Los reflejos del recién nacido son aquellos con los que el niño nace y se manifiestan nada más comenzar su vida extrauterina. La exploración de este grupo de reflejos, llamados también reflejos primitivos o ancestrales, se utilizan para valorar la madurez neurológica y el normal desarrollo del sistema nervioso central y periférico del recién nacido.
¿Cómo es la evaluación neurológica del recién nacido?
La exploración neurológica de un recién nacido debe incluir, en primer lugar, el tono muscular y el estado de alerta, pues ambas condiciones son de vital importancia para su supervivencia. Además la postura, la movilidad espontánea y la actitud corporal, igualmente nos pueden poner sobre aviso de determinadas patologías.
El estudio de los pares craneales, de los movimientos oculares, el examen del fondo de ojo, la motilidad facial y el estudio de la audición con las otoemisiones, son datos muy importantes para evaluar su situación neurológica. Finalmente, la exploración de los reflejos primitivos neonatales nos darán una completa información de la situación neurológica del recién nacido.
¿Qué son los reflejos primitivos del recién nacido?
Los reflejos son respuestas tendinosas y musculares que se producen automáticamente ante la estimulación. La presencia e intensidad de la reacción ante el estímulo es una señal importante de la situación y funcionalidad del sistema neuromuscular y del sistema nervioso central y periférico. Cuando estas respuestas no se presentan o lo hacen débilmente o de forma anómala, nos alertan de que algo no funciona como debería. Estos reflejos ancestrales son los siguientes:
- El reflejo de Moro. Este reflejo se presenta en el recién nacido en el momento del nacimiento y desaparece entre los 3-6 meses. En decúbito supino y con la cabeza ligeramente levantada apoyada en nuestra mano, se provoca un descenso ligero, pero brusco de la cabeza. Este desplazamiento va seguido de un movimiento de abrazo con apertura de las manos y extensión y abducción de ambos brazos, seguido de susto y de llanto.
- Presión palmar. Se presenta desde la 28 semana de edad gestacional y desaparece a los cuatro meses de edad. Se produce por el cierre de los dedos cuando se presiona la región palmar de ambas manos. El recién nacido puede quedar colgado de ambos brazos con la fuerza de sujeción de ambas manos.
- Reflejo de succión. Reflejo de importancia vital para la supervivencia del bebe recién nacido. Succiona al introducir en la boca el pezón, la tetina o cualquier otro objeto cilíndrico.
- Reflejo de marcha automática. Realiza movimientos de marcha con ambas extremidades inferiores cuando, con los pies desnudos, toca una superficie dura y se le impulsa hacia adelante.
- Reflejo de búsqueda u hociqueo. Al rozar con el dedo la mejilla o las aéreas peri bucales, el recién nacido busca girando la cara y cabeza y comienza a succionar.
- Reflejo tónico del cuello. Al girarle la cabeza hacia un lado, extiende el brazo del mismo lado con la mano abierta y flexiona el otro brazo con el puño cerrado.
- Reflejo de Galant. En decúbito prono, al presionarle en la musculatura a los lados de la columna vertebral, el recién nacido inclina la pelvis hacia el mismo lado.
La importancia de la valoración de los reflejos en el recién nacido
Debemos recordar que estos reflejos del recién nacido solo están presentes en esta época de la vida y que, a medida que el tiempo pasa, van desapareciendo. También es bueno saber que el recién nacido presenta los reflejos osteotendinosos periféricos, que persisten en la edad adulta. Ejemplo de ellos es el rotuliano, que en el neonato es más vivo y mantenido que en otras edades.
La importancia de la normalidad de los reflejos primitivos es obvia, pues son una de las formas más rápidas de conocer la buena salud del sistema nervioso central y periférico del recién nacido. La modificación, alteración o ausencia de estos reflejos es el inicio de una investigación médica a través de pruebas analíticas, estudios radiológicos y otras técnicas de imagen para aclarar que exista cualquier tipo de patología que afecta al sistema nervioso del recién nacido.