La ovodonación es uno de las técnicas de reproducción asistida que más se están utilizando en los últimos años, dado el aumento de la edad a la que las mujeres deciden ser madres. Esta técnica consiste en la implantación de un óvulo donado por otra mujer, anónima, el cual permitirá a aquella que desea convertirse en madre gestar y dar a luz a su bebé. Pero, ¿qué criterios se siguen para elegir a las donantes de óvulos? ¿Cómo se sabe que sus ovocitos son aptos para concebir a un niño?
La donación de ovocitos implica un extenso proceso de cribado que asegure que los óvulos que se van a implantar en otra mujer sean de buena calidad. En primer lugar, un aspecto esencial: “las pacientes donantes deben estar en estado de salud que permita donación de los gametos en las mejores condiciones para favorecer la fertilidad de las pacientes receptoras”, nos indica el Dr. Jose María Rubio, ginecólogo y director de calidad clínica en Next Fertility.
¿Cómo se analizan los óvulos donados para un tratamiento de reproducción asistida?
“La calidad de los ovocitos va a estar determinada fundamentalmente por la edad”, señala el doctor. Una vez que se tiene este dato en cuenta y que se ha comprobado que la donante entra dentro del rango de edad adecuado, en el laboratorio se lleva a cabo un estudio de la calidad ovocitaria. Lo realiza el embriólogo y analiza aspectos microscópicos que evolución, desarrollo y maduración de los óvulos. En general, estos son los aspectos que se tienen en cuenta en una mujer que se ofrece como donante de óvulos:
1º La edad. Es el primer aspecto de cribado, puesto que “se ha evidenciado una disminución importante en la calidad de los ovocitos a partir de los 35 años que determina que las posibilidades de gestación sean menores y las posibilidades de aborto sean mayores”.
2º Que no padezca una ETS (enfermedad de transmisión sexual). “Las enfermedades de transmisión sexual suponen un riesgo importante para la paciente en múltiples aspectos de su salud”, advierte el Dr. Rubio. El motivo es que las ETS pueden provocar “alteraciones en el cuello del útero, en la función de las trompas o por producir infecciones en los ovarios en el contexto de una enfermedad pélvica inflamatoria. Por lo tanto, se dificultará la progresión de los espermatozoides y se alterará la correcta función de los ovarios”.
El ginecólogo recalca que la inflamación o infección que estas enfermedades pueden ocasionar en los órganos genitales internos de la mujer, sobre todo a nivel trompas y ovarios, “puede determinar problemas serios de fertilidad e incluso esterilidad si se produce una obstrucción bilateral de las trompas de Falopio (lugar donde se unen, fisiológicamente, el óvulo y el espermatozoide)”.
De ahí que analizar este factor sea fundamental, más aún teniendo en cuenta que las mujeres donantes de ovocitos están en el grupo de edad más propenso a este tipo de infecciones; tanto es así que el 18,8% de las mujeres aspirantes a donantes de óvulos dieron positivo en alguna de las enfermedades de transmisión sexual estudiadas, según datos recopilados durante un año por la clínica Next Fertility de Murcia.
3º Test psicológico previo a la donación
4º Estudio y valoración ginecológica previa con ecografía y citología cervicovaginal
5º Determinación del grupo sanguíneo y Rh
6º Estudio cromosómico mediante cariotipo en sangre. Este estudio se centra en analizar los cromosomas (tamaño, número y forma) para detectar posibles defectos genéticos que se podrían transmitir al bebé. Esta prueba se lleva a cabo mediante una analítica de sangre a la donante, previa a la extracción de óvulos.
7º Estudio de portadores de enfermedades que se pueden transmitir a la descendencia: fibrosis quística, atrofia muscular espinal, enfermedades de la hemoglobina de los glóbulos rojos, sordera neurosensorial y síndrome X frágil. “Las candidatas portadoras de alguna variante patogénica en estos genes no deben ser excluidas del programa, pero no podrán ser asignadas a receptores sin estudio genético de cribado ampliado de portadores”. Es decir, habrá que examinar si el varón es o no portador de esa misma enfermedad y, en función de los resultados que se obtengan, analizar las probabilidades de transmisión al bebé. Con estos datos, se valorará si la candidata a donante es apta o no en este caso en particular.