Dejar atrás la etapa del colegio o del instituto y pasar a la Universidad es, sin duda, un momento crucial en la vida de todo joven (y también de sus padres, que ven cómo sus ‘retoños’ empiezan a batir sus alas). Nuevos nuevos amigos, nuevos profesores, nuevas materias… y, sobre todo, mayor libertad. Todo es completamente nuevo. Más aún si debe trasladarse a otra ciudad para estudiar la carrera en la que se ha matriculado. Además del papeleo en la Facultad, ¿cómo elegir alojamiento?. ¿Debemos optar por una residencia o por un piso de estudiantes?
Se trata de una disyuntiva a la que se enfrentan, cada año, el 17,5% de los estudiantes universitarios, que es el porcentaje que se matricula en un centro de una comunidad autónoma diferente a la que tiene su residencia habitual y al que hay que sumar el 30,4% que lo hace en una provincia distinta, según datos del último informe sobre el Sistema Universitario Español publicado por el ya extinto Ministerio de Universidades en 2022. Son, por tanto, cientos de miles los jóvenes en busca de alojamiento de cara a su nueva etapa estudiantil. ¿Por dónde empezar a buscar?
¿Residencia de estudiantes o piso compartido?
Se trata de una decisión muy importante de cara al bienestar del chico o de la chica y a la tranquilidad de sus padres. De hecho, el alojamiento es el segundo criterio más importante para los alumnos a la hora de elegir una Universidad, solo por detrás de la oferta de estudios, según una encuesta interna de la plataforma de residentes universitarios Nido Living. “Esto significa que, para los jóvenes, es más importante saber dónde van a vivir y bajo qué condiciones que saber en qué ciudad van a estudiar”, apunta Darren Gardner, CEO de la citada plataforma para universitarios. “Es importante que padres e hijos conozcan las opciones de alojamiento disponibles y sus características para tomar la mejor decisión posible sobre dónde estudiar, dónde alojarse y cómo vivir”.
Sin embargo, esta decisión no siempre es fácil. Cada una de las dos opciones tienen sus pros y sus contras; por ello debemos analizarlos concienzudamente y valorar qué es lo que más se ajusta a las necesidades de nuestro hijo y de la familia. Entre los factores a tener en cuenta, destacan los siguientes:
1. La cercanía a la Facultad
La proximidad con el centro de estudios es, como nos indica Darren Gardner, uno de los factores más importantes para los alumnos que buscan alojamiento. Y en este aspecto, “las residencias de estudiantes parten con ventaja, ya que se construyen en ubicaciones estratégicas para estar cerca de las universidades y facilitar el trayecto a los alumnos, que tienen que desplazarse cada día a su centro de estudio”.
2. Sensación de independencia
Esa cercanía también favorece la deseada experiencia universitaria, según Gardner. “Uno de los objetivos de las residencias de estudiantes es maximizar esta experiencia, y para ello les quitan responsabilidades a los alumnos con servicios de lavandería, limpieza o catering”, detalla. Esto da más tiempo a los residentes para el estudio, así como para otro tipo de actividades muy enriquecedoras (conocer la ciudad, salir con sus nuevas amistades…).
Por otro lado, si optamos por un piso compartido, los recién convertidos en universitarios pueden sentir mayor sensación de independencia y es una buena transición a la vida adulta por el aumento de responsabilidades, “aunque encontrar un buen piso puede ser una tarea compleja al haber poca disponibilidad de alquileres y mucha demanda”, asegura el CEO de Nido Living. En este punto es importante tener en cuenta con quién compartirá piso nuestro hijo, pues puede que no todos sean estudiantes (lo que podría derivar en ciertos problemas de convivencia por las diferentes necesidades de cada uno de los habitantes del piso).
3. El precio
El factor económico es uno a los que, como es lógico, más atención prestan las familias a la hora de elegir piso o residencia de estudiantes para sus hijos. Así, la subida generalizada del coste de los alquileres ha provocado que las familias valoren con mayor detenimiento la opción residencial, puesto que ofrece un precio cerrado que incluye una gran variedad de servicios. Sin embargo, continúa siendo, por lo general, una alternativa más cara.
Aún así, el precio no es lo más importante, ya que “es común encontrarse con padres que prefieren una residencia de estudiantes para garantizar una mayor seguridad a sus hijos”, comenta el especialista en alojamiento para estudantes. “Y no es un criterio que valoren solo los padres, el 59% de los alumnos también considera importante su propia seguridad a la hora de elegir un alojamiento, incluso por encima del precio (40%)”.