inteligencia bondadosa en ni os© AdobeStock

Aprendizaje

¿Qué aporta a la educación de tus hijos la ‘inteligencia bondadosa’?

Esfuerzo, superación, resiliencia... Hay muchos valores que se quieren transmitir a los hijos. ¿Cómo compaginarlos con una bondad que tenga en el centro a la inteligencia? ¿Cómo les ayuda crecer en ella y cómo ayuda a los que les rodean?


29 de mayo de 2024 - 13:42 CEST

Luis Castellanos es filósofo y autor del bestseller La ciencia del lenguaje positivo. Acaba de publicar  Inteligencia bondadosa (Ed. Paidós), un libro en el que ayuda a comprender qué es lo verdaderamente esencial en la vida y cómo transmitírselo a los hijos.

Para ti que te gusta

Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte

Navega de forma ilimitada con nuestra oferta

1 año por 49€ 9,80€

Este contenido es solo para suscriptores.

Celebramoscon un 80% de descuento.

Suscríbete 1 año por 49€ 9,80€

TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.

Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.

Y lo hace poniendo el acento en las palabras, que son las que finalmente modelan el mundo interior del niño y pueden hacer de este mundo un lugar mucho más amable. Hemos charlado con él.

La bondad no es una virtud que esté de moda actualmente. En la educación de los hijos se suele poner el foco en otras cuestiones. ¿Qué aporta ser bondadoso a la propia vida?

La bondad es inteligencia y por eso no está de moda actualmente; andamos escasos de inteligencia y a causa de ello tenemos tantas dificultades y limitaciones para inventar y desarrollar otros modos de estar en el mundo.

La bondad va de la mano de los valores que nos han ayudado a convivir y a avanzar.  La compasión, la generosidad, la solidaridad, la gratitud, la amabilidad… son las actitudes superiores del ser humano,  algo que nos distingue y nos hace especiales. Nos protegen, nos inculcan un pensamiento más global y menos egoísta.

Quizá sea la única oportunidad que nos podamos dar a nosotros mismos y como humanidad para tener un buen futuro. A la vez que estamos inventando nuevas tecnologías podemos pararnos a pensar en reinventar nuestra propia dinámica como seres humanos. Qué mente, qué inteligencia y qué palabras de corazón heredarán nuestros hijos, es lo que importa.

A nivel personal, elegir la bondad nos puede ayudar a encontrar respuestas diferentes sobre cómo comportarse en la vida, recursos para mantener a salvo nuestra mente y nuestro corazón de los ataques que sufrimos desde nuestro interior y de todos aquellos peligros que nos encontramos cuando abrimos nuestra alma a otras personas. La bondad nos enseña a dominar inteligentemente y con calidez el habla, la mente, el cuerpo, para recuperar el timón y la grandeza de corazón.

Comentas en el libro que la inteligencia bondadosa debe empezar por uno mismo, ¿cómo hacer para que nuestros hijos se quieran de una forma inteligente?

La más alta expresión de la inteligencia es la bondad. O, podemos decirlo de otra manera, la bondad es el acto más sublime de la inteligencia.

La ‘inteligencia bondadosa’ es un concepto nuevo que va más allá de la simple suma de las palabras inteligencia y bondad. Es una filosofía de vida y una estrategia vital que aporta una mirada renovada sobre nuestras posibilidades en la vida.

 La clave es aprender a aceptarnos con nuestras luces y sombras, siendo bondadosos y compasivos con nosotros mismos  (que no es lo mismo que ser conformistas e indiferentes). La bondad inteligente implica una decisión y una acción para encontrar recursos y herramientas para mejorar, para sanar, para aliviar el sufrimiento.

Además, sabemos en nuestra mente y en nuestro corazón que la bondad es fuente de auténtica alegría y felicidad.

Por eso la educación, una vez más, es capital… Proteger la bondad es proteger nuestro futuro. Descubrir la alegría de ser buenas personas, que sepan cuidarse a sí mismas, cuidar a los demás y al planeta.

Esta enseñanza comienza en nosotros como partes, educadores… Somos vasos comunicantes con nuestros hijos. Empieza por ti, quiérete de una forma inteligente y sé un ejemplo para ellos. 

Y aquí algunas recomendaciones:

  • Ten un corazón enorme, abierto al mundo.
  • Sé una persona magnánima, generosa.
  • No levantes muros, crea puentes.
  • Ten una mentalidad abierta, acogedora.
  • Actúa desde la honestidad, no violencia y compasión.
  • Sé amable y agradecido.
  • Ofrece tu alegría.
  • Ten sentido de humor, sobre todo en los días airados.
© Luis Castellanos

En el libro recalcas que no podemos evitar el sufrimiento a nuestros hijos, ¿cómo se relaciona esto con la bondad y la inteligencia?

Nosotros podemos escribir en el corazón de nuestros hijos con nuestros besos y abrazos. Caricias eternas. Sin embargo, el sufrimiento es espacio individual y ellos también se escurrirán por los miedos, la angustia, la tristeza, el disgusto, el enojo… llegarán, quizá, hasta perder la amistad con ellos mismos y con el mundo. Su corazón, como el nuestro, estará a las puertas de la oscuridad.

Sin embargo, podemos ayudarles a conocer esas palabras cálidas y acogedoras que les cobijarán durante sus tormentas vitales, protegiéndoles y dotándoles de fuerza necesaria para superar adversidades.

© Paidós

Destacas mucho la importancia de las palabras y cómo estas guían las emociones. ¿De qué manera hablar a nuestros hijos para que crezcan en un ambiente de inteligencia bondadosa?

Hablar desde el corazón escogiendo muy bien nuestras palabras y nuestro lenguaje. Siendo ejemplo de las palabras que habitamos y nos habitan, pero, sobre todo, movilizando la inteligencia de nuetros hijos.

Para ello,  necesitamos de dos palabras para obtener resultados en nuestra actitud ante el lenguaje: disciplina y determinación.  La disciplina para poner en práctica las 63 enseñanzas de la ‘inteligencia bondadosa’ y encontrar en tu corazón las palabras victoriosas que lo cambiarán todo y la determinación de la inteligencia para que seas un guía fiable, honesto, no violento y compasivo en la educación de tus hijos.

A veces, los niños con mejores sentimientos son objetivo de burla o de aislamiento por sus iguales, como si se premiase más a los ‘malotes’. ¿Qué hacer ante esto?

Me gusta mucho esta reflexión de Pema Chödrön: “No dejes que las personas te arrastren a su tormenta, llévalas a tu paz”. Este es el camino de la ‘inteligencia bondadosa’. Que sea la paz interior la guía de tus acciones hacia ti y hacia los demás.

No es cómo te encuentras los sitios a los que llegas, sino cómo llegas a los sitios que te encuentras. ¿Cómo llegamos a tener paz interior? ¿Cómo llega tu corazón hoy a los sitios? Me puedo levantar cada mañana y preguntarme: ‘¿qué paz puedo aportar yo hoy?’

Esa paz empieza por enseñarles a los niños a pedir ayuda, pasito a paso, que encuentren el arrojo y valentía para solicitar apoyo. No es fácil ser valientes en la soledad. Acompañarles para que no se sientan abandonados, solos. Reflexionar juntos y enseñarles a pensar por ellos mismos, a dominar su propio lenguaje, sobre todo el habla interior, para que él no les domine.

¿Cuáles son los enemigos más claros de la inteligencia bondadosa en los niños y adolescentes?

El ritmo acelerado de la vida moderna, la superficialidad, las modas y los valores equivocados impuestos por el sistema, por las redes sociales. Son algunas de las amenazas que borran de nuestro lenguaje las palabras más importantes.

Los niños y los jóvenes  buscan amigarse con la vida que ven en las redes sociales y a menudo pierden amistad consigo mismos. 

La ‘inteligencia bondadosa’ nos propone con la redefinición de las palabras de la vida que reconozcamos y desafiemos los comentarios y los autocomentarios negativos. Que cuidemos de nosotros mismos, de nuestro lenguaje interior, que establezcamos límites y cultivemos una mentalidad fuerte y positiva.