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Tras el parto, la madre vive otra serie de importantes cambios tanto a nivel físico como emocional. El cuerpo va volviendo a su estado anterior al embarazo, y para eso se viven una serie de procesos. Algunos de ellos se pueden complicar o resultar peligrosos.
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El Dr. José Alberto Rodríguez León es ginecólogo del Hospital Universitario Quirónsalud de Madrid, donde es miembro de la Unidad de Diagnóstico Prenatal y de la Unidad de Embarazo de Alto Riesgo. Él nos cuenta qué hay que vigilar en este periodo.
¿Cuándo los sangrados son preocupantes?
En el posparto, la mujer tiene sangrados. Es lo que se denomina loquios, que pueden prolongarse durante varias semanas. Pero hay ocasiones en que estas pérdidas no son normales. “La hemorragia postparto complica del 5-15% de todos los partos y es la causa aislada más importante de mortalidad materna. La mayoría ocurren en las primeras 24 horas posparto, pero también puede ocurrir pasados varios días, con la madre ya en casa”, advierte el especialista.
¿Cómo puede diferenciar la mujer los casos preocupantes de lo que es normal? “Se recomienda acudir a Urgencias en caso de sangrado abundante (mayor que los días previos, y/o con expulsión de coágulos) y en caso de mareo o inestabilidad”, insiste. “Se trata de identificar la causa, valorar la repercusión clínica y poner el tratamiento adecuado para que ceda el sangrado y la paciente se recupere lo antes posible”.
Igualmente, habría que consultar si las molestias en este periodo no ceden con los analgésicos pautados a la madre “o se acompañan de fiebre, sangrado excesivo o cambios de aspecto en los puntos del periné o de la herida quirúrgica en caso de cesárea”. En la revisión posparto también habrá que comentar si la madre tiene molestias a nivel lumbar o pélvico y si tiene incontinencia urinaria ante pequeños esfuerzos, así como dolor en las relaciones sexuales, cuando ya pueda mantenerlas.
¿Es normal que aparezca fiebre con la subida de la leche?
La subida de la leche no tiene que ser ‘explosiva’. Hay muchas mujeres que no notan nada parecido, sino un proceso progresivo desde el calostro hasta la leche en el que no hay mayores molestias. No obstante, cuando hay ingurgitación mamaria, la madre sí puede sentirse deestemplada con la subida de la leche. En este caso aparecería febrícula (37-38ºC).
“Es conveniente consultar si la temperatura es mayor de 38°C de forma persistente, sin responder a paracetamol, y si se acompaña de enrojecimiento y endurecimiento de las mamás o también de los puntos o cicatriz de la cesárea”, recomienda el Dr. José Alberto Rodríguez León.
Contar con un buen asesoramiento en temas de lactancia por parte de una especialista formada puede resultar de gran ayuda para evitar este u otros inconvenientes, pues pueden surgir muchas dudas y algunos problemas en el proceso de dar el pecho, especialmente en madres sin experiencia.
Qué tener en cuenta si ha habido cesárea
La cesárea es una cirugía mayor abdominal, por lo tanto, los cuidados que requiere y la vigilancia han de ser más estrictos. La evolución de la cicatriz es preocupante cuando hay “enrojecimiento, endurecimiento y/o dolor, sobre todo si se acompaña de salida de líquido purulento”, comenta el ginecólogo.
Es bastante frecuente que aparezcan mánchas violáceas oscuras que van cambiando progresivamente a un tono amarillento. No son preocupantes, “pues se deben a un sangrado agudo y autolimitado del tejido subcutáneo durante la intervención”.
Sí hay que consultar cuando drena espontáneamente una leve cantidad de líquido amarillento claro o ligeramente sanguinolento. Aunque en la mayoría de los casos no es una complicación grave de la cicatriz, debe ser valorada por un equipo médico.
La importancia del estado emocional de la madre
El posparto es un torbellino de emociones, por eso hay que estar muy atentos a cómo se encuentre la madre a este nivel. Puede necesitar ayuda psicológica o psiquiátrica cuando ha habido complicaciones graves en el parto o en el embarazo, muerte fetal antes del parto o “complicaciones en el estado de salud del recién nacido que requieran ingreso en UCI neonatal”, recalca el especialista del Hospital Universitario Quirónsalud de Madrid.
También cuando en la madre se aprecia apatía o pérdida de interés por el recién nacido, “o cualquier signo que haga sospechar un estado de ánimo bajo que afecte a las actividades diarias”.