el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud. Aun así, casi un 20% de los españoles fuma a diario (a partir de los 15 años). La mayoría son hombres, pero entre las mujeres también hay un índice muy elevado. Así, el 16,4% de las españolas mayores de 15 años fuma a diario, porcentaje que se eleva hasta el 23,3% en el caso de los varones.
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En este ámbito, el vapeo ha irrumpido con fuerza entre los más jóvenes, como una moda o tendencia al alza. De acuerdo con la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC), el 20,8% de los jóvenes entre 14 y 18 años vapea y el 13,1% consume tabaco tradicional. Son edades a las puertas de iniciar los procesos reproductivos sobre los que tanto el tabaco como el vapeo inciden de forma negativa.
Los daños de vapear sobre la fertilidad
Aunque inicialmente los cigarrillos electrónicos se presentaron como una alternativa más segura al tabaco tradicional, la realidad ha acabado demostrando lo contrario, según los últimos estudios que hablan de su influencia tanto en la fertilidad masculina como en la femenina.
Así, según investigaciones citadas por Ginefiv, “se ha evidenciado que las sustancias químicas presentes en los líquidos para vapear, tales como la nicotina y otros compuestos tóxicos, pueden contribuir a la infertilidad masculina, dañando el ADN de los espermatozoides, reduciendo su motilidad y disminuyendo su cantidad”.
En el caso de las mujeres, “la exposición a estos químicos puede interferir en la implantación del embrión en el útero, provocar alteraciones en el ciclo menstrual e incluso puede afectar al crecimiento y desarrollo metabólico del bebé durante el embarazo, aumentando el riesgo de nacimientos prematuros, bajo peso al nacer y problemas de salud a largo plazo”.
En otro estudio científico británico citado por Ginemed, se ha concluido que las mujeres fumadoras tenían una menor reserva ovárica. “En todas las franjas de edad, el estado de la fertilidad de las mujeres que vapeaban estaba mucho más lejos de sus valores óptimos que el de las que no lo hacían”.
Tabaco tradicional y capacidad reproductiva
Al margen de sus efectos sobre la salud general, que son muy conocidos, como el mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y pulmonares, así como incrementar la probabilidad de algunos tipos de cáncer, el efecto nocivo del tabaco y su toxicidad sobre el proceso reproductivo está ampliamente demostrado.
“Conviene no olvidar que el éxito del embarazo no solo depende de la calidad de los ovocitos, sino también de los espermatozoides; y la de ambos puede verse gravemente afectada por el tabaco”, explica la Dra. Begoña Arnott, ginecóloga de la clínica de reproducción asistida y fertilidad Ginemed-FIV 4 Asturias.
Tanto la nicotina como otros componentes presentes en los cigarrillos rompen el equilibrio endocrino, afectando a glándulas como el tiroides, la glándula adrenal, pituitaria, y la función testicular y ovárica.
“Aunque pueda ser un tema menos conocido entre la población general, los efectos del tabaco en la fertilidad masculina van más allá de los problemas de disfunción eréctil”, añade la especialista de Ginemed -FIV 4 Asturias. En el hombre, el tabaquismo produce alteraciones en la concentración, movilidad y morfología de los espermatozoides. Es así, porque el consumo de tabaco en los hombres provoca un daño en el material genético del espermatozoide, lo que redunda en la dificultad de embarazo.
Estas dificultades se observan también cuando se recurre a tratamientos de reproducción asistida. Por ejemplo, al hablar de fecundación in vitro, la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) explica que se han observado peores resultados de la estimulación ovárica, una menor tasa de gestación con una mayor tasa de aborto y gestación ectópica en pacientes fumadoras, ya que los componentes tóxicos del tabaco también lesionan las trompas.
Dejar el tabaco antes de buscar el embarazo
La Sociedad Española de Fertilidad advierte de que las mujeres que fuman tardan más en conseguir la gestación, además de sufrir un envejecimento en la función ovárica y una disminución en esa reserva ovárica.
Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aboga por dejar de fumar antes de buscar el embarazo. De esta manera disminuye la probabilidad de disfunción eréctil en el hombre, y de dificultades para lograr la concepción en la mujer, además de bajar el riesgo de parto prematuro, aborto e hijos con bajo peso al nacer.