“La información es alivio”, afirma con contundencia la matrona y divulgadora Rocío García-Viso. Es alivio “porque aminora la incertidumbre” que sienten muchas mujeres embarazadas de cara al parto, al posparto y a los cuidados del bebé. Por eso ha escrito un libro, El arte de crearte (Espasa), para explicar de manera sencilla y rigurosa qué ocurre durante el embarazo y el parto. Hemos charlado con ella y le hemos preguntado por algunas de las dudas más recurrentes entre las mujeres embarazadas de su primer hijo: ¿cuándo comenzar las clases al parto?, ¿por qué son tan importantes las ecografías de la semana 12 y de la 20?, ‘¿qué hacer si tengo miedo al parto?’.
En su libro habla de un aspecto emocional que no se suele tener en cuenta, ni siquiera cuando el embarazo ha sido buscado y se recibe con alegría, y es el duelo por la pérdida de la mujer que se era antes; ¿este duelo se da en todas las mujeres, aunque ni siquiera sean conscientes de ello?
No me atrevería nunca a decir que algo en maternidad es universal o se da en todas las mujeres y, de hecho, la primera frase del libro, que le da el título a la introducción, es “hay tantas maternidades como madres”, pero el cambio de rol cuando una mujer es madre es evidente y, aunque vaya de la mano de la ilusión y el deseo, conlleva “despedida” de la mujer que eras antes.
Esto hay mujeres que lo viven desde que planifican el embarazo o durante él y eso ayuda a preparar en cierta medida las expectativas del postparto y otras emprenden el camino de transitar este cambio cuando tienen a su bebé en brazos.
Me gusta mucho decir que las mujeres cuando tienen hijos “salen de sus fronteras”, así lo percibo, física y emocionalmente para nunca volver a ellas. Pero eso no es malo, hay que abrazarlo porque despedirse de quien eras antes es parte de la evolución de nuestras vidas.
Algo que hace especial ilusión a toda mujer embarazada es sentir los movimientos del feto en su vientre y usted comenta que, además de emocionante, es muy importante prestar atención a esos movimientos; ¿por qué? ¿Qué hay que tener en cuenta y cuándo debería la mujer alertarse y acudir a su matrona o a su obstetra?
Los movimientos del bebé en el útero son esenciales para su desarrollo y, de hecho, prácticamente desde que es un embrión se mueve. Alrededor de la semana 22 aproximadamente, los movimientos empiezan a ser percibidos por la madre y se convierten en la valiosa información del bienestar del pequeño que está en camino.
Desde que se comienza a notar con evidencia conviene prestarle consciencia para percibirlo varias veces al día. Nadie mejor que su madre conocerá el patrón de movimiento habitual del bebé dentro del útero, pero en líneas generales, una vez percibidos e identificados los movimientos deberían ocurrir todos los días y varias veces al día.
A veces es la vorágine del día a día lo que hace menos consciente esos movimientos y por eso, si han pasado varias horas sin notarlo, es recomendable parar a descansar , hidratarse y tomar algo dulce para estimular los movimientos del bebé y los sentidos de la mamá para percibirlos. En caso de que ese patrón de movimiento disminuyera o dejara de percibirse es un motivo para consultarlo en urgencias y comprobar que todo va bien.
Las dos ecografías a las que más importancia se da son la de las 12 y la de las 20 semanas; ¿por qué son tan importantes y en qué se diferencian la una de la otra?
Porque la primera de ellas, en la semana 12 es la confirmación del diagnóstico del embarazo, la edad gestacional y el número de fetos. A veces en esta ecografía se descubre que hay más de un bebé compartiendo útero y empieza una aventura doble, o incluso triple.
La ecografía de la semana 20 se llama también “ecografía morfológica” y es de gran importancia porque en ella se visualizan todas las estructuras externas e internas del bebé: desde la estimación del tamaño y peso hasta todos sus órganos, desde el cerebro hasta los deditos de los pies incluyendo la confirmación de los órganos sexuales. También se valora la placenta, el cordón umbilical y la cantidad de líquido amniótico.
¿Cuándo sería adecuado comenzar las clases de preparación al parto y por qué?
Habitualmente recomendamos empezar la preparación al parto a lo largo del tercer trimestre, a partir de la semana 30-32 de embarazo porque es cuando la mujer empieza a sentirlo más cerca.
No me gusta llamarlo “preparación al parto” porque para el parto las mujeres están preparadas, su cuerpo sabe hacerlo. Pero es cierto que socialmente no convivimos de manera estrecha con el proceso, no vemos parir a otras mujeres e incluso nos criamos con la leyenda de la cigüeña por lo que el momento del parto es desconocido para nosotras en muchos casos y en algunos incluso aterrador.
La preparación al parto es información impartida por matronas (que somos las expertas en el parto) a las mujeres y sus acompañantes. Es muy interesante que te acompañe tu pareja si la hay o la persona que estará contigo el día del nacimiento porque, teniendo la misma información, estaréis más alineados en el proceso.
La información es alivio porque aminora la incertidumbre y es poder porque te acercará a tomar decisiones importantes sobre tu parto.
Sobre el miedo al parto, plantea en el libro una metáfora muy clara: nos imaginamos que dar a luz va a ser como subir al Everest y es, realidad, como hacer el Camino de Santiago, comenta. ¿Qué puede hacer una mujer embarazada para visualizar el camino frente a la montaña y superar ese miedo?
Entender que no hay que aprender a “escalar” para parir. “Andar”, fluir, confiar y dejarse llevar será determinante para avanzar en esas etapas de la metáfora del Camino de Santiago.
Muchas mujeres tienen expectativas del parto basadas en las experiencias de otras mujeres de su entorno e incluso de los partos de las películas. Siempre digo que dos madres con procesos de parto muy similares pueden haber vivido experiencias completamente diferentes y por eso te animo a construir tu propia experiencia desde la información del poder que tiene tu cuerpo de traer vida y desde la elección de un acompañamiento profesional respetuoso y actualizado.
¿Cómo puede afectar el miedo al parto a la mujer y, en concreto, al momento de parir?
Puede no favorecer que la oxitocina, que es la hormona protagonista del parto (también del amor, el apego y la lactancia), fluya para que las contracciones evolucionen con normalidad y el parto avance. Porque en el contrapunto de la oxitocina, está la adrenalina (que es la hormona del miedo) y el cuerpo no les da paso a la vez.
Por eso, es importante también proteger el entorno, hacerlo familiar, íntimo. Porque somos mamíferas y una loba nunca pariría en un contexto donde no se siente segura, donde tiene miedo.
¿Y el miedo a la cesárea o al parto instrumental?
Esto es habitual porque son situaciones que a las mujeres se les escapan del propio manejo y solo queda confiar. Digo “solo” pero en realidad es una parte imprescindible del proceso, elegir y rodearse de profesionales actualizados en el parto normal y también en la detección y solución de las posibles dificultades.
La cesárea o el parto instrumental no suele estar dentro de las expectativas de las mujeres cuando van a tener a su bebé pero es importante no perder el foco de las prioridades y como el bienestar y seguridad del bebé y la mamá serán siempre el centro de esta prioridades, a veces esa será la manera de ayudarles.
¿Qué aporta el primer abrazo o piel con piel al bebé y a la madre?
El piel con piel tras el nacimiento ha demostrado muchísimos beneficios indiscutibles para el bebé que van desde la ayuda a la adaptación fuera del útero en los primeros minutos (regulando su temperatura y estabilizando su respiración) hasta el refuerzo de su sistema inmunitario. La piel de su madre es lo que el bebé espera al nacer y tanto en él como en la mamá reduce el estrés, favorece el vínculo y estimula la instauración de la lactancia.
¿Cuándo consideraríamos que se interrumpe demasiado pronto?
La recomendación es que se evite interrumpir el piel con piel al menos durante las dos primeras horas de vida. En ocasiones se produce esa separación madre-bebé si es necesaria la valoración pediátrica inmediata o la ayuda a la adaptación respiratoria del recién nacido o si la mamá necesita atención médica y no puede ser provista con el bebé encima.
Durante las primeras semanas el piel con piel sigue siendo valioso para el bebé y para los padres, en esta etapa en la que conocerse y protegerse es el reto más preciado.
En la exterogestación (gestar desde fuera del útero materno al bebé para que este se desarrolle plenamente), ¿qué es aquello que la madre debe tener en cuenta en el cuidado de su pequeño para que se lleve a cabo el proceso de manera adecuada?
La clave de la exterogestación es entender las necesidades del bebé para cubrirlas. La necesidad de contacto de manera casi continua, la necesidad de alimentación a demanda, los beneficios del porteo ergonómico, dormir en su proximidad…
Es muy curioso pero los bebés cuando nacen sienten el cuerpo de su madre como parte del suyo, no saben vivir alejados de ella y por eso toleran mal habitualmente la cuna o están más tranquilos en sus brazos, con su olor y su voz.
Se dice que los bebés necesitan desarrollarse en la estrecha proximidad de su mamá, nueve meses dentro y nueve meses fuera.