Algunas mujeres son más propensas a padecer infecciones vaginales recurrentes. A parte de las evidentes molestias que estas implican, ¿pueden suponerles mayores dificultades a la hora de buscar el embarazo? O, una vez logrado y ya embarazadas, ¿tienen más riesgo de sufrir complicaciones ellas o el bebé en caso de padecerlas durante la gestación? Se lo hemos preguntado al Dr. Carlos Millán Sanz-Lomana, especialista en ginecología y obstetricia de Vithas Internacional, quien nos resuelve todas las dudas al respecto.
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¿Las infecciones vaginales recurrentes pueden impedir el embarazo?
Lo primero que nos dice el Dr. Millán Sanz-Lomana es que, para responder a esta pregunta, es preciso diferenciar el tipo de infección vaginal. “La más habitual es la candidiasis y la vaginosis bacteriana. Estas pueden causar alteraciones en el ambiente vaginal, específicamente alterando el ph y la flora vaginal normal, creando un ambiente desfavorable para los espermatozoides, dificultando su movilidad y dificultando su contacto con el óvulo en la trompa”.
En estos casos, en caso de recibir el tratamiento adecuado, se presupone que el ambiente y la flora vaginal recuperaría el nivel idóneo de ph y, por tanto, su ‘normalidad’, por lo que en ese contexto los espermatozoides tendrían una movilidad óptima y no tendrían impedimento añadido para fecundar el óvulo.
Otra cuestión bien distinta son las infecciones vaginales por otros gérmenes como la clamidia, el ureaplasma, el micoplasma y la gonorrea, que “pueden ascender por el tracto reproductivo y causar inflamaciones crónicas y problemas a nivel de las trompas de Falopio”, según indica el ginecólogo y obstreta.
¿Entraña algún riesgo, para la madre o para el feto, tener varias infecciones vaginales durante el embarazo?
Las infecciones más habituales como la candidiasis y la vaginosis son producto, habitualmente, de una alteración del entorno vaginal, así como de un descenso de la flora bacteriana normal y de las defensas de la paciente, según nos explica el doctor, quien tranquiliza al aclarar que “estas no suelen causar mayor problema en el embarazo que los síntomas habituales de picor e irritación local y flujo”.
Sí que hay que tener en cuenta, sin embargo, que “la vaginosis en ocasiones puede provocar problemas como la ruptura prematura de membranas, el riesgo de parto prematuro y, por tanto, bajo peso del recién nacido”.
En cualquier caso, el mayor riesgo viene, de nuevo, de infecciones como las causadas por bacterias como la clamidia y la gonorreas, puesto que “pueden provocar infecciones de la bolsa amniótica llamada corioamnionitis, abortos, parto prematuro e, incluso, transmisión al feto”.
¿Cómo tratar las infecciones vaginales durante el embarazo?
Una de las mayores preocupaciones de toda mujer embarazada que tiene cualquier tipo de infección o proceso vírico es el tratamiento a seguir para curarse ella y que, sobre todo, no dañe al bebé. En el caso de las infecciones vaginales, situadas en el canal del parto y tan próximas a la bolsa amniótica, ¿qué opciones de tratamiento hay?
Depende, claro está, del tipo de infección. La candidiasis, por ejemplo, “se trata con antifúngicos locales, ya que los orales en el embarazo no son recomendados, y con probióticos para evitar la recurrencia”, detalla el Dr. Millán.
En el caso de la vaginosis, es necesario recurrir a antibióticos como el metronidazol para poder curarla, y también con probióticos. “La clamidia y la gonorrea precisan de antibióticos de espectro más amplios y, en caso de embarazo, conviene ajustar el tratamiento en cada paciente”. En todo caso, el especialista señala que “es siempre una buena idea asociar probióticos para mejorar las defensas locales y generales de la madre y evitar recurrencias”.
¿Qué cuidados debería seguir una mujer que tenga más tendencia a padecer este tipo de infecciones si quiere quedarse embarazada o si ya lo está?
“Es importante en pacientes que tengan tendencia a este tipo de infecciones realizar un seguimiento regular para poder actuar en caso de infección y evitar complicaciones”, advierte el ginecólogo de Vithas Internacional. Independientemente del seguimiento médico, la prevención pasa por una buena higiene, “pero no excesiva, ya que esto también elimina la flora bacteriana favorable de la vagina”. Además,“el uso de ropa interior de algodón, los probióticos y evitar el exceso de humedad y de alimentos dulces también ayuda, evitando las recurrencias de estas infecciones”.