El vínculo entre una madre y su bebé desde el instante mismo en el que este viene al mundo (e incluso antes, durante el embarazo) es evidente. El instinto protector y la conexión entre ambos es algo que no se cuestiona, que se asocia a la naturaleza humana. Pues bien, esta realidad, bien conocida ya por nuestros ancestros, podría tener una explicación biológica más allá del hecho de que el bebé se haya formado en el vientre materno a partir de las células maternas. Ahora se sabe que también el feto transmite células a su madre, proceso conocido como microquimerismo fetal, el cual hace que, literalmente, el hijo biológico permanezca dentro de la madre.
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En concreto, el microquimerismo fetal consiste en “la presencia de células fetales en los tejidos maternos y viceversa, de manera que tanto en la gestante como el feto puedan coexistir dos tipos celulares distintos”, detalla Isabel Vielsa, ginecóloga y directora médica de Clínicas Eva. Un proceso biológico sumamente especial que parece estar directamente relacionado con el efecto que puede tener en la madre en cuanto “al apego y la forma de afrontar la pérdida de un hijo o un aborto, sobre todo, por saber que pueden tener parte de sus células en su organismo”, es decir, que permanece literalmente algo de ellos en su interior.
También se trata de un aspecto importante en mujeres que recurren a la ovodonación (donación de óvulos) para gestar a su bebé. También en estos casos se produce el microquimerismo, lo cual afianza el vínculo entre la gestante y su futuro hijo.
¿Cómo se produce el microquimerismo fetal?
Es de sobra conocido cómo se concibe un hijo, el posterior desarrollo del feto en el vientre materno y cómo la madre le transfiere nutrientes y todo lo necesario para que se vaya formando y viva en su interior hasta el momento del parto, pero… ¿y al contrario? ¿Cómo le traspasa el hijo sus células a su madre?
El paso de células del feto a la madre o de la madre al feto se lleva a cabo “a través de la placenta y esta transmisión puede suceder a lo largo de todo el embarazo, aunque es más probable que suceda en el primer trimestre”, explica la doctora, que añade que esas células se pueden instalar en diferentes tejidos maternos. El objetivo de este proceso tan especial es, entre otras cosas, evitar el rechazo al bebé y garantizar, precisamente, la existencia del vínculo materno filial.
El microquimerismo fetal no solo protege al bebé, sino que va mucho más allá. De hecho, aunque se han detectado células fetales en diferentes tejidos maternos, hay un lugar en el que llama más aún la atención y ese es el neuroepitelio olfativo materno (tejido epitelial presente en la nariz de la mujer). Lo llamativo de este lugar del organismo de la madre es que la presencia de las células de su hijo ahí puede, según puntualiza Vielsa, “ser un factor protector de la depresión, dada la función y localización de esta zona con respecto al cerebro materno”.
Así se desprende de un estudio elaborado por investigadores del Hospital del Mar Research Institute, del Hospital del Mar y publicado en la revista Mollecular and Cellular Biochemistry el pasado mes de agosto. Este estudio, que demostraba por primera vez la presencia de células fetales en un área tan próxima al cerebro como la del neuroepitelio olfativo, muestra que las mujeres que tienen una menor presencia de ADN del feto en dicha área presentan más depresión.
Además, el microquimerismo fetal puede tener efectos protectores sobre la madre en otras enfermedades, como el cáncer de mama, según la doctora Vielsa. “En general, se considera este fenómeno como positivo al servir de escudo frente a las enfermedades autoinmunes y ayudar a la regeneración de tejidos, además de ser un factor protector de problemas cardiovasculares”, añade.
Sin embargo, es importante señalar que, por el mismo proceso que puede servir de escudo protector frente a enfermedades autoinmunes, puede producir también efectos negativos, que serían resultado de que “el cuerpo de la gestante reaccione contra lo que puede apreciar como células invasoras”.
¿Puede un segundo bebé recibir también células fetales de un hermano mayor?
Si bien no hay aún evidencia científica, sí que se habla de la posibilidad de microquimerismo entre hermanos, sobre todo, entre hermanos gemelos. Sin embargo, “existe la posibilidad de paso a un feto procedente de un embarazo previo (del hermano mayor), llamado también microquimerismo secundario”, explica la ginecóloga.