Los huevos son un excelente alimento para los niños y siempre deberían formar parte de su dieta alimenticia. El aporte calórico a la dieta es de 160 calorías por cada cien gramos, unas 90 a 100 calorías por huevo. Las grasas, localizadas en la yema, están compuestas por triglicéridos, fosfolípidos y colesterol, con ácidos grasos monoinsaturados y ácido linoleico esencial. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el contenido en colesterol es elevado: 500 mgrs por cien o, lo que es lo mismo, 250 mgrs por yema. Las proteínas en su mayoría se encuentran en la clara. La ovoalbúmina y la ovomucina son proteínas embrionarias de elevado valor biológico. Aportan a la dieta hierro, fósforo, potasio y magnesio, vitaminas del grupo B, betacarotenos y ácido fólico.
Introducción del huevo en la alimentación complementaria
El huevo es uno de los alimentos que más tarde entra a formar parte de la dieta de los niños, pues es a partir de los 10-12 meses cuando se inicia su ingestión. Para su buena tolerancia, se debe iniciar solamente con la toma de yema cocida (huevo duro), media yema en días alternos y, pasados unos días, comienzan con la clara, también cocida; es decir, medio huevo. Se recomiendan, al principio, dos huevos por semana, pudiendo aumentar la cantidad de forma progresiva.
Las proteínas del huevo crudo o, sobre todo cuando estos están poco hechos, pueden dar lugar en la infancia a alergias alimenticias mediadas por inmunoglobulinas con manifestaciones clínicas de urticaria aguda y angioedema.
Beneficios de incluir el huevo en la dieta de los niños:
- Sus proteínas embrionarias son del más alto valor biológico. Contienen todos los aminoácidos esenciales. De fácil absorción y digestión. Son excelentes elementos plásticos y formadores de tejidos y, por tanto, muy útiles en el crecimiento y desarrollo de los niños.
- Son ricos en hierro, ácido fólico y luteína, cinc y selenio.
- Son alimentos hipo y normocalóricos, con un aporte entre 90-110 calorías por huevo.
Precauciones en la ingesta del huevo a seguir con los niños:
- Su alto contenido en colesterol debe limitar su ingesta en personas con cifras altas de colesterol en sangre. En niños de familias con hipercolesterolemia, se ha de restringir la toma de huevos en su dieta.
- Precaución extrema al utilizar el huevo para hacer mayonesas, pues su contaminación por salmonella enteritidis, sobre todo en las mayonesas, ha dado lugar a cuadros de gastroenteritis agudas.
- En las primeras tomas de clara de huevo, sobre todo si no está correctamente cocida, pueden aparecer reacciones alérgicas con urticaria y angioedema peri bucal.
Alergia al huevo en los niños
La alergia al huevo es la causa más frecuente de alergia alimentaria en los niños. Se presenta generalmente en la introducción en la dieta alimenticia del huevo, antes del primer año de vida. Las proteínas contenidas en la clara son las substancias que dan lugar a esta intolerancia y a estas reacciones alérgicas. Estas reacciones se producen con mucha mayor frecuencia cuando se toma la clara de huevo cruda o poco hecha, poco cocinada, por lo que es siempre recomendable que las primeras veces que el niño ingiera huevo lo haga con la clara cocida y el huevo duro.
-Síntomas
Los síntomas dependerán de si la reacción alérgica está mediada o no, por las inmunoglobulina IgE. Cuando es así, los síntomas suelen ser inmediatos. Si la reacción no está mediada por inmunoglobulinas IgE, los síntomas son más tardíos, a los dos tres días, con síntomas digestivos de dolor abdominal, nauseas, vómitos y diarrea.
Los síntomas de la alergia mediada por IgE son: picor en boca y paladar, inflamación y enrojecimiento de labios y zona peri bucal, erupción urticarial, con ronchas y habones en la piel, rinitis, conjuntivitis, angioedema con dificultad respiratoria y a veces choque anafiláctico.
-Diagnóstico
Se realiza a través de pricks , pruebas cutáneas rápidas y sencillas, que cuando son positivas indican la alergia a las proteínas del huevo y también a través de un análisis de sangre, con la determinación de IgE especifica.
-Tratamiento
Evitar el huevo de la dieta y de todos los alimentos que lo contengan es la medida inmediata y más eficaz para controlar esta patología. La duración de este ayuno selectivo es variable, alrededor de los seis meses, y el inicio del tratamiento de desensibilización se consigue administrando pequeñas cantidades de clara de huevo, progresivamente crecientes hasta la tolerancia oral completa, siempre controlado por el especialista en alergia. Más del 80% de los casos se resuelven favorablemente en los primeros meses.