Dar a luz un hijo es una de las experiencias más transformadoras que existen en la naturaleza. Al milagro de la vida, se le unen una serie de cambios en el cuerpo la mujer que lo ha llevado en el vientre y que, una vez que el bebé ha nacido, le alimenta de su propio cuerpo. Cambios extraordinarios que no solo tienen lugar físicamente, sino también en el cerebro y en la psique de la madre. “El cerebro humano tiende a ser flexible y a adaptarse a las necesidades propias de nuestra supervivencia como especie y también, según el caso, como individuos. En el caso de la llegada de un nuevo miembro al clan, no iba a ser diferente”, asegura Beatriz Romero, psicóloga de Consulta Despertares. Esta adaptación a la llegada del bebé a todos los niveles “se llama poda adaptativa”.
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¿Qué es la poda adaptativa?
La poda adaptativa son los cambios que se producen en el cerebro de la mujer desde el punto de vista neuronal y cognitivo ante el nacimiento de su hijo. Se considera que el cerebro realiza esta poda adaptativa “para optimizar ciertas funciones, como la capacidad que tienen las madres de interpretar el estado de ánimo de sus bebés y para anticiparse frente a posibles amenazas en el entorno”, detalla la experta. “Se podría decir que las madres desarrollan ciertos ‘superpoderes’ para así poder proteger mejor a su recién nacido y asegurar la continuidad de nuestra especie de una manera más eficiente”.
Los cambios a nivel cognitivo que se producen con la maternidad pueden variar según cada persona, no se dan exactamente igual en todos los casos, y además suelen ser temporales y pueden revertirse con el tiempo. Es preciso tener en cuenta también que estos cambios no solo afectan a la manera en la que interactúa o se relaciona con su hijo, sino a todos los ámbitos de la vida de la mujer (de ahí que la maternidad pueda venir de la mano de importantes desafíos psicológicos, entre los que destaca el estrés e incluso la depresión, pero también la sensación de pérdida de identidad). Por lo general, estos cambios vienen determinados por los siguientes aspectos:
- Cambios hormonales. Los importantes cambios hormonales que se producen durante el embarazo y después del parto pueden afectar el estado de ánimo y el funcionamiento cognitivo. “Algunas mujeres pueden experimentar un aumento de la sensibilidad emocional, cambios en la atención y la memoria, y una reducción en la capacidad de concentración debido a estos cambios hormonales”, detalla Beatriz Romero.
- Mayor capacidad multitarea. La maternidad a menudo requiere manejar múltiples tareas y responsabilidades al mismo tiempo. “Esto puede llevar a un desarrollo de habilidades multitarea y una mayor capacidad para equilibrar diferentes demandas cognitivas al mismo tiempo”.
- Cambios en la percepción. “Convertirse en madre puede cambiar la forma en que una persona percibe y procesa la información”, asegura la psicóloga. “Pueden desarrollarse nuevas habilidades de escucha, empatía y sensibilidad emocional al cuidar y responder a las necesidades del niño”.
- Desarrollo de habilidades sociales y emocionales. La maternidad implica, como bien sabemos, interactuar y establecer una conexión, un vínculo seguro, con el niño. “Esto puede llevar al desarrollo de habilidades sociales y emocionales más sólidas, como la empatía, la intuición y la capacidad de leer el lenguaje corporal y las señales no verbales”.
Pérdida de neuronas en el embarazo y tras el parto, ¿mito o realidad?
“Durante el embarazo, se puede ver afectada la memoria, la concentración y el estado de ánimo de algunas mujeres, pero esto no implica necesariamente una pérdida de neuronas”, explica la psicóloga de Consulta Despertares. En todo caso, dice, estos cambios suelen ser temporales y muchas mujeres experimentan una mejoría en estas áreas después del período posparto. “En un estudio a 25 mujeres, se comprobó que hubo una reducción en la materia gris en zonas específicas del cerebro. El cambio no fue irreversible, y a los 2 años la materia gris se restableció”.