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ni o con hielo en la cabeza© GettyImages

Salud

Cuándo es necesario llevar a un niño a Urgencias por un golpe en la cabeza

Una de las consecuencias más graves que puede provocar es la conmoción cerebral con pérdida de la conciencia


16 de abril de 2024 - 18:21 CEST

Los traumatismos craneales son uno de los accidentes más frecuentes en la infancia. Se definen como la acción y el resultado de diferentes fuerzas mecánicas sobre los huesos del cráneo y sobre el encéfalo, al que protegen.

Es una de las consultas más frecuentes en los Servicios de Urgencias Pediátricas. Este tipo de traumatismos son más frecuentes en niños que en niñas. Existen dos picos de máxima incidencia a dos edades diferentes: en los menores de dos años y en la pubertad.

Las causas que provocan con más frecuencia los traumatismos craneales son las caídas, los golpes sobre el mobiliario del hogar, los accidentes (coche, moto, bicicleta) y el maltrato físico.

La conmoción cerebral con pérdida de la conciencia es el síntoma inmediato de mayor relevancia. Su presencia es relativamente frecuente y se la considera un síntoma de riesgo y de pronóstico reservado.

En ocasiones, el traumatismo craneal se acompaña de heridas inciso-contusas sangrantes en frente, cara o cuero cabelludo, que independientemente del daño óseo o encefálico, precisarán de sutura quirúrgica en un Servicio de Urgencias.

Afortunadamente la mayoría de los traumas craneales suelen ser leves, sin síntomas neurológicos ni conmoción cerebral y, por lo tanto, no suelen necesitar tratamiento ni control ulterior. Por el contrario, cuando el sistema nervioso central está afectado, cuando aparecen síntomas neurológicos y el nivel de conciencia está afectado, se considera una situación médica grave que necesitará de tratamientos médicos o quirúrgicos urgentes y complicados.

¿Qué tipos de traumatismos craneales hay?

Los niños que sufren un traumatismo craneoencefálico pueden presentar disminución del nivel de conciencia y déficits neurológicos. La mayoría sin embargo pueden permanecer alerta, asintomáticos y sin alteraciones neurológicas. En el primer caso suele ser necesario el tratamiento neuroquirúrgico y en el segundo, la observación al menos durante 24 horas.

Niña con dolor de cabeza© GettyImages

Síndromes de hemorragia intracraneal postraumática

Aquellos niños que presenten tras el traumatismo un deterioro neurológico progresivo en horas o días y que, tras realizar pruebas de imagen (Rx, TAC craneal, Resonancia), se diagnostique una hemorragia intracraneal, requerirán un tratamiento quirúrgico inmediato.

La hemorragia epidural y la hemorragia subdural precisan de evacuación quirúrgica y tienen un buen pronóstico. La hemorragia parenquimatosa y la hemorragia subaracnoidea precisan de tratamiento de soporte y el pronóstico es más variable y reservado.

Cómo actuar cuando un niño se ha dado un golpe en la cabeza

  • Tranquilizar al niño, valorar su estado de conciencia y ponerse en contacto con el médico.
  • Si tiene herida sangrante, lavarla con agua y jabón, taponar la hemorragia y llevarle a Urgencias para suturar la herida.
  • Si se duerme y su sueño es anómalo y profundo, despertarle cada 4 horas.
  • Si se queja de dolor de cabeza, se le puede administrar Paracetamol.
  • Si no presenta síntomas neurológicos, tenerle en observación las siguientes 24 horas.

Cuándo es necesario llevar al niño a Urgencias y solicitar atención médica

  • Si tiene vómitos de forma repetida. Los vómitos de origen neurológico son proyectivos y violentos.
  • Si tiene cefalea intensa que no cede al tratamiento.
  • Si está confuso y desorientado o tiene un sueño muy profundo.
  • Si sangra o sale líquido por oídos o por nariz.
  • Si presenta síntomas neurológicos. Temblor, irritabilidad, síntomas oculares, convulsiones, etc.
  • Si en el lugar del traumatismo aparece un abultamiento de consistencia líquida.

Debes saber que...

  1. La pérdida de conciencia momentánea es un factor de riesgo aumentado, pero no supone mayor gravedad ni peor pronóstico.
  2. La mayoría de los traumatismos craneales son de escasa gravedad y de buen pronóstico.
  3. La práctica de determinados deportes y de actividades de riesgo aconsejan el uso de casco y de otros elementos de protección.