Se estima que en España nacen cada año unos 20.000 bebés prematuros, lo que supone el 6% del total de nacimientos. Son niños con unas necesidades médicas muy elevadas, que se acentúan dependiendo del peso que presenten y de las semanas de gestación. Para los padres, es un momento complicado, pues todo lo que habían pensado con respecto a la bienvenida de sus hijos, se transforma en un escenario totalmente diferente donde, en la mayoría de los casos, conocen a sus pequeños rodeados de cables y de máquinas de soporte vital.
Establecer el vínculo temprano es muy importante y por eso en la práctica totalidad de las maternidades se fomentan los cuidados piel con piel, también en estos bebés prematuros, siempre que su estado de salud lo permita. La Unidad de Neonatología del Hospital 12 de Octubre de Madrid es pionera en España y de las primeras en Europa en implantar un modelo integral de atención al recién nacido prematuro y a su familia. Una de sus últimas iniciativas es favorecer la lectura de padres a hijos, para intensificar ese vínculo.
Promover una mayor actividad cerebral
Estamos acostumbrados a ver a padres leyendo cuentos a sus bebés, pero lo que resulta una novedad es que esa lectura se haga en el mismo hospital y a un bebé prematuro. Es la propuesta del Servicio de Neonatología del Hospital 12 de Octubre para reforzar el vínculo entre los padres y sus pequeños, de un modo similar a como se haría en el vientre materno.
Así, los padres de neonatos ingresados en esta Unidad tienen a su disposición el servicio ‘Cuídame’, que los entrena en la atención a sus hijos mientras estos permanecen ingresados. Una de las partes de este programa es la creación de una biblioteca en la sala de descanso, donde los progenitores pueden elegir distintos títulos para leer a sus bebés. “Ponemos en común a los padres y los hijos para fomentar entre ellos un vínculo que de otra manera en un ambiente como este sería complicado”, indica el Dr. Salvador Piris, neonatólogo del Hospital 12 de Octubre.
Tal como destaca el hospital, la medida se ha tomado ante la evidencia científica de que, además de proporcionar importantes beneficios para la salud de estos pacientes pediátricos, como la reducción de los niveles de ansiedad, se refuerza ese vínculo, lo que favorece de manera significativa el desarrollo cerebral. Se ha constatado que esto sucede especialmente en el área del lenguaje en niños con un peso inferior a 1.500 gramos.
“Para nosotros es muy importante la implicación de los padres en el cuidado de sus hijos. De hecho, hemos llevado a cabo varios proyectos y hemos visto las ventajas que tiene su implicación en diferentes áreas de cuidado. Una de esas áreas de cuidado es la lectura compartida, momento en el que se desarrolla para el cerebro un impacto muy importante, que se prolonga hasta los dos o tres años”, recalca el experto.
La experiencia de los padres
Carlos Bricio es padre de León, prematuro e ingresado en este hospital. “Se acostumbra a los sonidos, se acostumbra a tu voz, y le calma mucho. Como ya conoce tu voz, cuando te escucha sabe que estás ahí. Aunque no lo estés tocando, él te siente”, comenta.
Su experiencia con este programa de lectura es muy positiva: “Te hace estar un poquito más cerca de él, ya que no puedes estar en casa, porque estás en el hospital”. Además, confiesa que ese deseo que puede formularse como ‘algún día le leeré cuentos a mi peque’ queda satisfecho, pues “se los puedes empezar a leer aquí”.
Por su parte, Manuel Fortes, padres de Hugo, también valora esta oportunidad: “Al ser tan pequeñitos, los prematuros necesitan estímulos, pues su sistema nervioso central no está desarrollado. Creemos que la lectura le ayuda a ese desarrollo neurológico y cerebral que no ha tenido en el vientre de la madre, desgraciadamente, pero que está teniendo fuera”.
“A día de hoy, Hugo es un niño muy espabilado y seguro que en parte es por esos estímulos y esos cuentos que le hemos leído desde bien pequeño”, comenta.
Lectura en alto desde los primeros años de vida
Coincididendo con el Día del Libro, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) ha insistido en recomendar la lectura en voz alta desde los primeros años de vida.
“La lectura en voz alta por parte de progenitores desde edades precoces, como estímulo cognitivo y afectivo temprano, tiene numerosos beneficios para la infancia”, comenta la Dra. Ana Garach, del Grupo de Prevención en la Infancia y Adolescencia (PrevInfad), de la AEPap. “Da la oportunidad de escuchar, pensar, sentir y preguntar”, a la vez que permite trabajar las emociones y favorece la adquisición del lenguaje, repercutiendo de manera directa en el desempeño escolar. Conseguir estos beneficios de la lectura es más fácil si se realiza desde edades muy temprandas, “incluso desde los primeros días de vida”, apunta.
La AEPAp señala que un vídeo en una pantalla o un audio, aunque esté adaptado a la edad del niño, no sustituye un cuento leído por los padres, y recuerda que las intervenciones de los padres durante los tres primeros años de vida de los niños “son eficaces para mejorar los resultados de su desarrollo durante la primera infancia”.