La elección del fotoprotector solar adecuado para la piel de los niños es un asunto al que cada vez prestan más atención los padres, cada vez más familiarizados con términos como filtros físicos o minerales y filtros químicos u orgánicos. Muchos de ellos saben que los filtros más seguros son los minerales; si esto es así, ¿dónde está el dilema? ¿Por qué no comprar directamente una crema solar con filtros minerales? Pues porque la mayoría de fotoprotectores solares pediátricos del mercado contienen filtros químicos. Esto hace que no pocas familias compren y apliquen a sus hijos fotoprotectores solares que no llevan filtros químicos pero que se han elaborado expresamente para adultos. ¿Es adecuada esta alternativa? Hemos preguntado a la Dra. Arantxa Muñiz, dermatóloga del Hospital Universitario de Torrejón (Madrid), todas las dudas al respecto.
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¿Por qué los fotoprotectores solares pediátricos llevan filtros químicos si no son los más adecuados?
Los filtros minerales o filtros físicos son más seguros para el niño. El motivo es que son “de baja absorción en la piel, por lo que tienen un riesgo menor de provocar reacciones alérgicas e irritaciones cutáneas”, como indica la dermatóloga. “Contienen ingredientes como el óxido de zinc o el dióxido de titanio que reflejan y dispersan la radiación solar y actúan a modo de pantalla ‘ecran’ reflejando la radiación”.
Estos componentes no solo son menos susceptibles de provocar reacciones en la piel de los niños, sino que son menos nocivos, precisamente por no penetrar en la piel. Es lo contrario de lo que ocurre con los filtros orgánicos o químicos, algunos de cuyos compuestos pueden atravesar la barrera cutánea y pasar al torrente sanguíneo, según concluyó un estudio que la FDA estadounidense (la agencia que regula medicamentos en el citado) publicó en el año 2019.
Sin embargo y como la propia doctora nos aclara, los filtros físicos “son de elección en niños”, es decir, no es obligatorio que los fotoprotectores solares únicamente contengan este tipo de filtros. De hecho, la mayoría de las cremas solares pediátricas combinan filtros físicos y químicos; contienen, por lo general, mayor cantidad de los primeros, pero no están libres de los segundos. ¿Por qué?
Entre otros motivos, porque los filtros químicos facilitan que la crema se pueda extender de manera más sencilla y uniforme en la piel y, además, no tienen el tono blanquecino y el carácter más pastoso de las cremas que únicamente contienen filtros minerales y que hace que muchos niños las rechacen.
Es preciso indicar que la propia FDA especificó en el mismo estudio que, aunque algunos componentes de los filtros químicos pasan al torrente sanguíneo, no lo hacen en la cantidad suficiente como para suponer un riesgo y hacían hincapié en que, siempre y en todo caso, es preferible usar crema solar a no hacerlo porque es lo que verdaderamente es efectivo para prevenir el cáncer de piel.
La duda en muchas familias informadas al respecto recae en dos componentes de los filtros químicos que se han prohibido en Hawaii por dañar al ecosistema marino. Se trata de la oxibenzona (BP-3) y el octinoxato (OMC), que sí están permitidos en los fotoprotectores que se comercializan en la Unión Europea. Eso sí, hace tan solo un par de años, la Comisión fijó un porcentaje máximo de esos ingredientes en la concentración del producto (un 2,2% de la oxibenzona y un 1,4% en el homosalato) porque en cantidades superiores no son completamente seguros.
Con todos estos datos, ¿cómo no optar por aplicar a nuestros hijos una crema solar que, aunque sea para adultos, no contenga filtros químicos? La respuesta nos la da la Dra. Muñiz: porque “los fotoprotectores pediátricos están específicamente formulados para las necesidades de su piel; sin embargo, los filtros no pediátricos pueden conllevar algunos riesgos”.
¿Qué componentes no debería llevar una crema solar para niños?
Más que rechazar de entrada las cremas solares con filtros químicos, la dermatóloga recomienda evitar ciertos ingredientes que estos pueden contener: se trata de aquellos “que se consideran disruptores endocrinos y otros que pueden afectar al ecosistema marino”. Y pone ejemplos concretos para que cualquier padre o madre revise en el INCI (Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos, por sus siglas en inglés, en el que figuran todos los componentes de un producto) del fotoprotector que ha comprado o va a comprar para sus hijos; enumera los siguientes:
- el metoxicinamato de etilhexilo
- la benzofenona-3
- el ciclopentasiloxano,
- el ciclohexasiloxano, perjudicial para el medio ambiente
- el BHT, Butylphenyl methyl propional
- los Parabenos
Recomendaciones generales en el uso de fotoprotectores solares
Independientemente del tipo de filtro, la dermatóloga del Hospital de Torrejón recuerda las premisas esenciales en el uso del fotoprotector solar con niños:
- No exponer a la luz solar a bebés menores de 6 meses. “En niños más mayores siempre es recomendable complementar la fotoprotección de las cremas con ropa protectora como camisetas, gorros, gafas de sol, sombrillas, etc.”.
- El índice de protección solar debe ser SPF 50+. En todos los pacientes pediátricos, tengan la edad que tengan, el SPF (Sun Protection Factor, por sus siglas en inglés) debe ser siempre de 50+.
La Dra. Muñiz hace, además, hincapié en que “el uso regular de fotoprotectores es primordial para mantener la salud de la piel”. Hemos de tener muy presente que protegerse del sol no solo previene quemaduras solares y el envejecimiento prematuro, sino que también “reduce significativamente el riesgo de cáncer de piel. Por todo ello es importante concienciar y promover la salud de la piel educando a nuestros niños para que tengan una adecuada protección frente al sol y así reducir los efectos indeseados de la exposición excesiva al sol”.