Alrededor de tres de cada diez mujeres primíparas (que dan a luz por primera vez) presentan pérdidas de orina en los siguientes 12 meses tras el parto. Es una situación muy incómoda que muchas aceptan con resignación, pero ante la que hay soluciones.
María Pérez es fisioterapeuta experta en suelo pélvico y colaboradora de Intimina. A ella le hemos pedido que nos descubra cómo prevenir este problema y de qué manera actuar si se presenta.
¿Cuál es el tipo de incontinencia más común?
En las mujeres primíparas, la incontinencia más habitual es la de esfuerzo. Es decir, aquella que se presenta cuando los músculos del suelo pélvico y los que tienen que ver con el proceso de orinar se han debilitado. Ante cualquier mínimo estímulo como toser o reír se puede sufrir un escape de orina. Tal como comenta la experta, estas mujeres primerizas “también pueden presentar retención urinaria, un aumento de la frecuencia y urgencia miccional”.
Por su parte, las mujeres que ya han sido madres y tienen otro hijo no están a salvo del problema, ya que “el riesgo de padecer incontinencia en mujeres con más de un parto aumenta”. También aquí la incontinencia de esfuerzo es la más habitual, y sucede porque la recuperación entre un embarazo y otro no llega a producirse. “Aunque cada vez somos más conscientes de la importancia de una buena recuperación a veces no encontramos el momento o no tenemos todos los apoyos necesarios para recuperar la rutina de ejercicio”, insiste María Pérez.
¿Cuándo empezar a tratar la incontinecia posparto?
Cada mujer tiene unos ritmos que si ha acudido a una fisioterapeuta durante el embarazo le marcará claramente. “En muchos casos podemos empezar a hacer ejercicios de contracción el mismo día del parto. Esto nos ayuda a recuperar la conciencia corporal de la zona que probablemente se habrá visto alterada, aunque no es necesario que lo hagan todas las mujeres”, comenta.
Como norma general, con un parto vaginal, la mujer con incontinencia puede empezar a trabajar en ella a partir de la octava semana posparto, y a partir de la semana 12 en caso de cesárea. Eso sí, “en el caso de que haya dolor pélvico o en la vulva podemos acudir en cualquier momento a una fisioterapeuta especializada para que nos ayude a disminuirlo o deshacernos de él”, recomienda la asesora de Intimina.
Esta valoración de fisioterapia es distinta a la que hace la matrona o al examen posparto ginecológico.
¿Qué sucede cuando no se trata la incontinencia posparto?
La realidad es que cuando este problema no se trata y se deja estar sin más, suele empeorar. Así, las mujeres con incontinencia posparto que no han recibido ayuda especializada tienen hasta un 40% más de probabilidades de presentar este problema a los cuatro años.
Hay que tener en cuenta que la incontinencia puede suponer una gran limitación a la hora de practicar deporte y de hacer actividades cotidianas como coger al bebé en brazos, estornudar o reír. “También pueden ver afectadas sus relaciones sociales por miedo a las pérdidas o vergüenza derivada de la sensación de oler mal”, advierte. Sin olvidar que en “las relaciones sexuales de pareja también puede influir por los mismos motivos”.
¿Se puede resolver bien el problema?
“Por suerte, la incontinencia es un síntoma que, en condiciones normales, suele remitir bien con el tratamiento adecuado. Necesitamos primero una valoración completa de todo el sistema pélvico que incluye al suelo pélvico, la pelvis, el abdomen, la respiración, la zona lumbar, la postura y los hábitos a la hora de hacer pis y defecar”, detalla María Pérez.
El tratamiento está enfocado a ayudar al suelo pélvico y el resto de estructuras afectadas a recuperar su funcionalidad. ¿Cómo se hace? A través de actividades terapéuticas que incluyen, entre otros, el ejercicio físico, el entrenamiento de la conciencia corporal, ejercicios de fuerza, recuperación del tono muscular, cambio de hábitos al ir al baño, ejercicios de respiración...
El trabajo con el suelo pélvico se puede complementar con productos como los ejercitadores de suelo pélvico, especialmente en el posparto temprano, donde la vibración de sus masajeadores puede ayudar mucho. En el posparto tardío se usarían esferas pélvicas con el mismo propósito.
¿Cómo prevenir la incontinencia posparto?
Preparar bien el suelo pélvico antes y durante el embarazo es esencial para evitar la incontinencia posparto. Es lo que puede ayudar a “llegar al parto en forma y a tener una recuperación más rápida y placentera, e incluso pueden evitar que aparezcan las pérdidas de orina”, destaca la fisioterapeuta. El acompañamiento de una fisioterapeuta especializada en suelo pélvico durante la gestación hace que la probabilidad de incontinencia posparto baje mucho.
Pero, el consejo de María Pérez es que todas las mujeres ejerciten esta parte de su cuerpo. “Si no tenemos ningún síntoma relacionado con nuestro suelo pélvico, como pérdidas de orina, pesadez o dolor vaginal en general o con la penetración, podemos usar los ejercitadores para mejorar el estado del suelo pélvico y prevenir estos y otros problemas”, recalca.