La puberfonía es “un trastorno vocal que se caracteriza por presentar un tono de voz agudo e infantil en hombres y adolescentes que ya han pasado la pubertad y que no han experimentado el cambio de muda de voz”, como nos indica la Dra. Lorena Sanz, Jefa del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario de Torrejón. No implica un problema de salud como tal, no produce dolor físico, pero el hecho de tener una voz aniñada en un cuerpo que sí ha experimentado los cambios propios de la edad conlleva importantes consecuencias, sobre todo, desde el punto de vista emocional, como corrobora la doctora: “este trastorno tiene un impacto muy significativo en la calidad de vida de los pacientes, lo que afecta a su autoestima, ya que la presencia de ese tono de voz agudo no se corresponde con su morfología corporal, género y edad”.
Lo primero que causa es una falta de seguridad en uno mismo que puede derivar en cierto aislamiento social, en sentir vergüenza a la hora de relacionarse con otras personas, de hacer amigos nuevos y de embarcarse en sus primeras relaciones amorosas, propias de la edad, todo lo cual redunda aún más en la baja autoestima. Un chico con puberfonía puede, incluso, ser objeto de burlas o de bullying , de modo que es más que necesario para quienes padecen este trastorno recibir atención médica.
La buena noticia es que hay tratamientos a los que estos adolescentes se pueden someter para tener un tono de voz acorde a su edad y a su género; se trata de “diferentes técnicas destinadas a modificar las estructuras vocales para corregir el tono, el timbre y la resonancia vocal”, apunta la otorrinolaringóloga.
En primer lugar, lo primero que habrá que determinar es si el paciente tiene o no alteraciones endocrinológicas hormonales. En caso de que se detecte, mediante analítica, niveles de testosterona inferiores al rango de normalidad, lo que se recomienda es un tratamiento para aumentar esos niveles. Lo habitual, entonces, será que el tono de voz se corrija a medida que se incrementan los niveles de testosterona. “Si no hay ningún trastorno hormonal asociado, la combinación de logopedia y cirugía son los tratamientos de elección”, explica la Dra. Sanz.
Intervención quirúrgica para corregir la puberfonía
Una técnica quirúrgica que se emplea para corregir la puberfonía se denomina tiroplastia tipo III o laringoplastia de relajación y consiste en llevar a cabo “un retrancamiento en el marco del cartílago tiroideo para lograr un tono más grave”. Es decir, lo que se hace es modificar la longitud de las cuerdas vocales. También existe la opción de realizar una cirugía de modificación de laringe, que permite ajustar la posición y el tamaño de la laringe para influir en el timbre y la calidad vocal.
“Actualmente se ha publicado una nueva técnica que es la laringoplastia de inyección transcutánea, que consiste en la introducción de testosterona en las cuerdas vocales para aumentar su volumen y modificar la resonancia vocal”, detalla la especialista.
¿Qué ocurre después de una operación para corregir la puberfonía?
Es fundamental que el chico con puberfonía que acude a un profesional médico reciba un enfoque individualizado de su trastorno y de su situación, puesto que “el tratamiento de la puberfonía requiere un abordaje integral y multidisciplinar que incluye la terapia rehabilitadora logopédica vocal, el apoyo psicológico para ganancia de seguridad y autoestima y el entrenamiento auditivo a la nueva situación”.
Así, después de la intervención quirúrgica es necesario que el paciente reciba el apoyo adecuado. “Con todas estas técnicas se consigue un tono vocal más grave, sin tensión, se fortalece la musculatura laríngea para mejorar la proyección y control vocal, garantizando una recuperación exitosa, duradera, y un aumento de su bienestar y calidad de vida”.