El 62,44% de los adolescentes de la generación zeta confiesa que se aburre sin Internet. Así se desprende de los resultados de una encuesta realizada por la plataforma Evaneos sobre la capacidad de desconexión de las tecnologías de los viajeros españoles (incluidos los adolescentes) en sus vacaciones. De hecho, quedarse sin cobertura en el móvil es uno de los eventos más estresantes para el 83% de los encuestados, algo que es más que evidente en muchas familias con hijos adolescentes.
Y ahora, que muchas de ellas están empezando a organizar un viaje de cara a las vacaciones de verano o pensando en este puente que comienza con el Día del Trabajo, lo que se les viene a la mente a los padres es si realmente ese viaje servirá para pasar un tiempo especial en familia o si sus hijos estarán más pendientes del teléfono móvil que de disfrutar del viaje en sí. ¿Hay alguna forma de evitar que los adolescentes estén pegados al móvil durante todo el viaje?
Consejos para fomentar la desconexión digital de los adolescentes durante un viaje
1º Tener en cuenta sus intereses. “Lo primero que deberíamos analizar es si hemos tenido en cuenta en la programación del viaje a nuestro adolescente”, indica Sonia López, psicopedagoga, maestra y conferenciante especialista en educación emocional y adolescencia, y autora del libro El privilegio de vivir con un adolescente (Editorial Destino). “Es muy importante que hayamos decidido entre todos los miembros de la familia el destino y las actividades que realizaremos en él”. En este sentido, la especialista recalca que, si el adolescente siente que sus intereses y opiniones han sido tenidas en cuenta, seguramente no esté enganchado todo el día a su teléfono.
2º Establecimiento de horarios. Esta es una de las pautas primordiales en el momento de hacer entrega de un dispositivo móvil (o cualquier otro que tenga conexión a internet) a un adolescente; establecer horarios diarios será la clave para evitar el abuso de esta tecnología por parte del menor y para que pueda dedicar el tiempo necesario a otras actividades (como estudiar o hacer planes al aire libre con amigos).
En lo que a las vacaciones se refiere, el establecimiento de “horarios en los que podemos usar el teléfono durante el viaje nos ayudará a pasar tiempo de calidad en familia”, asegura Sonia López. “Hablo en plural porque los padres debemos convertirnos en el mejor ejemplo en el uso de nuestro dispositivo que el adolescente pueda tener. Si el adulto hace un uso abusivo seguramente el joven copie esta práctica”.
En caso de que ni aún así nuestro hijo adolescente sea capaz “de desconectarse y relacionarse correctamente con los demás miembros de la familia, deberemos analizar cuáles son las causas que le provocan esta actitud”, tal y como recomienda la autora de El privilegio de vivir con un adolescente.
La comunicación aquí es fundamental: hablar con él o con ella con franqueza, sin interrogatorios y sin que se sienta juzgado. Hacerle saber que nos gustaría disfrutar de este viaje juntos porque es importante para la familia y explicarle por qué (sus virtudes, lo que representa para cada miembro de la familia…), puede ser de gran ayuda. En cualquier caso, cuando ni siquiera de este modo logramos que nuestro hijo forme parte activa de las vacaciones, ¿cuándo podemos considerar que esa dificultad de desconexión digital incluso en un viaje es un problema que deberíamos consultar con un profesional?
Cuándo acudir con un adolescente a un profesional de la salud mental por un uso abusivo del móvil
Sonia López indica una serie de aspectos a tener en cuenta que nos pueden ayudar a identificar que nuestro adolescente hace un uso abusivo de su teléfono. Estos indicadores son: “si no muestra interés por relacionarse con los otros miembros de la familia y cada vez está más aislado, cuando sus rutinas y aficiones cambian de forma radical, cuando sus patrones de sueño se modifican o tiene cambios de humor constantes”.
“Si el adolescente, cuando no se le permite utilizar su teléfono, se muestra nervioso, agresivo y tiene conductas disruptivas, es posible que haya perdido el control en el uso de su dispositivo”, advierte la experta. “En este momento será básico buscar un profesional que ayude a la familia y al joven a reconducir la situación correctamente”.