El cáncer de mama posparto no es un cáncer de mama que aparece durante el embarazo, la lactancia o el posparto, sino que tiene identidad clínica propia, pues “son tumores con características moleculares diferenciales”, señala el doctor Juan de la Haba, miembro de GEICAM (Fundación Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama) y director de la Unidad de Mama e Investigación Clínica del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. Lo que llama la atención a los expertos es que este tipo de cáncer de mama -que puede producirse hasta 10 años después de haber dado a luz- va en aumento y ya son diagnosticadas cada año de cáncer de mama postparto alrededor de 5.000 mujeres en España.
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Teniendo en cuenta que el cáncer de mama posparto suele ser más agresivo y con mayor potencial metastásico, GEICAM ha puesto en marcha una nueva línea de investigación, sobre la relación entre este tipo de cáncer de mama, el embarazo y la lactancia. Como nos explica el Dr. de la Haba, que es el responsable de estos análisis, lo que buscan averiguar en primer lugar es “si podemos identificar a aquellas mujeres que en los años posteriores a haber sido madres tienen un mayor riesgo de desarrollar ese cáncer de mama vinculado al evento biológico de la gestación y de la lactancia”.
“Sabemos que el cáncer de mama que se desarrolla durante la gestación era un cáncer de mama molecularmente diferente y se están tipificando mejor en qué es diferente, qué vías son las que estos tumores que se desarrollan próximo al embarazo y a la lactancia, qué vías moleculares son las que están activadas con el objetivo de poder en primer lugar predecir el riesgo y, en segundo lugar, poder diseñar estrategias de tratamiento que sean más útiles, más eficaces”.
¿Debemos poner en duda entonces que la lactancia proteja contra el cáncer?
Dada esta información, es casi inevitable preguntarse por el factor protector contra el cáncer que se atribuye a la lactancia materna. ¿Es que acaso no es así e incluso puede fomentarla? La respuesta del especialista es tajante: sí, la lactancia materna sí protege frente al cáncer de mama; “está perfectamente bien recogido en la literatura científica”.
Las dudas al respecto surgen en torno a una circunstancia completamente nueva “y es que tanto gestación como lactancia, en las últimas décadas, han sufrido un cambio muy importante y fundamentalmente basado en el retraso en la edad que se está produciendo tanto de la gestación como de la lactancia”. Como apunta el doctor, la edad media a la que las mujeres se quedan embarazadas en España está en torno a los 32 años, incluso rozando el promedio de los 35 años. “Esto nos obliga a replantearnos estas cuestiones, si el mismo efecto protector que tiene tanto la gestación como la lactancia a edades de 25 / 28 años, que era la edad a la que una mujer era madre, ¿tiene el mismo efecto en edades tardías? Esa es la primera pregunta que se hace en la actualidad el mundo científico”.
“Existen datos muy contundentes que nos hace pensar que todos los fenómenos que conllevan la lactancia y, fundamentalmente, la supresión brusca de la lactancia, inducen cambios en la mama, cambios en la que pueden suponer que un aspecto que tiene un efecto beneficioso a una edad, pueda tener un efecto perjudicial en cuanto a incrementar el riesgo de tener cáncer de mama a otra edad diferente. Y eso es lo que en la actualidad nos estamos replanteando. No se trata de dar la noticia de que la lactancia es un efecto perjudicial. Se trata de saber bien si esa lactancia a edades tardías tiene este efecto protector y la evidencia que hay en la actualidad es que puede ser que sea diferente a edades tardías”.
La pregunta que viene a continuación es ¿por qué? ¿De qué manera un proceso como la lactancia materna, cuyo papel protector contra el cáncer se ha demostrado científicamente, podría producir el efecto contrario en algunas mujeres? “Los factores fundamentales pueden ser que la gestación y la lactancia a edades tardías incidan sobre una mama que durante todos estos años en los cuales pues la mama no ha ejercido su función biológica, que es la de la lactancia, acumula errores desde el punto de vista genético que hagan que tanto la gestación como la lactancia sean factores promotores del desarrollo de este cáncer de mama. Es decir, en la medida que vamos cumpliendo años, vamos acumulando errores desde el punto de vista genético, por eso el cáncer aumenta a medida que aumenta la edad”, explica el director de la Unidad de Mama e Investigación Clínica del Hospital Reina Sofía de Córdoba. “Pudiera ser que esa glándula mamaria a edades más tardías haya acumulado errores genéticos y la lactancia y la gestación como factores que activan todo lo que es el tejido mamario puedan ser inductores de la aparición de ese cáncer de mama que se diagnostica los años posteriores a haber sido madre”.
De ahí que el objetivo de la investigación se centre, en primer lugar, de tratar de reconocer factores de riesgo y factores de riesgo epidemiológico desde el punto de vista molecular para así poder “identificar posibles dianas que puedan ser susceptibles del desarrollo de tratamientos que vengan a dar mejor solución a este cáncer de mama, que además tiene la característica peculiar de tener un comportamiento más agresivo con respecto a otros cánceres de mama diagnosticados en otros momentos de la vida de la mujer”.