10 juegos de mesa muy divertidos y perfectos para fomentar la expresión oral en los niños

Medio Monstruo es un juego de cartas de lo más entretenido con el que, además de pasar un buen rato, los niños trabajan habilidades como el reconocimiento de formas, la lógica y habilidades lingüísticas como la expresión oral. Cada carta lleva la imagen de medio monstruo; la otra mitad debe ser capaz de describirla cada uno de los jugadores. Si indica (empleando frases completas) una serie de atributos y otro jugador tiene la carta en cuestión, este deberá entregársela. Gana el jugador que más monstruos completos consiga.

Edad recomendada: a partir de 4 años

En este juego es tan importante explicarse bien como saber escuchar con atención y observar. Cada jugador tiene un tablero (que deben ser iguales para todos los jugadores) y el objetivo es completarlo con tarjetas que, unidas todas ellas a modo de puzle, forman el mismo dibujo que el tablero. El jugador que ejerce de líder deberá explicar cuál es la carta que está buscando (es él quien trabaja la expresión oral), para lo que los demás jugadores deberán observar con detenimiento su tablero. El primero que diga correctamente la tarjeta de la que se trata, se la queda y la coloca en su tablero en el lugar que le corresponde. Ganará el jugador que tenga más cartas en su tablero al final de la partida.

Edad recomendada: a partir de 4 años

Se trata de un juego de adivinanzas que encanta a los niños. Cada uno de los jugadores se tiene que colocar una cinta en la cabeza a modo de corona sobre la que se pone una carta que no puede ver; el objetivo es que cada niño adivine qué o quién es en función del dibujo que aparece en la carta. Para ello, tendrá que pensar las preguntas más adecuadas para dar con la respuesta, por lo que además de expresarse correctamente, deberá utilizar el razonamiento.

Edad recomendada: a partir de 5 años

Permite fomentar, de manera fantástica, la manera de expresarse del niño, así como su imaginación y su capacidad de inventar narraciones. El juego consiste en crear una historia junto a los demás jugadores, pero ¡jojo! porque la historia debe tener presentación, nudo y desenlace. Cada niño hace su aportación cada vez que le toca tirar el dado; en función de lo que salga, cogerá una carta y dará vida, con su imaginación, a los personajes a medida que va avanzando en el tablero. Gana el primero que llega al final y termina su historia, haciéndose así con la llave que cierra el cofre.

Edad recomendada: a partir de 5 años

Story Cubes es un juego de dados que consiste también en crear historias. Creado por el especialista en fomentar la creatividad Rory O’Connor, consiste en tirar todos los dados (cada uno de los cuales consta de seis imágenes diferentes); con todas las imágenes que han salido, hay que inventar una historia. Aquí los puntos se ganan por la originalidad de la narración, pero también por la rapidez a la hora de improvisar.

Edad recomendada: a partir de 6 años

Este leerá dos palabras clave y, a partir de ahí, hay que hacer una serie de preguntas para averiguar el animal en cuestión (se pueden hacer hasta 10 preguntas en cada turno). Gana el jugador que antes adivine y se lleve siete cartas de animales.

Edad recomendada: a partir de 6 años

Este es un juego muy especial, en el que se habla de emociones, para lo que hay que saber expresarlas. Puede ser muy útil, por tanto, para ayudar en el aspecto emocional a nuestros hijos. En cada turno, uno de los jugadores hace de juez y tiene que plantear a los demás cómo se sentiría él en una situación inventada; los demás eligen cartas con las que creen que podrán dar respuesta a su pregunta (cada carta contiene un dibujo o un icono diferente). El juez elige una de las cartas propuestas que él considera la válida en función del dibujo y explica por qué.

Edad recomendada: a partir de 7 años

Es un juego perfecto para toda la familia que fomenta muchísimo la imaginación y la habilidad para expresarse. Cada uno de los jugadores tiene un pequeño tablero que nadie más puede ver; tira los dados, los coloca en su tablero en el orden que prefiera y coge una tarjeta del mazo. La tarjeta contiene una frase que debe leer y, a partir de ahí, inventar y contar su historia, pero teniendo en cuenta que debe incluir en ella los colores que han salido en los dados y hacerlo en el mismo orden en el que los ha colocado en el tablero. Quien averigüe los colores que se ocultan en la narración, será el ganador.

Edad recomendada: a partir de 8 años

Las normas son las mismas que en el Dixit clásico, pero las ilustraciones están ambientadas en el universo Disney, por lo que resultan mucho más llamativas para los niños. El primer jugador coloca una carta en el tablero y dice una frase o un concepto que le evoque la imagen que ve en ella; después, cada jugador deberá añadir una de sus cartas que considere que está relacionada con esa frase o concepto y tendrá que explicar por qué. Trabaja así, no solo la expresión oral y la creatividad, sino también su capacidad de observación.

Edad recomendada: a partir de 8 años

Un clásico entre los clásicos, perfecto para ayudar a pequeños y a mayores a explicarse de manera clara. Cada jugador debe conseguir que los demás adivinen aquello que le ha salido en la carta, pero ¡cuidado!: no podrá nombrar las palabras clave indicadas. Eso dificulta más el juego, pero es fantástico para que nuestros hijos se planteen cómo decir lo que quieren de una manera diferente. Las risas están aseguradas.

Edad recomendada: a partir de 13 años