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Embarazo

La importancia de tratar alteraciones tiroideas en el embarazo para evitar abortos espontáneos

Las consecuencias pueden ser de gravedad tanto para el bebé como para la madre, y los síntomas a veces se confunden con los propios del embarazo


7 de junio de 2024 - 15:38 CEST

Las alteraciones tiroideas son frecuentes en el embarazo (hasta un 5%-10% de las embarazadas pueden sufrir una u otra forma de desequilibrio tiroideo) y algunas de esas alteraciones pueden suponer importantes riesgos para la madre o para el bebé. Son frecuentes porque siempre, en toda gestante, se producen cambios en los niveles de hormonas tiroideas; el motivo es que el bebé no desarrolla su propia glándula tiroides hasta la semana 12 de embarazo, hasta entonces se proveerá de la de su madre, por lo que la glándula tiroides de esta aumenta la producción de hormonas entre un 40-100% para cubrir las necesidades materno-fetales.

El objetivo de ese aumento de producción de hormonas es la necesidad del organismo de la madre de producir triyodotironina y tiroxina, dos hormonas muy importantes que regulan el metabolismo, la temperatura corporal y aportan al buen funcionamiento del cerebro, corazón y el aparato muscular. El problema viene cuando las alteraciones tiroideas sobrepasan o no llegan a los niveles necesarios durante el embarazo; es cuando aparecen los trastornos tiroideos y los posibles riesgos para la madre y, sobre todo, para el bebé.

Trastornos tiroideos en el embarazo

Si los niveles de producción de hormonas son deficitarios, se produce hipotiroidismo y, si esos niveles son más de lo esperado, aparece el hipertiroidismo. “Las hormonas T4 (tiroxina) y T3 (triyodotironina) regulan el metabolismo, es decir, son las que marcan la manera de como el organismo utiliza la energía”, señala el doctor David Fuster, ginecólogo del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre. “En el caso de que exista un hipotiroidismo o déficit de hormonas tiroideas, las funciones orgánicas vitales se van ralentizando, sin embargo, si existe un exceso de hormonas tiroideas, es decir, hipertiroidismo esas funciones se aceleran”.

En uno y otro caso, los efectos pueden afectar tanto a la salud de la madre como al feto; de ahí que ya durante el primer trimestre se realice el cribado de alteraciones tiroideas para su detección y para poder administrar a la gestante el tratamiento farmacológico necesario, como indica el Dr. Fuster. “Por supuesto, el tratamiento requiere un seguimiento estrecho, con exámenes frecuentes para ajustar las dosis y garantizar que sean las correctas durante toda la gestación”.

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Riesgos de los trastornos tiroideos en el embarazo

La enfermedad tiroidea aumenta el riesgo de parto prematuro, desprendimiento prematuro de la placenta (la placenta se descuelga de la pared interna del útero antes de que nazca el bebé) o puede ser la causa de abortos espontáneos y origen de problemas futuros en el desarrollo y aprendizaje del niño”, advierte el ginecólogo.

  • Hipertiroidismo. Las mujeres embarazadas que padecen de una hiperactividad de la glándula tiroides tienen más posibilidades de dar a luz un bebé prematuro, de bajo peso o de padecer preeclampsia, es decir, una enfermedad del embarazo que causa un aumento de la tensión arterial, y que puede suponer graves consecuencias tanto para la gestante como para el feto.
  • Hipotiroidismo. El especialista en ginecología pone el foco de atención en que “el hipotiroidismo no controlado durante el embarazo está estrechamente vinculado con abortos espontáneos y asociado a alteraciones en el neurodesarrollo fetal”. Señala que hay evidencia científica del papel y la importancia de las hormonas tiroideas en la primera época de la vida para el adecuado desarrollo psicomotor del recién nacido. “Este hecho adquiere aún mayor importancia en los hijos nacidos de madres con alteraciones tiroideas ya que la probabilidad de padecer alteraciones tiroideas aumenta”.

Síntomas de alteraciones tiroideas

Hay que tener muy en cuenta, además, que algunos síntomas y señales de hipertiroidismo se presentan a menudo en embarazos normales. Entre los más habituales, un ritmo cardiaco más rápido, cansancio y dificultad para soportar el calor. “Los síntomas pueden pasar desapercibidos por ser semejantes a los del embarazo: cansancio, estreñimiento, letargo, calambres musculares, incremento de peso, piel seca o caída de cabello”.

“Otros síntomas y señales que pueden sugerir hipertiroidismo: latidos cardíacos rápidos e irregulares, temblor en las manos, adelgazamiento sin razón aparente o falta de aumento normal de peso durante el embarazo”, subraya el doctor Fuster.

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