El final de curso se va acercando y los alumnos de la ESO y de Bachillerato empiezan a notar la presión. ¿Qué hacer para que las horas de estudio sean efectivas? Está claro que es necesario eso de hincar los codos, pero no sirve pasar horas y horas delante de los apuntes o, al menos, requiere de un esfuerzo mucho mayor para los resultados que se obtienen a cambio en lo que a las notas se refiere. “La manera en la que muchos alumnos estudian es a base de leer, subrayar y resumir. Puede que a muchos les sirva para la comprensión, pero esto no es lo más efectivo a la hora de memorizar o aprender”, nos asegura Ane Lujanbio (@adolexcelente), profesora de Secundaria especialista en neuroeducación. Lo efectivo es recurrir a técnicas de estudio, pero… ¿cuáles son las más eficaces?
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¿Cuáles son las técnicas de estudio más efectivas para sacar buenas notas?
Las técnicas que la educadora señala como más efectivas a la hora de estudiar son la técnica Feynman y el Active recall o repaso activo. Con esta segunda se ha llevado, incluso, algún que otro experimento por parte de investigadores que avala su eficacia de cara a los exámenes; así, incluso los estudiantes que creían no estar lo suficientemente preparados tras estudiar con este método, obtuvieron mejor puntuación que otros que consideraban que habían dado mejores respuestas tras estudiar de manera más tradicional.
- La técnica Feynman. “Consiste en explicar a otra persona lo que has estudiado, y así se asegura que, por un lado, se ha comprendido bien y, por otro, el alumno ha sido capaz de explicarlo de una manera clara”, apunta Lujanbio.
- El Active recall o repaso activo. “Si lo que queremos es recordar a largo plazo, el repaso activo puede ayudar a combatir la curva del olvido”, recomienda. “Esta técnica trata de repasar activamente lo aprendido para que pase a la memoria a largo plazo; y para ello, se hacen repasos distanciados en el tiempo, repasos de los resúmenes, mapas mentales, esquemas, reglas mnemotécnicas…que cada uno haya utilizado para estudiar”.
Aprender técnicas de estudio desde corta edad
¿Son unas técnicas de estudio más eficaces que otras en función de la asignatura? Según la experta, sí, aunque la base de la que hay que partir en todas ellas es de una adecuada gestión del tiempo, algo que “puede valernos para todas las edades y etapas”, señala. “Si la entrenamos desde una temprana edad, el alumno llegará a controlar los tiempos y podrá estudiar no más, sino mejor y el aprendizaje que conseguirá lo interiorizará de verdad”.
Por ello, lo importante es trabajar la base en torno a los 10 y los 14 años: “la organización, planificación, autonomía y buenos hábitos para el estudio”. Ya después, a partir de esa edad, aconseja, además, ir aprendiendo otros métodos centrados en tomar apuntes, como es el método Cornell.
- ¿En qué consiste el método Cornell? Es un método de toma de apuntes en el que la clave es ser capaz de sintetizar lo máximo posible el tema de estudio. Consiste en dividir el folio en cuatro partes de la siguiente forma: una línea horizontal en la parte superior y otra, en la inferior; la zona central, la más amplia, se divide en dos columnas. En la de la izquierda, se escriben preguntas sobre el tema y conceptos clave; en la de la derecha, se da respuesta a esas preguntas y se incluye la información más importante. El margen horizontal superior del folio se debe dedicar al título del tema, y el margen inferior, a un resumen con las ideas más básicas.
Una técnica de estudio para cada asignatura
“Si dividimos el estudio en asignaturas, para Matemáticas o Física y Química la práctica de ejercicios es fundamental; para Historia y Geografía, las líneas de tiempo pueden ser muy útiles; o para Lengua y Literatura, el método Loci funciona muy bien”, detalla Ane Lujanbio.
- El método Loci, también llamado ‘Palacio de la memoria’, consiste en visualizar mentalmente un palacio (u otro edificio) e imaginar en cada una de sus estancias un objeto que se asocie a uno de los conceptos que se quiere memorizar.
“Pero todo esto, según el temario que se esté dando y, sobre todo, según el tipo de alumno”, puntualiza la educadora. “No suelo generalizar porque creo firmemente que tanto las técnicas como los hábitos siempre son muy personales y lo que a un alumno le vale, no tiene por qué servirle a otro”.
De ahí que ella se centre a los alumnos y alumnas de la ESO a los que ayuda a estudiar mejor -a través del Programa de Aprendizaje Forma tu Mente- en cómo funciona su cerebro para comprender y memorizar. “En función de eso, voy adaptando las mejores técnicas para esa persona. Hay cosas que funcionan con todo el mundo, pero no podemos obviar que cada uno aprendemos de una forma diferente”.